Letizia está en todo. Cuando asiste a un acto, como fue la misa homenaje por la memoria de Juan Gómez-Acebo, primo de Felipe VI, controlaba todo. Desde los asistentes hasta la prensa. Por eso, intuyendo que su marido no se estaba dando cuenta de que todos querían su saludo, ella le advirtió muy discretamente que debía pararse y saludar, tanto a los curiosos que vitoreaban su nombre como a los medios. Dale al play y mira cómo fue el momento.