Cada 24 de agosto, Jordi Cruz y Rebecca Lima tendrán mucho que celebrar. No solo porque es el cumpleaños de su hijo Noah, que ha llenado de felicidad y amor a toda la familia, sino también porque es el día en el que decidieron dar el gran paso de convertirse en marido y mujer en una ceremonia mágica, rodeados de todos sus seres queridos y familiares. La pareja entonó el ansiado “sí, quiero” en el Convento de Blanes, en Girona. Cerca de 180 invitados presenciaron cómo los dos enamorados daban el broche de oro a su historia de amor de más de 5 años.

La ceremonia estuvo llena de anécdotas, momentos inolvidables y hasta algún que otro contratiempo, como el retraso de casi dos horas, ya que la novia se hizo de esperar. Pero, de lo que no hay ninguna duda, es de que fue un enlace muy romántico. Ahora, tras dar el gran paso, viene la gran incógnita en estos casos: ¿Cuándo y dónde será la luna de miel de los recién casados? Aunque lo normal suele ser a los pocos días de la celebración de la boda, el chef y la modelo se han visto obligados a retrasarla ¿El motivo? ¡Lo desvelamos!

Jordi Cruz y Rebecca Lima tendrán que esperar para irse de luna de miel

Ni que decir tiene que la agenda del chef más famoso de la pequeña pantalla siempre está llena de compromisos, razón por la que decidieron elegir esta fecha para casarse, cuando menos trabajo tenía. Sin embargo, con el regreso de la novena edición de 'MasterChef Celebrity' a nuestras pantallas y las grabaciones de 'MasterChef Junior', Jordi Cruz se enfrenta a una temporada de lo más movida, que, desde luego, no le permite disfrutar de una luna de miel en condiciones con su ahora esposa. “En septiembre tengo previsto grabar una nueva edición de Masterchef Junior y, como siempre, hacer la mejor gestión posible en el restaurante”, comentaba hace unas semanas a la revista '¡Hola!'

El catalán y la brasileña se han visto obligados a posponer su viaje de enamorados hasta el próximo mes de noviembre, que es cuando han encontrado el hueco perfecto para desconectar del trabajo, viajar lejos de nuestras fronteras, y, en definitiva, pasear su recién estrenado matrimonio. El destino elegido será Japón, un país que ya conocen muy bien y que, como ellos mismo aseguraron, “nos encanta”. 

Los detalles más especiales de la boda

Aunque en un primer momento, Cruz dejó claro que no pensaban celebrar una boda multitudinaria, lo cierto es que la lista de invitados se fue alargando hasta 180 personas. Entre algunos de los detalles más memorables del enlace, nos encontramos con el importante papel que jugó la música durante toda la jornada. Tal y como adelantaba 'Vanitatis' en exclusiva, Frederic Obrado Cruz, primo hermano del novio, fue el encargado de amenizar la primera parte de la boda con un saxo tenor. Cuando llegaba el gran momento y la novia se acercaba al altar, comenzó la música en directo. Un momento de lo más especial, con el que las emociones de los asistentes se pusieron a flor de piel. Aunque el vestido de Rebecca sigue siendo un misterio, ya que muy posiblemente lo veamos esta semana en forma de exclusiva en su revista de cabecera, sí trascendió que su ramo de flores llevaba toques dorados con rosa.

Un menú a la altura

El prestigioso chef Nandu Jubany fue el encargado de elaborar un exclusivo menú para la boda. El listón estaba alto, sobre todo cuando estamos hablando de la boda de uno de los chefs con mayor renombre del país. Tal y como avanzaban desde la publicación anteriormente citada, los 180 invitados del enlace degustaron unos deliciosos platos, entre ellos, un ceviche de coco con gamba blanca como primero y un frito de langosta con patatas y huevo frito de segundo.

Para el postre, los novios apostaron todo al chocolate con nada más y nada menos que una “galaxia de chocolate”. Un nombre que es cuanto menos sugerente. Se trataba de un saturno de caco que, al ser invadido por el chocolate caliente, este se deshacía y salían los profiteroles. Pero el dulce no acababa aquí, ya que el último plato fue un babá de brioche de vainilla con ron quemado.

Noah se llevó todas las miradas

Más allá de los novios, el pequeño Nah también fue uno de los grandes protagonistas, algo que sus padres querían desde el primer momento, ya que aprovecharon la ceremonia para también bautizar a su pequeño. Noah es todo para los recién casados, por lo que tenía que tener un papel muy importante en este día tan especial. Muy previsores, Jordi y Rebecca prepararon un servicio de niñeras, con zona de juegos y descanso para los más pequeños, y así los padres podían también disfrutar con tranquilidad de la celebración. Según deslizaban desde 'Vanitatis', en la boda había “talleres infantiles” a lo largo de toda la tarde y durante la noche.