Por enésima vez este año, Leonor está nerviosa. Cada vez está más acostumbrada a enfrentarse a nuevos retos y situaciones que la sitúan en la primera línea, pero el reto que se le avecina es uno de los más mayúsculos hasta la fecha. Afortunadamente, todavía tiene algunas semanas para prepararse. Física y mentalmente, claro está, porque vivir a bordo de un barco durante medio año no será en ningún caso una tarea sencilla.
Un navío histórico, además, pues el buque-escuela Juan Sebastián de Elcano, en el que se embarcará el próximo 11 de enero de 2025 para zarpar desde Cádiz, es uno de esos que está estrechamente vinculado a los Borbones. Sin ir más lejos, su padre Felipe VI también cumplió con la parte de su formación como guardamarina a bordo del mismo cuando era joven. Ahora le toca a su primogénita, y las dudas sobre cómo será su vida en esta particular casa flotante son incontables. Más todavía cuando se sabe que hay lugares a los que tendrá un acceso limitado.
La imponente cámara del comandante, al detalle
Porque aunque su posición de heredera dentro del organigrama real marca una diferencia incontestable para con los demás, si por algo se caracteriza el proceso de educación castrense de Leonor es por el propósito de que sea tan similar al de los demás como sea posible. Sin distinciones excesivas, ajustándose con los mismos horarios, comidas y normas. En el caso del barco, una rutina pautada que no incluye para los guardamarinas el acceso a la exclusiva cámara del comandante.
Una estancia que está de actualidad después de que, en la previa a que la princesa y el resto de sus compañeros de la Escuela Naval de Marín que cumplirán con esta misión lo conviertan en su nuevo hogar, el Ministerio de Defensa haya difundido algunas imágenes exclusivas de su interior. El espacio, que funciona como lugar de trabajo de Luis Carreras-Presas do Campo, el Capitán, resalta por su estilo clásico y las referencias patrióticas, como una bandera de España colocada en el centro.
En lo que al mobiliario respecta, una mayoría de muebles en madera oscura contrasta con la tapicería de sillas y sofás, en color azul claro. Algunas de ellas, alrededor de una robusta mesa rectangular. Perfecta para reuniones con autoridades y recepciones de toda índole, aderezadas con cubertería y elementos decorativos de la plata más fina y la única vigilancia de una ingente cantidad de cuadros y objetos que cuelgan de las paredes.
Una especie de museo, en el que se incluye una pared llena de las tradicionales 'llaves de la ciudad' de los lugares por los que pasa o ha pasado la embarcación, pero que también guarda un espacio especial dedicado a la Familia Real. Sí, a la de la propia Leonor, que en cuestión de semanas verá cómo este lugar reservado no forma parte de su día a día aunque allí estén sus propios padres.
Un LUGAR ESPECIAL QUE LA ACERCARÁ A SU FAMILIA
No de forma literal, cabe destacar. Los Reyes están en versión impresa, pues en la zona de esta elegantísima habitación blindada para asuntos de máxima importancia dedicada a la Corona no faltan las fotografías. A fin de cuentas, el buque lleva formando parte de la tradición borbónica desde los tiempos de Alfonso XIII. De ahí que haya retratos desde la infanta Beatriz de Borbón y la emérita doña Sofía, pasando por don Juan, el conde de Barcelona.
En una de ellas aparece al lado de su hijo, el Rey emérito don Juan Carlos I, así como de su nieto, el rey Felipe VI, casi cuatro décadas atrás. Evidentemente, no es esta la única estampa en la que aparece el actual soberano. Más allá de las imágenes de su paso por allí como guardamarina en 1987 -como le sucederá ahora a su hija mayor-, también hay una fotografía de él junto a doña Letizia, en su etapa como Príncipes de Asturias.
Todo lo anterior se suma a otros elementos relacionados con la monarquía y la Armada, como es el caso del Libro de Honor, en el que se auspicia firmará la futura Reina una vez que se instale en el navío. Lo hicieron su padre y su abuelo y ahora le toca a ella. De hacerlo en este camarote, es posible que la captura de un momento tan señalado sea la única imagen de la princesa en la estancia. La habitación prohibida, para ella y para el resto.