Es indudable que, en la era moderna, el estrés ha pasado a ser uno de esos fantasmas omnipresentes que nos persigue a muchos en nuestro día a día. Aquí da igual el género, la edad o la situación en la que nos encontremos. Todos, tarde o temprano, nos encontramos cara a cara con el estrés.

Y es que la sociedad moderna parece haber pulsado el botón de acelerar para todo. Vivimos en la era de lo inmediato, de lo rápido, del rendimiento y la productividad. Pero si hay una cultura que sabe de este tema y que nos lleva años de ventaja enfrentando sus problemas, es la japonesa. Allí, donde el estrés puede ser casi categorizado como causa de muerte, se han desarrollado las mejores técnicas para hacerle frente, y hoy, con la ayuda de Ana Isabel Hernández, fundadora de Quality Lives y consultora especial en bienestar corporativa, vamos a conocerlas.

¿Por qué vivimos tan estresados?

Quizá el primer paso, y el más adecuado, para lidiar con el estrés sea identificar sus principales factores. Así podemos abordarlo desde la raíz, separando siempre el estrés malo, el que se convierte en algo nocivo, de esa pizca necesaria y esencial para impulsarnos y seguir adelante día a día. A este “estrés malo”, tal y como explica la experta, lo llamamos distrés.

Entre sus mayores disparadores o aliados se encuentran las altas expectativas, tanto las que nos imponemos a nosotros mismos como las que percibimos de los demás. El perfeccionismo y la necesidad constante de superarnos se suman a este tándem para crear el entorno perfecto para que el estrés eche raíces en nuestra vida.

Todo esto puede verse agravado por una falta de equilibrio entre el trabajo y la vida personal, que hace que la bola de nieve del estrés se haga cada vez mayor hasta volverse imposible de gestionar. En palabras de Ana Isabel Hernández, nuestra experta, “en una sociedad donde el éxito profesional a menudo se mide por la cantidad de horas dedicadas al trabajo, es fácil (y muy habitual) caer en la trampa de descuidar otras áreas de nuestra vida, como la salud, las relaciones personales y el ocio”.

4 técnicas japonesas para lidiar con el estrés

Ya sabes todos los riesgos que conlleva vivir con estrés día tras día sin hacer nada para remediarlo. Pero ¿cómo podemos combatir el estrés? Aunque en occidente también contamos con nuestros propios medios para gestionarlo, en oriente nos llevan años de ventaja. En Japón, donde el estrés empezó a sesgar vidas mucho antes de que la OMS (Organización Mundial de la Salud) la declarara la mayor pandemia de la era actual, saben mucho sobre cómo enfrentarlo.

Vivir según el wa

El primer consejo que nos propone Hernández es, más que una técnica en sí misma, una filosofía de vida. El wa es un concepto que enfatiza la importancia de mantener relaciones pacíficas y equilibradas, tanto con los demás como con el entorno.

Para aplicar el wa en tu vida debes empezar a vivir bajo los siguientes principios:

  • Respeto y cortesía. Respetar a los demás es lo más importante para el wa. Y eso incluye ser puntual, no elevar la voz y ser considerada con las necesidades y deseos de los demás.
  • Cooperación y consenso. Juntos somos más fuertes, y vivimos menos estresados. Valora por encima de todo el trabajo en equipo, en detrimento de la individualidad con la que solemos desenvolvernos. Busca en consenso en las decisiones, en lugar de competir agresivamente con tus iguales.
  • Armonía con la naturaleza. Pasa tiempo al aire libre, conecta con la naturaleza y, si está en tu mano, haz que esté presente en todas partes. En Japón, tanto la arquitectura como el diseño tienen en cuenta este precepto, haciendo énfasis en la integración armoniosa del entorno natural en la ciudad.
  • Simplicidad y minimalismo. No necesitas mucho para ser feliz. De hechos, los excesos y la complejidad con la que miramos al mundo añaden mucho estrés en nuestra vida. En todos los aspectos de tu vida, opta por el minimalismo, y prioriza lo fundamental y lo sutil.
  • Importancia de la comunidad. Si contribuye al bienestar de la comunidad, estarás contribuyendo al tuyo propio. Participa tanto como puedas, acude a actos vecinales, colabora en la limpieza de espacios compartidos y busca apoyo en tus vecinos, amigos y familiares, ofreciendo el tuyo a cambio. Los humanos somos seres sociales, hechos para vivir en comunidad, no en soledad.

La ceremonia del té

Si te gusta la cultura japonesa, es muy probable que alguna vez hayas visto esta ceremonia en películas o series. Es un ritual tradicional que va mucho más allá de tomar el té. Como nos explica Ana Isabel Hernández, se centra en la conexión con el momento presente y en la apreciación de la belleza de lo simple. Y esto, ciertamente, es muy beneficioso para lidiar con el estrés.

Conocida también como chanoyu o chado, la ceremonia del té japonesa integra elementos de la filosofía zen, el arte y la ética social. Es evidente que realizarla a la perfección en casa puede ser complicado, pero dedicar tiempo a reflexionar sobre sus beneficios puede ayudarnos a buscar pequeñas ceremonias en nuestro día a día que nos hagan sentir conectados al presente.

Durante este ritual, la tranquilidad y el ambiente meditativo se vuelven palpables. Todos los participantes deben centrarse únicamente en el momento presente, lo cual ayuda a combatir de forma sencilla y rápida el estrés y la ansiedad. Consiste en centrarse en los detalles sensoriales, en las propias acciones de la ceremonia, apartando la mente de aquello que nos da vueltas y nos estresa.

Té japonés
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Requiere también de disciplina y estructura, dado que se fundamenta en rutinas que deben repetirse de forma diaria. Esto, como ha quedado demostrado, mejora la salud mental, al proporcionarnos una sensación de control y previsibilidad.

Por último, la ceremonia del té se basa en la belleza y en la estética en su forma más simple. Apreciar la belleza de las pequeñas cosas fomenta una sensación inmensa de positividad, que nos ayuda a alcanzar la paz interior.

Si tienes la posibilidad de acudir a un curso o taller para aprenderla, te lo recomiendo, porque es una experiencia reveladora. Y si no, seguro que eres capaz de encontrar tu propia “ceremonia del té”, un punto de referencia de tranquilidad, rutina y belleza sencilla.

Ikebana

El ikebana es el nombre que recibe el arte japonés del arreglo floral, que se diferencian de los occidentales por su énfasis en la estructura, la forma y la armonía de todos sus elementos. Tiene origen en una serie de rituales budistas, que ofrecían las flores a los espíritus de los muertos, y ha evolucionado hasta convertirse en una práctica artística profundamente ligada a la meditación y la filosofía.

Pero ¿qué beneficios ofrece para la salud mental este arte tan sutil y especial? Al igual que con la ceremonia del té, puede que no te sobren oportunidades de aprenderlo, pero puedes encontrar tu equivalente en la vida diaria o, sencillamente, intentar encontrar tu propia forma de ikebana creando arreglos florales a tu manera.

Lo importante es que el proceso se base en la meditación, la concentración y la atención plena, que es lo que ayuda a calmar la mente, a reducir el estrés y mejorar el enfoque.

Japoneses
@tomomi.ishimura

Además, el ikebana es una actividad creativa, que puede ser terapéutica y puede ayudarte a expresar todas esas emociones y pensamientos que estás reprimiendo por culpa del estrés.

Esta tarea requiere también de una conexión directa con la naturaleza, lo cual es claramente positivo para la salud mental. Requiere de paciencia y perseverancia, pero es precisamente por eso que cuando acabes tu primer arreglo floral sentirás una gran sensación de logro y satisfacción. Y todo esto, unido, hará que consigas lidiar mejor con el estrés y todas las emociones negativas que conlleva.

Una alternativa muy similar, tal y como nos explica la experta, es practicar el arte del bonsai. Cuidar de estos pequeños arbolitos requiere de paciencia y dedicación, y puede ser una gran forma de lidiar con el estrés.

Shirin-yoku o baño de bosque

El shirin-yoku, que podríamos traducir como “baño de bosque” consiste en estar presente en un bosque o lugar similar, caminar lentamente, respirar de forma profunda y abrir todos los sentidos a la experiencia. La intención no es hacer ejercicio, ni ponerte en forma, sino conectar con la naturaleza por medio de los sentidos, permitiendo que tu mente se centre en lo natural.

Esta técnica ha sido objeto de numerosos estudios, en especial en Japón y Corea del Sur, y muchos de ellos apuntan que sus beneficios para la salud son más que evidentes.

El shirin-yoku, además de ser fácil del realizar, ayuda a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, mejora el estado de ánimo, y hasta parece tener un efecto positivo sobre el sistema inmunitario.

Por todo esto, te recomiendo que pongas en práctica esta técnica japonesa tanto como puedas. Tan solo sumérgete en la naturaleza y deja que tus sentidos se pongan en contacto con ella, que se pierdan en ella. Sentirás sus efectos nada más probarlo.