Mi pareja me dice que soy muy exigente y que me enfado por todo. Creo que las cosas pueden hacerse bien y sí que es cierto que no entiendo por qué la gente no hace las cosas mejor. Él me dice que siempre estoy criticando y eso le cansa. De verdad que no se qué hacer, no sé si puedo dejar de ver los fallos...

¡Claro que puedes! Tendrás que trabajarlo, porque implica dejar de mirar con las gafas de la crítica y empezar a convivir con los maravillosos fallos.

A veces las cosas pueden hacerse mejor y otras no es necesario. Me gusta la idea de menos es más. Es decir, que sea suficientemente útil o suficientemente bueno es tremendamente eficaz. Buscar mas allá a veces no mejora lo que hacemos sino que nos mete en un bucle de duda y de perfección. Eso no nos interesa.

Asume que las cosas y las personas son como son y que eso es genial. Intentar que tu realidad encaje con tu mundo interior y tus normas es un desperdicio de tiempo y energía. Canaliza fuerzas hacia la aceptación, hacia ver lo bien que salen las cosas cuando quitamos el yugo de la perfección. Es imposible que alguien se equivoque en todo siempre, igual que lo es que alguien acierte en todo siempre.

Es cierto que es agotador convivir con alguien que siempre ve el fallo. Incluso para la misma persona. Para ti tiene que ser muy cansado estar continuamente haciendo auditorias a los demás, ¿no? Deja vivir, relájate, aprende a ver el mundo como falible y maravilloso. Tú también eres falible y maravilloso.

Esta todo bien, somos nosotros los que ponemos límites.