Hay cosas que terminan tan rápido como comenzaron. Una afirmación tan pretenciosa como aplicable a la brevedad del pasarlo bien en un viaje, aunque no todas las visitas al extranjero vayan ligadas al puro disfrute. Cuestiones de brevedad y compromiso que, sin lugar a dudas, tienen mucho que ver con la primera de las paradas de la travesía que han emprendido Mary y Federico de Dinamarca. La recién coronada pareja real ha hecho ya la primera de las paradas de este particular tour escandinavo en Suecia. Un visto y no visto, dos días de nada. Llegaron el 6 de mayo y se marchan este mismo 7. 

Sea como fuere, y aunque su tiempo en Estocolmo sean nada más dos días, no les han faltado —ni les faltarán— las cosas por hacer. Desde el minuto uno, su agenda ha estado repleta de tareas con las que cumplir en suelo sueco. Acompañados en todo momento por las instituciones de la nación vecina, claro está. No solo por el soberano, Carlos XIV Gustavo, y su consorte Silvia, sino también por los príncipes Victoria y Daniel. Gestión arriba y gestión abajo, de la mano desde un buen principio, pero no hasta el final. Llegados a este punto, sus caminos se separan.

El plan de Mary sin Federico y con Silvia de Suecia en un museo

Sin ser motivo de alarmismo expreso, aunque los más observadores de la Corona serán conscientes de que Federico y Mary no atraviesan el mejor de sus momentos. Tan sencillo como remitir al 'huracán' Genoveva Casanova del pasado noviembre, cuando la revista 'Lecturas' cazó al entonces heredero viviendo una escapada secreta junto a la empresaria. Por suerte, y abdicación de Margarita II mediante, eso quedó en el pasado. ¿O no? Saberlo o surge de algo tan subjetivo como el análisis de los gestos del matrimonio. Algunos tan significativos como apostar por asistir a los eventos oficiales sin la compañía del otro. Ha sido esta una dinámica constante en el tiempo. Sobre todo en las últimas semanas, antes de la celebración del cumpleaños de la Reina emérita y de que subiesen a bordo del Dannebrog, el yate real que será su hogar durante las próximas semanas.

En cualquier supuesto, no ha sido una decisión premeditada esta vez, puesto que esta separación formaba parte del plan previsto para sus dos días en Estocolmo desde un buen inicio. De hecho, solamente ha sido durante unas horas de este domingo cuando Federico se ha 'distanciado' de su esposa. Sobre las 9:45 h, junto con el Rey de Suecia y sin Mary, ha visitado el regimiento anfibio de Estocolmo en una recepción de la comandante Ewa Skoog Haslum. Mientras, y cerca de las 11:20 h, su mujer tenía otros planes, porque se ha desplazado con Silvia de Suecia hasta el museo Waldemarsudde del príncipe Eugen. Allí las esperaban Karin Sidén, la directora del museo, y Parisa Liljestrand, la ministra de Cultura de Suecia.

Letizia Mary

Artículo relacionado

Exigencia de la Corona

La prohibición que la Casa Real danesa impone a Mary en sus viajes y Letizia nunca aceptaría

Adrián Monterrubio

 

mary donaldson

Visita ‘de chicas’ en toda regla, en la que Sus Majestades han podido hacer un recorrido por la amplia selección de pinturas, textiles e incluso muebles de la artista Marie Krøyer que comprende la exposición. Un rato agradable acompañada por su homóloga en la única ‘oportunidad’ de Mary de gozar de un rato sin su marido. También efímero, porque a las 12:30 h ya tenían programado su reencuentro, en un almuerzo en el Stadshuset con el alcalde Olle Burell y la consejera financiera Karin Wanngård. El primero de otros tantas citas que llevaran a una gran despedida en la tarde de hoy, esta vez a bordo de la particular 'casa flotante' de los daneses. El adiós definitivo para poner rumbo a Noruega, su segundo destino.

Mary gana confianza y apuesta por un 'look' muy Letizia 

Después de una aparición algo descafeinada en el Palacio de Estocolmo —con los rubíes y su cardado como protagonistas— así como alguna que otra sonrisa forzada en la ceremonia de bienvenida, Mary ha derrochado confianza en esta segunda jornada. ¿Fruto del 'efecto Letizia', quizás? Podría ser, porque no hay ninguna duda de que el atuendo que ha elegido recuerda a 'looks' del armario de la consorte de Felipe VI. Todo al rojo en un vestido de Raquel Diniz con largo midi, la Reina de Dinamarca ha estilizado su figura con mangas abullonadas, falda con aberturas y el escote en forma de lágrima muy favorecedor de una pieza que ya ha usado en otras ocasiones.

Todo esto, cubierto por una capa en tono camel de Oscar de la Renta y acompañado de un bolso de mano y unos guantes a juego. Eso, y algunas de sus joyas favoritas, como las pulseras de Cartier y el broche en forma de hoja del joyero real que sí se ha podido llevar fuera de Dinamarca. Sin duda, una elección 'muy Letizia'. Basta con ver la capa, muy similar a la que ella eligió lucir en su viaje de Estado a Suecia en el 2022. El de Mary y Federico está a punto de terminar, aunque aún queden algunas cosas por hacer. Tic tac, tic tac. En cuestión de horas volverán a zarpar.