1 / 11
1. Multiusos, jabón para la ropa y lavavajillas
La mayoría de estos productos de limpieza contienen alcohol, propilenglicol y tripolifosfato de sodio. El alcohol puede causar náuseas y vómitos si se ingiere; el propilenglicol es irritante y puede causar daños en el sistema inmunológico; y el tripolifosfato de sodio irrita la piel y puede ocasionar ceguera en contacto directo con la piel y los ojos.
2 / 11
2. Aromatizantes
La fragancia o el perfume de los limpiasuelos y otros detergentes del hogar puede causar asma, náuseas, irritaciones cutáneas, cambios de humor repentinos, depresión y pérdida de memoria. El culpable es el EDTA, un contaminante orgánico persistente y súper perjudicial para el medio ambiente.
3 / 11
3. Detergente para el baño y el inodoro
Suele contener cloro, un elemento químico que irrita la piel, los ojos y los pulmones. Además suele llevar paradiclorobenceno, que puede dañar los ojos, la nariz y el sistema nervioso. Y en los que son desinfectantes suele haber fenol, un componente muy perjudicial si se ingiere ya que es potencialmente cancerígeno.
4 / 11
4. Limpiacristales
La mayoría de estos productos están hechos a base de amoníaco, un compuesto que en grandes concentraciones puede irritar los ojos, la garganta y las vías respiratorias, así como inflamar los pulmones y destruir la mucosa gástrica, además de lesiones en la epidermis.
5 / 11
5. Blanqueadores
Uno de sus componentes, el hipoclorito de sodio, es especialmente nocivo. Ingerido en grandes cantidades ocasiona delirio, baja presión sanguínea y daños graves en el esófago y el estómago. Nunca debe mezclarse con amoníaco ya que produce una reacción química que emana gas tóxico.
6 / 11
6. Limpiahornos y desatascadores
Para combatir la grasa y los atascos, suelen contener hidróxido de sodio o sosa cáustica, un producto que puede ocasionar daños gravísimos en el sistema gástrico y digestivo en caso de ingestión. Ese compuesto también suele encontrarse en productos desinfectantes y anti-hongos.
7 / 11
7. Desengrasantes
Suelen llevar disolventes butilo tóxicos, que pueden dañar al hígado, los riñones y el sistema central nervioso. También los suelen llevar los multiusos y los limpiacristales.
8 / 11
8. Anticales y limpiametales
Su elemento nocivo, entre otros, es el ácido clorhídrico o ácido muriático, que es súper corrosivo e irritante para cualquier tejido que entre en contacto con él. Una exposición muy elevada a este ácido puede provocar líquido en los pulmones y muerte por asfixia.
9 / 11
9. Pulidores de zapatos y suelos
Mucho cuidado si entre sus componentes ves que contiene nitrobenceno, un producto muy tóxico y fácilmente absorbible a través de la piel, los pulmones y el intestino en caso de entrar en contacto, respirarlo en grandes cantidades o ingerirlo. Puede llegar a causar daños graves en el sistema nervioso, defectos en los fetos y hasta la muerte.
10 / 11
10. Abrillantadores para los muebles
Suelen contener formaldehído, un compuesto que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasifica como “carcinógeno confirmado para humanos”.
11 / 11
Existe la creencia generalizada de que los productos de limpieza son inocuos e inofensivos, pero como has visto muchos son extremadamente dañinos para la salud si se entra en contacto con ellos. Y no solo si se ingieren de forma accidental, sino también al inhalarlos o al entrar en contacto con la piel, los ojos, la nariz y la boca.
Productos de limpieza tóxicos: cómo evitar peligros
Aunque no todos los detergentes contienen estas sustancias y compuestos tóxicos, sigue las siguientes recomendaciones si quieres reducir riesgos.
- Procura ventilar bien la estancia mientras estés limpiando.
- Mantén los productos de limpieza bien cerrados, y en un lugar seguro y alejado del alcance de los niños o los animales domésticos.
- A la hora de limpiar, protégete con guantes y ropa adecuada, y ten mucho cuidado con las salpicaduras en los ojos, nariz, boca y piel en general.
- Lee atentamente tanto las instrucciones de uso como las advertencias de peligro, y cúmplelas.
- Evita aquellos productos que contengan advertencias y palabras como peligroso, tóxico, irritante, corrosivo…
- Opta por productos biodegradables, ecológicos, sin fosfatos, sin parabenos, con aceites vegetales como coco y cítricos, así como en envases reciclables para no perjudicar ni tu salud ni el medio ambiente.
- Nunca mezcles productos (en especial la sosa cáustica y el amoníaco) ya que pueden dar como resultado una reacción química súper tóxica.
- Dilúyelos en agua para disminuir sus efectos nocivos para la salud. La toxicidad puede variar mucho en función de la cantidad y de la concentración de producto.
- Siempre que puedas decántate por viejos trucos de limpieza caseros como recurrir al jabón de toda la vida, usar dos cubos (uno con agua con detergente y otro con agua limpia para aclarar), pasar bayetas de microfibras sin detergente para eliminar restos de una superficie limpia.
- Y prueba sustancias menos nocivas como el vinagre, el agua oxigenada, el limón o bicarbonato, estrellas de los productos de limpieza caseros.