Kate Middleton, mujer detallista como pocas, lo había dispuesto absolutamente todo para que su reaparición fuera sencillamente perfecta. Tenía de la mano la ocasión ideal para postear su primera foto (oficial) tras meses de ausencia: la celebración del Día de la Madre. Una fecha familiar, lo suficiente informal y le permitía a ella manejar los tiempos. Tenía que ser sí o sí el 10 marzo. Así que ideó el mejor plan para tener la mejor sesión de fotos. Lástima que el resultado fuera mucho peor que seguir alargando el atronador silencio...

The Times publica que Kate Middleton realizó esta sesión fotográfica el 8 de marzo. Algo sencillo, amateur, el adjetivo que no ha dejado de repetirse desde entonces y de lo más fresco. Unas fotos tomadas en el jardín de Adelaide Cottage, y pensadas para publicarse dos días después a través de las redes oficiales de los Príncipes de Gales.

En casa y con Guillermo como fotógrafo 

Los exteriores de su propio hogar le servirían para enviar al mundo un mensaje de lo más tranquilizador, ‘eh, chicos ¡estoy bien! ¡Mirad como sonrío junto a mis hijos!’.

Ella pensó las poses. Yo, sentada, convaleciente, recuperándome de una intervención quirúrgica. Perfecto. El mayor, Georgie, rodeándome con los brazos. Sí, tiene sentido. Él es el heredero. Debe estar en la parte superior de la pirámide ‘royal’. Charlotte y Louis, escoltándome. Cada uno a un lado. Risas. Muchas risas. ¿Así? No, más. El mensaje debe de ser optimista, ¡pongámosle ganas! Y haciendo disparar el obturador, su esposo, Guillermo. Ella es la fotógrafa de la familia, pero, en esta ocasión, el príncipe tendría que encargarse de serlo. 

foto kate hijos
Palacio de Kensington

Era lo lógico. Guillermo debía hacerse a un lado en un día que celebra la figura de todas las madres. Así que él, solícito, cargó con la carísima cámara de su esposa. Una Canon profesional que cuesta más de tres mil euros. Cuidado, que no se te caiga. El Príncipe de Gales estuvo 40 minutos haciéndoles fotos a su mujer y a sus tres hijos. Entregado a la causa, como la pareja de cualquier influencer. Y, hasta que Middleton no estuvo satisfecha con el resultado, no paró de disparar. 

Kate Middleton

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Finalmente una. ¡Ah, sí! ¡Esta! ¡Esta es la mejor de la sesión! Kate está guapa, su sonrisa resulta franca y los niños lucen adorables. Es la correcta. Con este gesto se meterán al pueblo británico en el bolsillo y, lo mejor de todo, devolverán algo de paz a la convulsísima Corona británica. Desde luego, la intención era buena. 

Cuando Kate Middleton se pone a volcar el contenido de la sesión, de pronto, no está satisfecha. Tuerce el gesto y descubre en la foto detalles que no le gustan y que le restan ‘perfección’ a la estampa. Que si la manga de la rebeca de Charlotte, su cremallera, el jersey de Louis… Toma una decisión: retocará ella misma la instantánea. Si han hecho todo el proceso en la más estricta intimidad familiar, el retoque también será de ese modo.

Kate Middleton
Gtres

Kate Middleton se acerca a su ordenador de la marca Apple, abre las licencias para poder usar el Photoshop y ya está dentro. Un sinfín de posibilidades gracias al tampón de clonar se abre ante ella. Quiere ser discreta y no retocar mucho. Le restaría frescura, lo que ha primado en todo momento desde que tuvo la idea de reaparecer con motivo del Día de la Madre. La retoca hasta en dos ocasiones porque no parece satisfecha con el resultado. Lo hace “pensando en sus propios hijos”, desvela el medio estadounidense.

El perdón de Kate Middleton

Al fin parece convencida. Guarda la imagen en su escritorio y después se encargará de distribuirla a su equipo de prensa, para que el 10 de marzo, por la mañana, le den a publicar tanto en Twitter como en Instagram. Además, les pasará el texto que debe acompañar a la fotografía. Algo sencillo, sin demasiada complicación que case con el estilo casual de la instantánea. “Muchas gracias por vuestros amables deseos y por vuestro apoyo constante a lo largo de los dos últimos meses. Deseo a todos un feliz Día de la Madre”. Y la firma, que no falte. Una letra, eso da cercanía. C. No, K, no, C. De Catherine, informal e institucional a la vez.

mensaje disculpas
Palacio de Kensington

Todo parecía que había salido sobre ruedas cuando, de pronto, las redes se llenaron (más todavía) de teorías conspiranoicas. ¿Por qué hay retoque? ¿Qué han querido ocultar? ¿Nos están mintiendo? ¡Es una foto de hace tres meses!… No, definitivamente, esto no era lo que Kate Middleton pretendía transmitir. 

Veinticuatro horas más tarde, el famoso comunicado. Y, de nuevo, la C. Un comunicado tan oficial que estaba escrito en primera persona. “Como muchos fotógrafos amateurs, a veces experimento con la edición. Quería manifestar mis disculpas por cualquier confusión que haya podido generar la foto familiar que compartimos ayer. Espero que todo el mundo celebrara un feliz Día de la Madre. C”.

Kate Middleton, que se imaginó este gesto trayendo la paz a la Corona británica, ha acabado siendo una muesca más en un cinturón cada vez más apretado que no deja respirar a sus miembros.