A veces, diez años pueden no parecer mucho tiempo, pero en otras ocasiones, sin embargo, son casi toda una vida, sobre todo si dicha década se enmarca en un momento con grandes cambios vitales y emocionales. Si no, que se lo digan a la Infanta Sofía, que, durante estos diez años en los que sus padres llevan reinando, ha realizado una transformación radical de niña a mujer.
En una de las royals más discretas, no solamente de España, sino de Europa entera. La eterna hermana de la heredera ha escogido el camino de la discreción, siguiendo los consejos de su madre, para ir creciendo y convirtiéndose en la interesante joven que es ahora, sin dejar de apoyar a su hermana, pero comprendiendo su papel en la familia. Estos diez años no solo demuestran la evolución de Sofía, sino también cómo afrontará su futuro en la Casa Real.
Diez años decisivos en su carácter
Cuando se produjo la coronación de Felipe VI y Letizia como nuevos reyes de España, hace ahora diez años, Sofía tenía únicamente 10 años. La pequeña vivió este especial momento para la corona, acompañando a la familia y celebrando juntos esta nueva etapa en la monarquía española. Durante esta década de reinado se ha producido uno de los momentos más complicados en la vida de cualquier joven, la adolescencia, pero la hermana de Leonor ha sabido afrontarla de una forma tranquila y sin perder la simpatía y alegría que la caracteriza.
Según la psicóloga Alejandra Muñoz Martínez, a la que preguntamos en Clara Corazón sobre cómo Letizia había criado a sus hijas, esto habría sido debido a una influencia muy positiva de su madre. “Dentro del apego, ese vínculo que generamos con nuestra principal figura de apego (mamá), debe haber presentes dos asuntos: el cariño y las normas. Como madre, el poder dar a mis hijos presencia, cariño, tiempo y seguridad, pero a la vez pongo normas y límites. Enseño qué cosas sí y qué cosas no”.
Extravertida y natural
Ahora, Sofía es una joven de 17 años, que comienza a volar sola, y que este mismo curso ya estuvo residiendo fuera de casa para estudiar en Gales, siguiendo los pasos de su hermana en el UWC Atlantic College. No cabe duda de que estos diez años de reina han ayudado a Sofía a comprender cuál era su posición en la Casa Real, en comparación con la responsabilidad de su hermana, pero también ser consciente de los retos que tendrá que enfrentar.
La hija pequeña de Felipe VI y Sofía ha comprendido que su papel en la corona, además de apoyar a su hermana, consistirá en apoyar labores de lo más variadas, pero reforzando el esfuerzo que hacen sus padres y su propia hermana para seguir haciendo brillar a la Corona. Ya hemos podido ver que lo hará, sin duda, manteniendo su carácter afable, alegre y natural. Así es como la hemos podido ver cuando ha acompañado a su familia a encuentros oficiales o más distendidos, o incluso cuando compartió alegría con las jugadores de la Selección de Fútbol Femenino cuando fue a apoyarlas y verlas ganar el Mundial. No cabe duda de que Sofía ha encontrado su propia personalidad y no dudará en mostrarla, acompañando a su hermana, pero diferenciándose de ella.
Unión entre las hermanas
Algo que ha destacado enormemente entre las infantas durante esta década, y desde siempre, ha sido la tremenda unión que tienen. El hecho de ser dos chicas y llevarse tan poca diferencia de edad ha conseguido que ambas sean, además de hermanas, casi las mejores amigas, compartiendo no solo los momentos de juegos cuando eran pequeñas, sino también las inquietudes, deseos y sueños a medida que iban creciendo.
El escritor José Antonio Zarzalejos en su libro “Felipe VI. Un rey en la adversidad” dedicaba un capítulo para hablar de la familia del rey, y no pasaba por alto la guión que siempre han demostrado Leonor y Sofía: “La relación de la heredera con su hermana es estrechísima y, aunque muy diferentes en el temperamento y aficiones, la infanta Sofía, "inquieta y divertida", es consciente de la condición de su hermana y de la suya propia. Los intensos lazos de fraternidad entre ellas auguran que se establecerá en el futuro una sólida colaboración, porque la infanta, como única hermana de la princesa de Asturias, estará llamada a desempeñar un papel de representación de la Casa Real verdaderamente relevante cuando le llegue su momento”.
Paso adelante el próximo otoño
Lo que sí hemos conocido ya es el paso al frente que la “tener hermana” dará el próximo otoño, cuando se enfrentará por primera vez a un evento donde será la gran protagonista. Ha sido Patrimonio Nacional el que ha propuesto realizar unos premios nacionales y anuales denominados “Objetivo Patrimonio. Concurso de Fotografía Infanta Sofía” mediante los que pretende poner en valor la herencia histórica, cultural y natural de España. Debido a ello, la joven deberá, además de entregar los premios de forma institucional, presidir su acto de entrega con todos los honores, convirtiéndose así en su primer proyecto, designado por su padre Felipe V, de representación oficial de la corona en solitario.
Un futuro incierto
No sabemos qué deparará la vida a Sofía. ¿Continuará sus estudios en el extranjero? ¿Asumirá más funciones representando a la corona? ¿Iniciará una carrera en el sector privado? La verdad es que si los pasos de Sofía no son bien orientados, tanto por sus decisiones personales como por el consejo de sus padres, podría tomar un rumbo que complique las cosas en la tranquila Zarzuela. Ser la segunda en la línea de sucesión al trono le permite relajarse un poco más, dejando que su hermana mayor se encargue de los compromisos más oficiales. Por ello, su futuro es más incierto. Actualmente, aún le queda un año más en el UWC Atlantic College de Gales, pero no sabemos cuáles serán sus planes una vez termine su formación allí.