Hace cinco años, sobre el albero del Real, una reina europea movía los volantes de su traje. Arriba y abajo, con una inusitada gracia flamenca. Mientras sonría de lo más feliz a sus hijas, se acomodaba el mantoncillo y la peina. La imagen que se dibuja en la mente de todos podría ser la Letizia, pero quien la conoce bien sabe que jamás ha lucido (en público) uno de estos. Ni lo ha hecho ni lo hará. Ella es Máxima de Holanda, que dentro de unos días se convertirá en su anfitriona de honor cuando la asturiana acuda en viaje oficial a Amsterdam. 

A diferencia de nuestra reina, la argentina, de adopción holandesa, puede permitirse gestos que en la nuestra serían impensables. Hemos querido preguntar a una experta en protocolo para responder a una cuestión que llevan años haciéndose los sevillanos.

Letizia dice ‘no’ al traje de flamenca

En conversación con María José Gómez Verdú, a esta experta en protocolo y etiqueta no le cabe la menor duda: “Letizia no se viste de flamenca para no crear una distinción entre las comunidades”. Ahí radica el gran rechazo de la Reina a pasear con flor y mantón por la feria de Sevilla. “Si se vistiese de flamenca, también lo debería hacer de otros trajes regionales. Para mantener en la Corona una neutralidad evita mostrarse con trajes regionales”. 

Letizia no desea crear distinción entre comunidades para, de este modo, “evitar disputas” entre las mismas. Es una decisión propia que nace de ella misma y de su manera de entender su complicado trabajo de representación. Y es que, tal y como señala María José, la realidad es que no hay ninguna norma de protocolo que impida que la esposa de Felipe VI se decantara por un vestido de gitana o por uno de chulapa. Ella podría hacer lo quisiera, sin embargo, no lo hace. Es precavida y cauta. “Muchas veces ha hecho un guiño a la cultura y tradición española vistiendo vestidos con lunares o faldas mantón de Manila; este es su modo de transmitir el amor por su tierra”. 

LETIZIA
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De lo que no hay duda es que la imagen de una Letizia cañí daría la vuelta al mundo. Ya lo consigue con sus elegantes conjuntos de ‘oficina’, que siempre le reportan las mejores críticas, especialmente cuando opta por looks más elevados. Es consciente de ello. Pero quizás es lo que pretende evitar. 

Si un día vistiera una de estas creaciones, que son auténticas obras de arte, su gesto se amplificaría de tal modo que provocaría aquello que no quiere que ocurra: por un lado, hacer distinciones y, por otro de cara a la opinión internacional, realizar un mero ejercicio reduccionista de la cultura de nuestro país. Limitándose únicamente a mostrar solo aquello que es más turístico, y no dando altavoz a la riqueza cultural española. La periodista no quiere que fuera de nuestras fronteras se queden solo con la imagen de España, lunares, flecos y volantes. No, es mucho más. Son los bordados de Extremadura, los claveles de Madrid, espardeñas de Baleares, pañoletas gallegas… y mucho más. Letizia, siempre con un pie por delante en las intenciones de la prensa, sabe que este gesto podría suponer un verdadero subversivo, por lo que apuesta por tener otra serie de gestos que sí que den visibilidad a las diferentes tradiciones que llenan nuestra geografía.  

¿Cómo sería el traje de flamenca ideal para Letizia?

Sabiendo que no hay ninguna norma que impida a Letizia lucir su versión más flamenca, hemos querido saber cómo podría ser la mejor opción para la reina. “Estoy segura de que optaría por un vestido entallado que se abriese en la parte de abajo, sin volantes. Manga francesa o larga sin volantes en las mismas y escote cerrado, sin lunares, sino tinta unida”, señala Gómez Verdú. Una versión de lo más sobria del vestido de faralaes sin flores en el pelo ni peineta; y más cercano a un “traje de ceremonia” acompañado, eso sí, de un precioso mantón de Manila. Que en Casa Real debe haber auténticas joyas de la artesanía. 

Las otras veces que las ‘royals’ cayeron rendidas al traje de volantes

Letizia no lo ha hecho, pero su predecesora sí. La reina Sofía, en la década de los 60 se dejaba caer por el Real vistiendo su traje de flamenquita yeyé tan del gusto de la época. Modelo blanco, con lunares rojos y mantoncillo a juego. Pelo bien cardado y con las flores imprescindibles para despertar todos los ‘olés’ habidos y por haber. No fue la única vez. “Era otro momento social”, alude la experta en protocolo; quien también recuerda a las infantas, Elena y Cristina, con looks perfectos para ir a la Feria de Abril. 

Cuando el caso de Máxima, acompañada por sus tres hijas sale a relucir, María José tiene claro que esta reina “se integra en la fiesta de Sevilla como una más, no es Reina de España, sino de Holanda, así que sus vínculos institucionales con España, desde ese punto de vista son cero, a diferencia de Letizia”.

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Pero, si Letizia el día de mañana decide cambiar de estrategia, ardemos en deseos  de verla con una creación de Lourdes Montes o de Rocío Peralta, pero también con un modelo de fallera o un tamarco canario. Así sí que le daría altavoz a la riqueza española.