El miércoles 20 de marzo, Kate Middleton cerró la puerta de su despacho en Adelaide Cottage y suspiró. Tenía frente a sí uno de los grandes retos de su vida: escribir el comunicado con el que anunciaría a todo el mundo que estaba enferma. Que su ausencia obedecía no a un capricho sino a un cáncer para el que ya había iniciado tratamiento. Después de contárselo a sus tres hijos, este desafío no era menor.

En la mañana de ese miércoles 20, que había amanecido sorprendentemente soleado en Windsor, Kate Middleton buscó algo de paz y tranquilidad en casa. Lo hizo aprovechando que sus tres hijos estaban en el colegio y que eso le daría unas cuantas horas de tregua y de tranquilidad. Cerró la puerta del despacho, se sentó a la mesa y empezó a escribir.

Un discurso en soledad que se escribió 'solo'

Las palabras pronto fueron brotando. Un comunicado tan sincero que parecía escribirse solo. Eso era lo que ella deseaba. Tras semanas de desinformación, ahora Kate Middleton pondría fin a la rumorología. Quizás no es la forma que a ella le hubiera gustado contarlo, sobre todo, el momento en el que hacerlo público, pero las circunstancias se habían dado así.

Un buen amigo de la princesa de Gales ha desvelado, a través del Sunday Times que lo escribió sin ayuda de ningún tipo, “lo hizo ella sola y lo escribió muy rápido”. Según este informador, Kate Middleton lo hizo con el objetivo de acabar “rumores y especulaciones” en torno a ella y a su salud.

Recordemos que veníamos de días extremadamente complicados en los que se llegó a decir que sus últimas imágenes, tomadas en un mercado cercano a Adelaide Cottage, no las protagonizaba ella sino una doble. Que esta lucía muy diferente. Lo cierto es que sí, el aspecto de Kate Middleton había cambiado. Había perdido mucho peso pero debido a la enfermedad que se le diagnosticó tras su complicada intervención el pasado enero.

El objetivo final del comunicado de Kate Middleton

A pesar de que el objetivo del discurso era claro: frenar todas las teorías locas que no añadían más que dolor a su situación, lo cierto es que el público al que Kate Middleton deseaba dirigirse no era ese que generaba chismes sin sentido. No, ella quería hablarles a los miles de ciudadanos del Reino Unido, y de fuera de este, que realmente se habían preocupado por ella que estaba bien, que se encontraba en pleno tratamiento contra el cáncer pero que lo hacía confiada en su pronta mejoría. De paso, con este mensaje, también se hacía responsable de tantos hombres y mujeres en una situación parecida. Transmitiéndoles positividad. “Ella sintió que tenía que hacerlo por quién es. Kate sabe que es una figura pública y que tiene una enorme responsabilidad de liderazgo”, dice su buen amigo.

En sus palabras no dejó espacio a la angustia vivida, no era el objetivo. Fue sincera sin caer en el dramatismo, respondió a los grandes interrogantes que circulaban sobre ella y pidió respeto y tranquilidad ahora que todo había sido aclarado.

Vídeo, mejor que escrito

Es verdad que no han sabido manejar la crisis de la mejor manera, por eso la princesa, por primera vez en estos tres meses, quería hacer algo con lo que sí estuviera de acuerdo y tener el control de la situación.

Además, deseaba hacerlo en vídeo y no por escrito, como escogió hacerlo su suegro Carlos III. Para ella era imprescindible dar la cara. Poniendo voz y rostro ponía fin a las especulaciones más crueles y, además, transmitía un mensaje de tranquilidad. Se mostró con rostro sereno, más delgada sí, pero con buena cara, voz segura y amable.

Tras tener el discurso perfectamente armado, tocó grabarlo. Lo hicieron en los jardines del Castillo de Windsor y bajo una extremada privacidad para que ella se sintiera cómoda. El comunicado se mantuvo en secreto y se dio orden de no difundirse hasta el viernes 22 a las 6 de la tarde. Kate Middleton aún tenía que hablar con alguien más.

La conversación privada de Kate con su suegro

El jueves 21, Carlos III, a quien le diagnosticaron cáncer tras pasar por una revisión el pasado mes de enero, se reunía con su nuera en Windsor. Tal y como ha publicado The Sun, el monarca no dudó en viajar de Londres a Windsor con el fin de mantener una conversación privada con su nuera. Quizás una de las conversaciones más sinceras y dolorosas de sus casi 20 años de relación.

Suegro y nuera tuvieron un almuerzo a puerta cerrada para preservar al máximo su intimidad. Los dos se encuentran atravesando un momento muy parecido y una conversación como esta era necesaria.

Carlos III salió de la reunión “profundamente emocionado” por todo lo que había hablado con la princesa de Gales, que también recibe tratamiento de quimioterapia. Definió a su nuera de “valiente”, y volvió a dejar entrever su inmenso cariño por ella.

Kate Middleton le avisó de la decisión que había tomado y advirtió de cómo la iba a llevar a cabo: un comunicado escrito por ella misma y grabado en vídeo. Él dio luz verde al plan, puesto que, para él, su nuera es casi “como una hija”. Algo mutuo, puesto que la esposa de Guillermo le ve como una figura de referencia; ya que “le tiene un gran respeto por su posición”, además de un “profundo amor”; tal y como se destacó en The Times.

El resto ya lo sabemos: el viernes a las seis de la tarde, hora inglesa, el discurso de Kate Middleton paralizó el mundo entero y ella logró, al fin, eso que tanto deseaba, acabar con el chisme.

Tan solo 24 horas más tardes, las reacciones del matrimonio al cataclismo del mensaje de la princesa de Gales. Una las palabras de profundo agradecimiento, hechas públicas a través del Palacio de Kensington, por los cientos de miles de muestras de cariño recibidas.

Kate no habría hecho así las cosas, pero, al menos, el resultado sí que es el que ella deseaba.