La de Enrique Ponce y Ana Soria es una de esas relaciones que más ha acaparado las miradas de la crónica rosa desde que vio la luz. No cayó en saco roto que el torero hiciese pública su separación de Paloma Cuevas en julio de 2020 tras más dos décadas de matrimonio. Menos todavía cuando la prensa se hizo eco que, tan pronto como se hizo saber la ruptura de la pareja, el de Chiva ya había encontrado una nueva mujer con la que compartir su vida. Ana, que por entonces tenía 21 años y estudiaba Derecho, era su nueva ilusión.

No es de extrañar que, tal y como sucede en otros tantos idilios cuyos protagonistas presentan una diferencia de edad tan destacada, fueran muchos los que pusieron la veracidad de su amor en entredicho. Un noviazgo cuestionado hasta los límites que dejaba su proyección de futuro en manos del tiempo. Ese tiempo que, para sorpresa de todos aquellos que no vieron continuidad posible, ha terminado por demostrar que entre Enrique y Ana la cosa va en serio. Tanto como que no solo siguen juntos en la actualidad, sino que esperan pasar por el altar el próximo 2025.

Fue el pasado mayo cuando se anunció que el novillero y la joven de Almería tienen previsto entonar el 'sí, quiero' en la primavera del año que viene. Justo cuando la despedida de Enrique de los ruedos se haya hecho definitiva, pues a pesar de que su último paseíllo en España tuvo lugar el pasado 10 de octubre en Valencia, todavía le quedan algunas corridas por delante. Todas ellas en Latinoamérica, con Perú, Colombia y México, que será su última parada en el mes de febrero, como destinos. Allí, como es costumbre, se espera que esté Ana. Constatando que el suyo es un vínculo irrompible, incluso más allá del amor que se profesan.

Enrique y Ana abren su primera sociedad juntos

Para muestra de ese proyecto de vida en común el último de sus proyectos 'profesionales' en el que también se han embarcado en común antes de formalizar su amor sobre el papel. Y en realidad, se trata de un asunto cuyo propósito va de la mano con la idea de construir un futuro juntos, pues no hay futuro alguno que no pase por organizar una economía compartida. Es por eso que, además de haber invertido en un inmueble, también están vinculados en el terreno fiscal y empresarial.

Es este el más desconocido de los lazos que ata a la pareja con independencia de un matrimonio o paternidad futuras, pues Ana, que todavía está estudiando y a la que no se le conoce ninguna actividad económica, figura como administradora solidaria de una sociedad con su futuro marido. Esta se llama Kravenitt'e 22 SL y, de acuerdo con la información disponible en los directorios del Registro Mercantil, tiene como objeto social "la promoción, construcción, venta y arrendamiento de edificios, locales y viviendas, así como la tenencia, adquisición, compraventa de fincas rústicas y urbanas, su parcelación y urbanización, arrendamiento no financiero, explotación y alquiler de bienes inmuebles".

Ana Soria Enrique Ponce
Gtres

De este modo, se evidencia una unión fundamentada por el emprendimiento por encima del afecto que se regalan día tras día. En este caso, un emprendimiento centrado en el mercado inmobiliario, con el que Enrique pretende que él y su chica saquen el máximo partido posible a las rentas de suelo que atesoran. Todo en el marco de esta sociedad, que ya ha comenzado a alimentarse del inmenso patrimonio de la pareja que se prevé siga aumentando progresivamente.

El patrimonio inmobiliario de la pareja antes de casarse

Todavía con el día de su enlace en un horizonte relativamente lejano, tanto Enrique como Ana pueden enorgullecerse de estar cumpliendo con creces en su objetivo de amasar un patrimonio inmobiliario muy bien valorado. Comenzando por ese chalet que se están construyendo en una zona residencial próxima al Cabo de Gata, en una parcela de 800 metros cuadrados cuyo oste asciende hasta el millón de euros. Fue esta su primera inversión común y el punto de partida de esa sociedad que los une, pues la mitad del primer chalet está a nombre de Soria como compradora.

En el caso de Ponce, cabe destacar que ya tiene experiencia en lo que a abrir sociedades, pues ya le ha sucedido con dos más. Oye Flaco SL, dedicada a la creación artística -que no ha tenido actividad alguna-, y CPM Building SL, con la que administraba el grueso de sus inversiones en bienes inmuebles hasta ahora, con un total de activos de 3,9 millones de euros de los que se extrae que sus beneficios fuera de las plazas han sido considerables. Tal y como se apuntó desde el programa 'Fiesta', la matriz de esta última empresa, Cetrina SL, gestiona la explotación de su famosa finca La Cetrina, en Jaén. Es decir, el lugar donde vivió con Paloma Cuevas en los años que estuvieron juntos, que tras venderse le ha permitido contar con un disponible sustancioso para inversiones futuras, como un ático que cabrían de adquirir para incluir en el catálogo de viviendas a disposición de los interesados.