El truco exprés del vinagre para que las patatas fritas te queden más crujientes en 5 minutos y sin esfuerzo

Si hay un manjar al que no puedo resistirme —incluso en época de dieta—, son las adoradas (y temidas) patatas fritas. Crujientes, sabrosas y con un toque salado, este plato lo podemos preparar de mil maneras diferentes. Variando en el corte de la patata, en el tiempo de cocción, en la manera en que las cocinamos o incluso en los toppings que les echemos, lograremos un resultado u otro… y muy distintos entre sí. Aunque personalmente me gustan las de corte fino, no hago ascos a otro tipo de patatas fritas. Sin embargo, hay un acabado que niego a prescindir de él: que sean muy crujientes. Aunque a veces podemos quemarlas con la intención de querer lograr un acabado extra crunchy, mi abuela me dio el secreto para que queden muy crujientes de manera sabrosa y muy sencilla. 

El ingrediente secreto para que tus patatas fritas tengan un acabado crujiente extra

En ocasiones, en las acciones más sencillas es donde se encuentra la clave del éxito, demostrando que para lograr un manjar de matrícula de honor, no se requiere mucha complicación. Eso mismo lo aprendí hace unos años cuando mi abuela, una cocinera excelente (supongo que como todas las abuelas de España), me descubrió uno de sus secretos mejor guardados en la cocina. Se trata de la manera de preparar las clásicas patatas fritas para que queden crujientes y deliciosas. Por ello, tan solo necesitaremos un ingrediente muy común en las cocinas de todo el país: vinagre. 

Con unas 150 variedades de patatas en nuestro país, encontrar la opción idónea para poder cocinar el mejor acompañamiento de todos los tiempos no es tarea fácil… pero tampoco imposible. Y aunque al tomarlas en su versión frita su fama aumenta (aunque no sean la mejor opción para una dieta sana), hay maneras de cocinarlas que ayudarán a que el resultado mejor (y mucho). Mi abuela no era cocinera profesional, pero se manejaba a las mil maravillas tras los fogones. Sus macarrones eran uno de sus platos estrella y sus buñuelos de viento la hicieron conocida por todo el barrio, sin embargo, tan solo unos afortunados pudimos probar sus patatas fritas. Ligeras, con mucho sabor y un acabado muy crujiente, estas eran mi acompañamiento favorito. 

¿Cómo cocinar las patatas fritas para que queden jugosas y crujientes?

Tal y como ya hemos comentado, en nuestro país existen un sinfín de tipos de patatas, sin embargo, las mejores versiones para freír son:

• Kennebec.
• Agria.
• Draga.
• Baraca.
• Bintje.
• Nagore.

A pesar de que podemos encontrar un sinfín de patatas fritas, se recomienda cortarlas de manera uniforme y una vez estén listas, hay que sumergirlas en agua por unos minutos. Este detalle hace que las patatas desprendan parte de su almidón, evitando así que se peguen las unas con las otras a la hora de freírlas. Sin embargo, este “truco” es muy conocido hoy en día y muchas personas ya lo ponen en práctica en sus casas. Aunque mi abuela iba más allá y usaba vinagre como elemento secreto para ayudar a que el resultado fuera más crujiente de lo normal. ¡Toma nota!

Este ingrediente es un básico en las cocinas españolas, y su uso es de lo más variado. Tanto es así que su presencia puede ayudar a elevar el resultado de nuestras patatas fritas. Por ello, antes de sumergir nuestras patatas cortadas en el bol de agua, diluiremos una cucharada de vinagre y mezclaremos bien. Una vez listo, añadiremos las patatas y dejaremos que reposen por unos diez minutos aproximadamente. 

Tras sacarlas del bol, deberemos secarlas bien con papel de cocina, para que absorba los restos. Una vez el aceite esté caliente (en casa siempre las hemos cocinado con aceite de oliva, ya que el resultado mejora, y mucho), echaremos la primera remesa de patatas. Las cocinaremos por unos 5 minutos con la intención de que se hagan por dentro y retiraremos. Si nos sobran patatas, será el momento de ponerlas a cocinar por otros cinco minutos. Una vez estén listas, volveremos a echar la primera remesa al aceite caliente para que se terminen de cocinar, se doren y, de paso, se hinchen un poco. 

Una vez tomen el color deseado, las retiraremos, las “secaremos” con papel absorbente y las salaremos. A veces, incluso, le podemos echar un poco de especias como orégano o hierbas provenzales. O incluso parmesano.

 Este humilde (y famoso) multiusos se convertirá en el elemento estrella para que nuestras patatas fritas mejoren y enamoren a todo el mundo. Avisamos que una vez las pruebas… ya no puedes parar.