En tiempos de 'Leonormanía', la reina Sofía ha vuelto a convertirse otra de las grandes protagonistas de la crónica real. La veterana de la familia, o al menos la única que queda en España y sigue cumpliendo con los compromisos oficiales de la institución a punto de cumplir los 86 años de edad. Y eso que no siempre la situación acompaña a hacer frente a la exposición, con controversias que todo lo empañan como la publicación de las imágenes de los encuentros privados de Juan Carlos I con Bárbara Rey.
Instantáneas de la discordia que difundió la prensa holandesa y que fueron la antesala de la otra gran polémica, que vendría con la publicación de los audios de las conversaciones privadas entre el emérito y su amante. Charlas distendidas en las que el exmonarca no tenía reparos en referirse a su esposa y exponer que su relación no era relación. Un afecto casi nulo, solo unidos por la Corona y sus hijos. Esa Corona de la que ahora se ocupa Felipe, pero en la que, a diferencia de Juan Carlos, Sofía sigue teniendo mucho que ver.
No es de extrañar que su entereza sea alabada frecuentemente desde los medios de comunicación. Siempre dispuesta a ser cumplidora con su agenda, sin importar la edad y aunque los vientos de las disputas familiares vuelvan a soplar con fuerza. La emérita está ahí cuando se la necesita, pero disfrutando también de la irrupción de la nueva generación de Borbones. Sus ocho nietos, un pilar fundamental en su vida que avanza a pasos agigantados y a los que siempre tiene presentes.
La realidad de la relación con sus nietos y una pasión predilecta
A pesar de que se presupone cercana y correcta, no se espera que la reina Sofía se pronuncie sobre cómo es la relación con los vástagos de sus hijos. Sea con Froilán y Victoria Federica, hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, con Juan, Pablo, Miguel e Irene, los de Cristina con Iñaki Urdangarin, o directamente con la princesa Leonor y la infanta Sofía. El hermetismo impera, aunque las imágenes hablan por sí solas. Basta con revisar el semblante de felicidad que ocupa su rostro cuando se encuentran en momentos clave, como la boda de Teodora de Greciao los días de los Reyes con sus hijas junto a la abuela en Mallorca este pasado verano.
Un análisis gráfico al que se suma la información publicada recientemente por la revista '¡Hola!', en la que se advierte de 'la verdad sobre Sofía' contada por su círculo cercano donde no faltan las referencias a sus nietos. Porque si hay algo que celebra la emérita haciendo oídos sordos a los escándalos de su marido, es el hecho de "haber conseguido que la familia vuelva a estar unida, después de años muy difíciles, y que haya paz". "Sus hijos, sus nietos y su nuera, doña Letizia, le dan mucha alegría", reza el texto publicado por el citado medio.
"Todos la quieren muchísimo, la cuidan, la protegen". Todos. No solo el Rey, que "no puede estar más pendiente", Elena, que "no falta a su cita con ella todas las semanas" o Cristina, que "en cuanto puede, da el salto a Madrid para estar con ella". También esos ocho nietos por los que "se muere" y "a los que quiere por igual". Eso sí, con una figura predilecta entre los ocho, porque lo que siente "con Leonor es pasión y se emociona cada vez que la ve vestida de militar o dando un discurso".
El gran pesar de Sofía en la relación con la princesa y la infanta
Un parecer, el de la admiración por la única de sus nietos que ocupa el primer puesto en la línea sucesoria, que no sorprende en demasía. Y eso que la mencionada publicación recalca que "no hay celos", ya que Sofía lee la situación como que "Felipe VI, el Rey, es de alguna forma su obra, y Leonor, la herencia, la que llevará la corona por la que tanto ha trabajado". Sea como fuere, no siempre es todo tan maravilloso y en esta relación entre abuela y nieta también existe un gran pesar.
Tristeza sobre la que la periodista Pilar Eyre, experta en Casa Real, ahondó recientemente en declaraciones para el programa 'Más vale tarde' y que va más allá de que estas semanas "están siendo un infierno". La cronista refiere a que, a pesar de la pasión, la relación que tienen la emérita y la Princesa de Asturias es "muy poca". "Prácticamente no ve a estas niñas", sentencia Eyre, señalando también que "cualquier persona que las vea juntas en una foto se da cuenta de que las nietas se comportan con ella con poca naturalidad". Una idea que se contrapondría con el deseo de la emérita de estar a su lado y que liga directamente con el pensamiento extendido de que, en realidad, Sofía nunca ha podido disfrutar tanto como quisiera de las hijas de los Reyes.