No importa el tiempo que pase, que hay personajes que nunca pasarán de moda. Basta con revisar un caso tan paradigmático como el de Isabel Preysler. La eterna 'Reina de corazones', que no solo ha llenado páginas del papel 'couché' durante décadas, sino que todavía siendo gran protagonista del universo rosa. No precisamente por una exposición pretendida a sus 73 años, pues es cuestión de que el foco lleva puesto sobre ella desde que era muy joven. La 'socialité' por excelencia, esposa de hombres de reseñable relevancia dentro y fuera de nuestras fronteras. Y no es que ahora sea ese el caso, porque está –literalmente– más soltera que nunca.
Podría leerse como una enésima reinvención, pues a pesar de que en los amores de su vida ha habido un incansable baile de sillas, en realidad pocas veces se la había visto tanto tiempo sin pareja. Breves periodos entre separarse de un marido y conocer al siguiente afortunado, pero nada más. La cuestión es que en este 2024 se han cumplido dos años desde que tuvo lugar el final de su última relación conocida. Un noviazgo que, para no perder las costumbres, no pasó inadvertido de cara a la galería. Mario Vargas Llosa y ella zanjaron lo suyo y desde entonces cada uno ha tomado su propio camino. No obstante, y en la línea de aquello que dice que "el pasado siempre vuelve", el laureado escritor ha reaparecido en escena.
Mario Vargas Llosa se pronuncia sobre Isabel Preysler
No como novio de la 'celebrity', cabe destacar, aunque no ha querido dejar en el aire un dato clave sobre su trato actual. Al fin y al cabo, el peruano es Isabel compartieron ocho años de su vida. Siete años en los que, cada vez que eran interceptados por la prensa y los paparazzi, derrocharon felicidad a más no poder. Quizás es por eso mismo que resultó tan llamativo ver como, cuando los rumores de ruptura comenzaron a ganar peso, se hizo pública el final definitivo de su relación. Un punto y aparte en la vida de ambos que supuso hacer borrón y cuenta nueva. Y desaparecer del mapa, también en cierto modo.
No porque ninguno de ellos se haya encerrado en casa para evitar las preguntas incómodas de los curiosos, sino porque ambos tienen responsabilidades que atender. En el caso de Isabel, cumplir con los compromisos de las firmas con las que colabora, asistir a eventos y encontrar hueco para pasar tiempo con la familia. Con sus cinco hijos, que no dejan de ser un pilar fundamental para ella, pero también con sus nietos. Sin ir más lejos, Ana Boyer, la más pequeña de sus vástagos, acaba de ser madre por tercera vez y ha pasado los meses anteriores y posteriores al parto en la mansión de mamá en la capital. Mientras tanto, y aunque se ha dejado ver en público de vez en cuando, el autor de 'La ciudad y los perros' ha aprovechado para regresar a su Perú natal. Disfrutar de la ciudad de Lima, también al lado de su familia. Así venía siendo hasta hace bien poco.
Tan sencillo como que Mario ha vuelto a España, aunque no para quedarse. A pesar de haber cumplido ya los 88, la notoriedad de su obra le sigue valiendo el reconocimiento internacional, de modo que también tiene compromisos fuera de sus fronteras. Esta vez en Madrid, hasta donde ha viajado junto a su familia y Patricia Llosa, su prima hermana y exesposa.
También con el inevitable interés por estar cerca de ese pasado tan incómodo para Isabel, puesto que no se separaron en los mejores términos. El caso es que, interceptado por un periodista de 'Europa Press' en plena calle, el Premio Nobel no ha dudado en responder a las preguntas sobre su ex. Ataviado con gorra y ropa deportiva, y con algunas dificultades para articular una respuesta, ha dejado claro que recientemente ha vuelto a hablar con Isabel. ¿Significa eso que está todo bien con ella? "Todo bien, de momento", ha espetado. Cuatro palabras que han sido suficientes para dictar sentencia sobre su relación actual.
Un cuarto matrimonio que no pudo ser
La reaparición del peruano en España ha vuelto a poner sobre la mesa todo lo sucedido entre él y la madre de Enrique Iglesias. No en vano pasaron tantos años enamorados, sin necesidad de ocultar lo mucho que se querían por todas partes. No había necesidad de esconderse, aunque los principios tampoco fueron fáciles. Entablar una relación con Isabel significó para Mario entrar de lleno en un mundo al que siempre se había mantenido ajeno: el del corazón. Con las complicaciones que pueda suponer comenzar a compaginar su faceta profesional con su faceta más personal, aunque al lado de una mentora más que experta en el asunto.
Tal fue el nivel de consolidación de la pareja que llegaron a plantearse pasar por el altar. Él por segunda vez, pues solo se había casado con Patricia, con la que oficializó su divorcio en el 2015. Ella por cuarta, después separarse de Julio Iglesias y Carlos Falcó y enviudar tras el fallecimiento de Miguel Boyer. Nadie dudaba de que lo suyo no fuera a tirar para adelante. Más en vista de que incluso se atrevían a aparecer juntos en televisión para ocasiones tan señaladas como la final de la edición de 'MasterChef Celebrity' que ganó Tamara Falcó. Pero tan rápido como se hizo público su amor, se conoció que habían roto. Ninguno nunca se quiso pronunciar sobre los motivos para partir peras. Lo hizo la prensa por ellos: todo fue culpa de los celos del escritor.