¿Alguna vez te has preguntado qué hábitos o placeres cotidianos son los que realmente mejoran tu felicidad? Ya sabes, ese trocito de chocolate después de comer, la clase de yoga que te deja como nueva o simplemente pasar un rato pensando en tu día mientras escuchas música. Pues resulta que la ciencia ha descubierto que uno de eso placeres, que a menudo se pasa por alto y que curiosamente muchos niegan practicar, puede ser un potente aliado para aumentar tu felicidad.

Es un hábito que a veces nos hace sentir un poco culpables, pero lo cierto es que es clave para nuestro bienestar. Y no lo digo yo, lo dice un estudio de la Universidad de Oxford. ¿Te vas haciendo una idea de cuál puede ser? Si aún te mantiene la intriga, no te pierdas cuál es la práctica social tan cotidiana que podría ayudarte a tener una vida más feliz y longeva.

El poder del cotilleo para la felicidad

Así es, ¡te hablo del cotilleo! O chismorreo, como lo quieras llamar. Ese que acaba saliendo tras una buena charla con amigas, en la que compartís anécdotas y os ponéis al día con las últimas novedades (vuestras y, como no, de otros). Pues ese momento de conexión, comúnmente conocido como "cotilleo", tiene un impacto significativo en tu felicidad.

Según el estudio "Gossip in Evolutionary Perspective" de Robin Dunbar, profesor de Psicología Evolutiva en la Universidad de Oxford, esta práctica social tan cotidiana es una herramienta muy eficaz para aumentar la felicidad. "Es una forma de comunicación que ha evolucionado con nosotros y que nos ha permitido crear lazos sociales fuertes y duraderos", reconoce.

El profesor asegura que cotillear o "chismorrear" proporciona beneficios tanto físicos como psicológicos, siempre y cuando se realice de forma positiva. Durante el Festival de Ciencia de Cheltenham, celebrado el pasado mes de junio, expuso que "más allá de caminar erguido, la inteligencia emocional o la cultura, el chisme es lo que verdaderamente nos hace humanos", a lo que añadió que tener buenas relaciones sociales alarga la vida, siendo casi tan efectivo como dejar de fumar.

Y es que, según el experto, el tamaño de tu red social es un factor crucial para prevenir la muerte, ya que estas conexiones tienen un impacto enorme en la felicidad y el bienestar.

"Cotillear es simplemente charlar con la gente y estar al día con el mundo en el que se vive", explicó Dunbar. "Nos distingue como especie, ayudándonos a crear y mantener lazos sociales y a captar información vital sobre en quién podemos confiar. La evolución del lenguaje ha sido vital para mantener estas relaciones sociales, lo que incluye la necesidad de contar historias", sostiene.

Y no te lo pierdas, porque según un estudio liderado por Megan L. Robbins, psicóloga de la Universidad de California, pasamos alrededor de 52 minutos al día hablando con alguien sobre otra persona que no está presente. ¿Te parece mucho, o quizás poco?

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¿Es malo el cotilleo?

Aunque de toda la vida el cotilleo ha tenido mala fama, no siempre es negativo. De hecho, durante siglos antropólogos y académicos han debatido sobre qué nos hace humanos, sugiriendo que el cotilleo es una característica esencial de cada uno de nosotros.

La doctora y psicóloga Elena Martinescu, líder de un estudio publicado en el Social Psychological and Personality Science Journal, apoya la afirmación de que cotillear puede afectar positivamente a la autoestima a corto plazo, pero aclara que "chismorrear no es criticar".

"Aunque somos conscientes de que invadimos la privacidad de otra persona, no hacerlo puede ser aún peor para nuestro bienestar. Ayuda a crear alianzas sociales y es bueno para la salud mental", afirma. La experta, junto a otros dos compañeros de profesión, ha ido aún más allá y ha descubierto que las personas que cotillean poco son vistas con recelo, "no son de fiar".

Y es que, el cotilleo, en su forma positiva, es una herramienta de comunicación que nos permite compartir información importante y fortalecer nuestros vínculos sociales, que nos puede ayudar a saber en quién confiar y en quién no. 

"Cuando hablas de los demás con afecto, estás mostrando interés por ellos y por lo que les sucede", matiza. Y eso, a su vez, "te hace sentir más conectada y feliz". 

No obstante, también puede ser positivo si la "crítica" es hacia alguien que ha hecho algo mal y ha repercutido negativamente en una tercera persona. "Compartir información sobre alguien que se ha comportado mal suele hacer que las personas se sientan mejor, ya que reduce la frustración provocada por la situación", explica Robb Willer, profesor de Psicología y Sociología.

Así que ya sabes, la próxima vez que te encuentres cotilleando con tus amigas, no te sientas culpable. Estás fortaleciendo tus relaciones sociales y haciendo algo bueno por tu salud y tu felicidad. ¡Y eso es algo que vale la pena mantener!

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La reflexión de Dunbar sobre las amistades

Para poder cotillear, es necesario tener un círculo social cercano y confiable. De poco sirven el uno sin el otro. Así lo expresa el profesor Dunbar en su libro sobre la amistad, "Amigos. El poder de nuestras relaciones más importantes" (Ed. Paidos), donde explora cómo las amistades influyen en tu bienestar general.

Según el psicólogo, las relaciones de amistad son cruciales para nuestra felicidad, ya que proporcionan apoyo emocional, sentido de pertenencia y oportunidades para el intercambio social.  

Dunbar destaca que tener un círculo de amigos cercanos y dedicarse tiempo mutuamente es vital para mantener una buena salud mental y emocional. Y aunque la calidad de tus amistades puede ser uno de los factores más importantes para una vida larga y feliz, aunque también hay que tener en cuenta la cantidad.

Según el "número de Dunbar", nuestra capacidad de amistad debe limitarse no más que a 150 personas. Suficientes, diría que demasiadas, ¿no crees? Tranquila, con poder contar amistades de calidad aunque sea con los dedos de una mano, ya eres muy afortunada.

Como dice el experto (y con lo que seguro estarás de acuerdo), este tipo de amistades te proporcionan apoyo emocional, te ayudan a lidiar con el estrés, a levantarte en momentos de bajón y te hacen sentir más segura y confiada. Además, te permiten desarrollar habilidades sociales importantes, como la empatía y la comunicación. Y, por si fuera poco, ¡te hacen reír! Y la risa, como sabemos, es la mejor medicina.

La importancia de cultivar relaciones felices

Además de Dunbar, son numerosas las investigaciones sobre la importancia de cultivar relaciones de calidad. El estudio más extenso sobre la amistad, llevado a cabo por la Universidad de Harvard, reconoció que las relaciones profundas y significativas, ya sean familiares o amistosas, son esenciales para tu bienestar emocional.

Y no es necesario estar 24/7 (24 horas al día, 7 días a la semana) con esas personas. Actividades simples como compartir una comida, realizar ejercicio juntos o simplemente el hecho de conversar (y chismorrear) pueden fortalecer estos lazos y hacerte sentir mucho mejor.

La felicidad no se trata solo de grandes logros o posesiones materiales. A veces, una buena charla puede ser el mejor salvavidas. Como dijo Francis Bacon, filósofo y escritor inglés, "La amistad multiplica las alegrías y divide las angustias".