Me encanta llevar un estilo de vida lo más saludable posible y, por eso, siempre intento meter en mi día a día una gran variedad de frutas y verduras de temporada (y locales, por supuesto). Por ejemplo, una de mis verduras favoritas, y que suelo comer con mucha frecuencia, es el brócoli. Porque, aunque para algunos el brócoli pueda tener cierto sabor insípido, a mi me parece un vegetal que da mucho juego en la cocina ya que es capaz de empaparse del sabor de los ingredientes con el que lo acompañes.

Y aquí me gustaría hacer un apunte importante porque, si no lo sabías, por mucho que nos concienciemos en llevar un estilo de vida saludable en el que cuidamos con amor todo lo que le damos a nuestro cuerpo, casi podría decirse que de nada (o de muy poco) serviría todo este esfuerzo si no cuidamos también que lo que comamos no contengan tóxicos. Por ejemplo, hace poco, a raíz de este vídeo publicado por la OCU, me di cuenta que llevo toda mi vida lavando mal el brócoli así que, sin querer, le he estado dando a mi cuerpo agentes contaminantes perjudiciales para la salud. Por eso, es fundamental aprender a lavar el brócoli correctamente. Te lo cuento a continuación.

¿Qué pasa si no lavamos bien el brócoli antes de consumirlo?

Durante su cultivo, el brócoli, al igual que otras muchas frutas y verduras, puede entrar en contacto con ciertos patógenos perjudiciales. Esto significa que, cuando lo compramos en la tienda o en la frutería y nos lo llevamos a casa, puede venir contaminado con  pesticidas, tierras, bacterias u otros residuos. Es decir, que si no lavamos el brócoli antes de consumirlo, podemos estar poniendo nuestra salud en peligro.

Para que lo entiendas mejor, el brócoli puede traer consigo los siguientes agentes contaminantes:

Pesticidas

El brócoli es propenso a plagas durante su cultivo, por eso, los agricultores suelen rociarlo con diferentes químicos para protegerlo. Si no lo lavamos correctamente, estaremos ingiriendo estos pesticidas, que pueden acumularse en nuestro organismo y causar problemas de salud a largo plazo.

Bacterias como E. coli o Salmonella

Estas bacterias pueden provocar infecciones gastrointestinales que se manifiestan en síntomas como diarrea, vómitos y fiebre. Aunque la cocción elimina la mayoría de estos patógenos, lavar el brócoli reduce significativamente su presencia.

Tierra y otros residuos

También es posible que el brócoli esté cubierto de tierra y otros residuos. Estos pueden no solo ser desagradables al paladar, sino también transportar microorganismos y parásitos que pueden causar infecciones.

Cómo lavar el brócoli correctamente
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Cómo lavar el brócoli correctamente

Así es cómo se lava el brócoli correctamente según la OCU

En el vídeo que te comenté antes, la OCU, junto a varios profesionales de la Escuela de Hostelería de Madrid, explican superbien todo lo que necesitamos para lavar el brócoli correctamente y el paso a paso que debemos seguir. Te lo dejo por aquí, toma nota porque es importante para tu salud:

Qué necesitarás

  • Agua
  • Lejía alimentaria para desinfectar verduras
  • Un recipiente hondo

Modo de limpieza

  • Paso 1. Antes de empezar con la limpieza propiamente dicha del brócoli, es necesario que te laves las manos para no pasarle bacterias o residuos.
  • Paso 2. Llena el recipiente hondo con agua y añade una gota de lejía de grado alimentario por cada litro de agua.
  • Paso 3. Sumerge el brócoli en esta mezcla durante unos 10 minutos para que la lejía alimentaria pueda hacer bien su proceso de desinfección.
  • Paso 3. Por último, cuando haya pasado este tiempo, retira el brócoli de la mezcla y enjuágalo muy bien debajo del grifo. Termina secándolo con un papel de cocina absorbente.

Otra forma sencilla de eliminar los bichitos del brócoli

Si no tienes lejía de grado alimentario en casa, no te preocupes, existe otro método para limpiar el brócoli muy extendido y efectivo para el que necesitarás usar un ingrediente que seguro ya tienes en algún armario de la cocina, vinagre blanco.

Para ello, en un recipiente añade 3 tazas de agua y una taza de vinagre blanco, remueve muy bien y añade el brócoli. Déjalo en remojo entre 15 y 20 minutos. Cuando pase este tiempo, saca el brócoli y enjuágalo muy bien con agua limpia y fría. Cuando esté bien enjuagado y sin restos de vinagre blanco, deja que se seque al aire libre, o como en el método de limpieza anterior, sécalo con un trozo de papel de cocina.