Después de tanta bota y botín, el pie agradece un cambio de calzado para adaptarse a las nuevas temperaturas. Sin embargo, a veces nuestra ilusión cae en saco roto cuando empezamos a comprobar que nuestros pies sufren esas pequeñas molestias que, si no las tratas a tiempo, pueden acabar en dolorosísimas ampollas.

¿Es posible evitar rozaduras en zapatos de verano? ¡Pues claro que sí! Presta atención a los trucos que te contamos en el artículo y olvídate de seguir sufriendo. Eso sí, antes de nada, dos cosas importantes: nunca te compres un número más pequeño del que necesites (aunque no haya del tuyo) y cuida la salud de tus pies. Hidratarla a diario con una buena crema es el primer paso para mantenerlos sanos y fuertes.

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El remedio de la abuela más efectivo si estrenas zapatos

Del mismo modo que lavas la ropa antes de estrenarla para quitarle el apresto con el que viene de fábrica, algunos zapatos también necesitan desprenderse de esa rigidez que puede terminar pasando factura a tus pies. En realidad no se trata solo de un remedio, sino de dos.

Para el primero de ellos necesitas la crema Nivea de toda la vida. Aplícatela en las manos y a continuación pásala por el interior del zapato a fin de hidratarlo y suavizarlo. Si lo consideras necesario, repite el proceso. Si crees que te has pasado, utiliza un poco de papel de cocina para retirar la crema sobrante.

Otro remedio que nunca falla es llevar los zapateros al zapatero. Allí cuentan con unas hormas especiales con las que puede ensancharlos un poquito. Por lo general, suelen decirte que pases a recogerlos al día siguiente, pero cada caso es distinto. Eso sí, no te hará ganar un número, sino que es una pequeña ayuda para que no resulte tan estrecho.

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Más vale prevenir

Aunque te parezca increíble que esos zapatos nuevos tan preciosos y tan suaves que te has comprado vayan a hacerte daño, lo más probable es que así sea. Ten en cuenta que una cosa son los 10 minutos que los llevas puestos en casa para que se amolden a tu pie, y otra muy distinta estar con ellos 12 horas (o más) seguidas. 

Por otro lado, al empezar la temporada estival y volver a sacar tus sandalias y alpargatas, es probable que los primeros días vuelvan a hacerte daño, justo en el mismo sitio que el año anterior. Aunque no sean nuevas, el pie tiene que volver a acostumbrarse a su uso, y el calor y el sudor no contribuyen demasiado a ello. 

Tanto en el primero como en el segundo caso, puedes evitar rozaduras y sus consiguientes molestas y dolorosas ampollas con estos sencillos trucos.

  • Medias o piquis. Bodas, bautizos y comuniones son típicos de estas fechas, para los que solemos estrenar zapatos. NUNCA te los pongas directamente, por muy bonito que te parezca el efecto. Utiliza medias color carne o piquis (calcetines invisibles) para proteger el pie. 
  • Tirita o esparadrapo. Tus mejores aliados en verano. Llévalos siempre en el bolso por si acaso. Si los zapatos son nuevos, o son viejos pero siempre te molestan en el mismo sitio, protege bien la zona con una tirita (no la aprietes demasiado) o esparadrapo. Que no te dé pereza ¡luego será peor!
  • Vaselina. Aplica vaselina en los puntos débiles de tu pie, que suelen ser los talones y los dedos. De este modo tan sencillo la zona quedará protegida. Las rozaduras en los laterales suelen ser debidas a que el zapato queda pequeño. Si es nuevo, mejor coge una talla más.
  • Productos específicos contra rozaduras. En las tiendas deportivas y zapaterías, encontrarás productos en crema o en stick, especialmente pensados para proteger las zonas más propensas a las rozaduras.
  • Polvos de talco. Aunque los zapatos en sí no te hagan daño, el calor hace que el pie se dilate. Este hecho, junto al sudor propio del verano, puede originar esas molestas rozaduras. Espolvorea polvos de talco por todo el pie antes de salir de casa (dedos y planta incluidos) y notarás la diferencia.

Si estás leyendo este artículo demasiado tarde y ya tienes una herida en tu pie, no pongas vaselina ni similares sobre ella. Procura dejarla al aire libre todo lo que puedas y protegerla con una tirita hasta que se cure.