Si os hablo de hijas bastardas, de amores repentinos, príncipes enamoradizos, palacios con grandes secretos y herederas ocultas seguro que os viene a la mente rápidamente cualquier serie de temática medieval, con algún que otro toque de fantasía, que es viral desde hace meses. Pero ¿y si os dijera que esta historia la podemos encontrar en un reino mucho más cercano y actual de lo que creemos?. Bueno, mejor dicho, principado. Si no, que se lo digan a Alberto de Mónaco, cuyas historias amorosas ha supuesto alguna que otra sorpresa para los Grimaldi. 

No es ningún secreto que Alberto II de Mónaco, el hijo de Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, ha sido uno de los ‘royals’ europeos con una vida amorosa de lo más agitada. Aunque casi todos han aprovechado su privilegio real, los escarceos públicos del monegasco han sido tremendamente visibles. Por eso, aunque la noticia sorprendió al mundo por completo, venía precedida por fuertes rumores al respecto. Hablamos de cuándo el monarca reconoció públicamente que tenía una hija secreta: Descubrimos así la historia de Jazmín Grace Grimaldi. 

Un amor de verano con inesperada consecuencia.

La estadounidense Tamara Rotolo, que se encontraba visitando Europa, decidió pasar su verano de 1991 en la Costa Azul. No cabe duda de que iba a ser un verano muy especial para la americana, viviendo de cerca el lujo europeo y la esencia mediterránea. Allí, entre paseos por la playa y noches de estío en diferentes fiestas, conoció por casualidad a Alberto II de Mónaco, asiduo a dicha zona de veraneo. 

La Riviera Francesa se convirtió entonces en el escenario de una relación fugaz e intensa, que dio como resultado una inesperada sorpresa. Tras varios encuentros divertidos, al acabar los días de vacaciones, la americana volvió a California, su lugar de origen. Y allí descubrió que estaba embarazada. Un amor de verano con una inesperada consecuencia. ¿Qué iba a pasar con esta joven “heredera” pero bastarda, ya que no fue concebida dentro del matrimonio?

La discreta vida de Jazmín Grimaldi cuando pequeña 

La joven llegó al mundo el 4 de marzo de 1992, en Palm Springs, California, y se convirtió automáticamente, sin pretenderlo y sin tener culpa ninguna, en un “pequeño problema” que gestionar por parte de la corona monegasca. La inesperada nieta de Grace Kelly comenzaba así una vida “secreta”, ya que aunque eran inevitables los rumores alrededor de su padre, los kilómetros de distancia hacían que pudiera vivir de forma tranquila y como una niña americana normal. Eso sí, con las mayores comodidad, como estudiar en algunas de las mejores escuelas privadas de los Estados Unidos, incluyendo la Escuela de Santa Margarita en Rancho Santa Margarita.

La “decisión” de formalizar la situación 

Y, como si del guion de una película se tratara, cuando la joven había cumplido 14 años, en plena preadolescencia, llegó el bombazo y se convirtió en princesa por sorpresa. Tras intensos rumores por parte de la prensa europea durante años, y tras la solicitud de una demanda y prueba de maternidad por parte de Tamara Rotolo, fue el propio Alberto de Mónaco, tras hacerse la prueba de paternidad por solicitud judicial, y salir como padre de la joven, en el que el año 2016 decidió lanzar un comunicado, a través de sus abogados, para confirmar su paternidad, pasando a convertirse así en su hija mayor.

Parece ser que el propio príncipe, confirmado por ellos mismos, había estado involucrado en la vida de la joven desde que era pequeña, pero de manera totalmente privada y secreta, hasta que decidió hacerlo público para, además de acallar rumores, darle el espacio y el lugar que se merecía a la propia joven. Pero, ¿y la línea de sucesión al trono? Jazmín Grimaldi no tiene derechos sucesorios al trono de Mónaco debido a que nació fuera del matrimonio. 

Desde ese momento, la joven se convirtió casi en una celebrity internacional, e incluso su propio padre ha hablado sobre ella en varias entrevistas, describiéndola de una forma muy cariñosa. Ha sido vista en varios eventos oficiales en Mónaco, incluyendo las celebraciones del Día Nacional de Mónaco, lo que indica una creciente conexión con sus raíces monegascas, donde incluso ha demostrado llevarse muy bien con sus hermanos pequeños. Su vida ha sido objeto de interés debido a su conexión con la familia real monegasca, pero también ha intentado mantener una carrera independiente basada en su pasión, porque decidió convertirse en algo sorprendente, pero que lo llevaba “en la sangre”. 

La vida pública de Jazmín Grimaldi al crecer

Parece ser que los focos, a los que tan acostumbrado está su padre, y que convirtieron a su abuela en un mito, ha sido lo que más ha llamado la atención de la joven, que decidió enfocar sus pasos para convertirse en actriz. Desde joven mostró interés en las artes, especialmente en la música y la actuación, participando en obras de teatro y en coros escolares, tanto le gustó, que continuó ampliando su formación al respecto, estudiando teatro en la Universidad de Fordham en Nueva York. Pero no ha sido hasta su adultez cuando ha comenzado a trabajar como actriz de forma recurrente, como su aparición puntual en la serie “La Maravillosa Sr. Meisel”.

Además de la interpretación, la joven también ha apostado por el mundo de la música, donde hasta ha llegado a publicar canciones con marcado aire pop. Y también por actividades filantrópicas, ya que en el año 2012, fundó “Jazmin Fund”, una organización que se centra en la ayuda a las personas de Fiji. Según explica Andrea Jiménez en Jaleos, “A pesar de tener ya 32 años, continúa recibiendo una paga trimestral de su padre, tal y como desveló el administrador de finanzas del príncipe Alberto. En total, recibe 79.000 euros cada tres meses que le permiten llevar una vida repleta de lujos”, por lo que la conexión con su padre sigue siendo más productiva que nunca.