Durante el invierno, el cuerpo lo que más nos pide son platos calientes que nos ayuden a subir la temperatura corporal, de ahí que las sopas y los platos de cuchara, como las lentejas o el potaje, nunca falten en la mesa durante los meses más fríos del año. Pero en cuanto asoma el primer rayo de sol por la ventana, la cosa cambia: ¿quién se come un plato de fabada o un cocido madrileño en verano? Que es posible comerlo, ¡claro que sí!, pero el cuerpo no los pide tanto.

En verano apetece más la comida fresquita pero, sobre todo, que no te hagan pasar mucho tiempo entre los fogones cocinando, que el calor que transmite fuego se triplica con las altas temperaturas. Por eso, hay que incluir en el recetario veraniego platos que, además de ser fresquitos y nutritivos, sean fáciles y rápidos y que casi casi no necesites encender la cocina o el horno. Un ejemplo es esta ensalada de garbanzos con atún, una ensalada con la que, en un solo bocado, te llevarás una cantidad enorme de nutrientes a la boca. Y no solo eso, con ella también conseguirás que los peques de la casa coman legumbres casi sin darse cuenta.

Ensalada de garbanzos con atún, fresquita y nutritiva

La propuesta que te traemos de plato fresquito, sabroso y lleno de nutrientes es esta ensalada de garbanzos con atún. Una ensalada que, además de que tardarás poquísimo tiempo en preparar, triunfarás en la mesa con toda la familia porque es una forma diferente de comer legumbres, más divertida incluso para los niños. Toma nota de los ingredientes que necesitas para elaborarla y de su modo de elaboración.

Ensalada fresquita de atún y garbanzos
El Mueble RBA

Ensalada fresquita de atún y garbanzos

Ingredientes

  • 300 gramos de garbanzos cocidos
  • 2 latas de atún en AOVE
  • 1 cebolla
  • Un puñado de espinacas
  • Hierbas aromáticas
  • AOVE
  • Pimienta negra molida
  • Una pizca de sal

Modo de elaboración

  • Paso 1. Para que ahorres tiempo cocinando y no pases calor entre los fogones, te recomendamos que compres los garbanzos cocidos en bote, conservan todos sus nutrientes y no tienes ni que dejarlos en remojo ni cocerlos. Por eso, en este primer paso lo único que tendrás que hacer será escurrir el líquido del tarro de garbanzos y enjuagarlos con un poco de agua.
  • Paso 2. Por otro lado, lava y trocea las espinacas y reserva. Haz lo mismo con la cebolla.
  • Paso 3. Si has comprado las latas de atún en AOVE, tal como te hemos recomendado, no hace falta que escurras el líquido, ábrelas y vierte su contenido directamente en una fuente de servir. Desmenúzalo con un tenedor.
  • Paso 4. A continuación, añade al recipiente las espinacas cortadas, la cebolla y los garbanzos. 
  • Paso 5. En este quinto paso vamos a aliñar la ensalada. Para ello, salpimenta al gusto y vierte dos cucharadas de AOVE. Añade también alguna hierba aromática, como perejil o albahaca, y un poco de pimienta negra.
  • Paso 6. Mezcla muy bien todos los ingredientes para que se impregnen con el aliño y mete la fuente en la nevera para que esté bien fría a la hora de servirla.

Beneficios de los garbanzos y el atún

Los garbanzos y el atún son dos alimentos que, combinados, ofrecen una increíble cantidad de beneficios nutricionales, perfectos para una ensalada fresquita de verano, pero, sobre todo, para dar de comer legumbres a los niños casi sin que se den cuenta porque su sabor les resultará nuevo y más sabroso que los garbanzos tradicionales en plato de cuchara. Por su lado, los garbanzos son una gran fuente de proteínas, fibra y vitaminas y minerales como hierro, magnesio y zinc. 

Por otro lado, el atún es un pescado rico en ácidos grasos omega-3, ácidos fundamentales para la salud cardiovascular. El atún también es una fuente excelente de proteínas de alta calidad y contiene una buena cantidad de vitaminas del complejo B esenciales para el metabolismo y la producción de energía. Por eso, cuando combinamos garbanzos y atún en una ensalada, obtenemos como resultado un plato equilibrado, lleno de nutrientes, refrescante y delicioso, tanto, que hasta los niños lo querrán comer sin rechistar.