Solo hace una semana que Casa Salesas abrió sus puertas al público y el negocio de Íñigo Onieva, marido de Tamara Falcó, ya ha tenido que hacer frente a su primera gran crisis de reputación. Todo un récord. 

Normalmente, esta clase de emprendimientos se topan con sus primeros traspiés varios meses después de su puesta en marcha, o a partir del año. En el caso del marqués (consorte), ha sido a los siete días. Y todo por unas reseñas que habrían podido ser el crimen perfecto, pero que resultaron un desliz de lo más amateur...

'Casa Salesas', críticas sesgadas

El 13 de mayo, cuando Casa Salesas aún no había tenido sus primeros clientes (que no fueran amigos, familia, etc…) las reseñas de Google se despertaban repletas de comentarios positivos. Unos alababan el excelente trato, otros, la exquisita calidad de los productos; pero todos coincidían en lo mismo, el fabuloso rato que habían pasado en este negocio que aún no había abierto sus puertas. Sospechoso. Ese día, la puntuación media era de 5/5 ¡Tremendo éxito! Pero los periodistas no tardaron en percatarse de lo que sucedía. 

Las críticas habían sido escritas por amigos de los empresarios e, incluso, por estos mismos. De hecho, Íñigo Onieva, como no podía ser de otro modo, se dejó escrito así mismo una crítica de negocio de lo más favorable; el problema vino cuando el equipo de marketing, quizás sin reparar en el nombre que había escrito, le agradecieron el gesto, “muchas gracias por tu valoración, Íñigo”. Ups.

No fue la única. Además de la del marido de Tamara Falcó, también se toparon con el comentario que hacía una clienta muy especial, la madre de Onieva. "Un lugar súper acogedor con una comida riquísima y un servicio muy atento, todo a muy buen precio además. Me encanta que se pueda ir tanto a desayunar como a tomar un café, como a una comida de trabajo o de diversión y cena con música”. Por un hijo, lo que sea. Y Carolina Molas estaba dispuesta a todo por levantarle el negocio al mediano de sus tres. 

¿Cuánto vale comer en restaurante de Íñigo Onieva?

Es curioso que la progenitora del empresario destaque lo del precio, porque ha sido una de las cosas que más se ha criticado al restaurante. Ahora que ya está abierto al público, podemos echar un vistazo a su variadísima carta: tortilla de patatas a 14 euros, huevos rotos (homenaje a Casa Lucio) a 21 euros, risotto estilo TATEL (el grupo de restauración del que Íñigo Onieva fue relaciones públicas) por 22 euros o un bikini (sandwich mixto de jamón y queso) por 12. Aparte, se cobra 3,5 euros por servicio.

Hay que tener en cuenta que los precios que se manejan en Casa Salesas son los habituales en este barrio de la capital, donde pagar 4 euros por una gilda es lo normal. Íñigo Onieva y sus socios, entre los que se encuentra ‘el Turronero’, no 'inflan' las facturas de sus clientes, simplemente, se suman a lo dispuesto por la competencia en una zona plagada de negocios no aptos para todos los bolsillos. De esta manera, por mucha campechanía que pretendan trasladar con su propuesta en redes sociales, queda claro que es una mera pose, puesto que están a años luz de abrazar unos precios populares; dejando bien claro quiénes desean que sea su clientela aspiracional. 

tamara falcó
GTRES

Volviendo a las polémicas reseñas; hasta hace un par de días uno también podía toparse con las de Enrique Eguiraun, amigo personal del yerno de Isabel Preysler. Viendo cómo todo el círculo de Íñigo se lanzó a comentarle y a subirle la puntuación, uno echaba de menos las palabras de su pareja, que, eso sí, aportó su granito de arena dando su opinión in situ, puesto que pudo probar los platos de la carta antes que nadie y, gracias a sus conocimientos como chef, seguro que hizo buenas puntualizaciones. Pero nada más. Su opinión no salió de las cuatro paredes de Casa Salesas, no la vertió ni en Google ni en las redes del restaurante. 

¿Una estrategia de Íñigo onieva?

Hasta hace unos días, estas opiniones excelentes convivían con otras que se movían en el extremo opuesto. Mientras los amigos de Íñigo destacaban el excelente rato que habían pasado, otros comentarios destacaban el “mal servicio” o las raciones escasas, tal y como recogió El Mundo. 

opiniones restaurante onieva
Google

Actualmente, el restaurante ha debido de hacer barrido por estas opiniones y solo se recogen dos; una de hace dos días y otra de hace solo 22 horas. Por un lado, tenemos la de una usuaria que le da una estrella y asegura que: “madre mía, lo siento, pero solo es postureo. Lo demás falso”; mientras que otra, italiana, destaca el “delicioso risotto trufado” y promete volver. 

A pesar de la desconfianza que ha podido generar toda esta polémica, lo cierto es que no parece haberle afectado a la propuesta gastronómica de Onieva. De hecho, ha podido jugar a su favor. Y es que si uno intenta reservar para el viernes 24 o el sábado 25 de mayo resulta imposible. Todo lleno. Ya lo decía Dalí, “el que quiera interesar a los demás debe provocarlos”, y el marido de Tamara parece que es un provocador nato.