El Real Alcázar, el palacio sevillano que la Familia Real nunca usa: el dormitorio de Felipe y Letizia esconde una escabrosa historia

La lista de palacios y residencias reales que pertenecen a la Familia Real española es extensa. A lo largo de todo el país, Casa Real cuentan con varias propiedades que guardan desde un valor arquitectónico inmenso a fascinantes historias. Estamos acostumbrados a ver a los reyes en el Palacio Real, en El Escorial o en el de la Almudaina, pero lo cierto es que hay más.

Si nos centramos en el sur del país, nos encontramos con una de las residencias reales más antiguas de toda Europa que, a día de hoy, sigue en uso: El Real Alcázar de Sevilla. Aunque se trata de una de las propiedades que los reyes de España tienen a su disposición cuando visitan Sevilla, lo cierto es que apenas se han hospedado en ella en los últimos años; sin embargo, su riqueza cultural es imponente. 

EL REAL ALCÁZAR DE SEVILLA: SU FASCINANTE HISTORIA

En el año 1988, el Alcázar de Sevilla pasó a ser Patrimonio de la Humanidad. Además, está considerada como una de las residencias de la realeza “más singulares de todas” por la curiosa mezcla cultural de distintas épocas que conserva. Entre sus jardines y conjuntos arquitectónicos podemos encontrar la huella de los Reyes Católicos, Felipe VI o Isabel II.

En el Alcázar se han vivido importantes momentos de la historia de nuestra monarquía. Uno de ellos fue, sin lugar a dudas, la recepción que el padre del rey Felipe organizó para la reina Isabel II de Inglaterra. Por aquel entonces, Juan Carlos I preparó un almuerzo por todo lo alto con espectáculo flamenco incluido para hacer las delicias de la reina.

Un par de años más tarde, concretamente el 18 de marzo de 1995, el Real Alcázar también acogería la boda de la infanta Elena con Jaime de Marichalar. Para aquella ocasión, la Familia Real se alojó en el Álcázar, mientras que, por otro lado, la familia del novio y una gran mayoría de los más de 1.400 invitados que asistieron a la boda se quedaron en el hotel Alfonso XIII.

La majestuosidad del Real Alcázar ha conseguido llegar también a la ficción, ya que sus jardines se convirtieron en el escenario perfecto para dar vida ida al reino de Dorne -de la familia Martell-, de la icónica serie 'Juego de Tronos'. La enorme proyección que la producción le dio al Real Alcázar hizo que aumentara todavía más su interés y se convirtiera en todo un reclamo turístico, siendo uno de los lugares más buscados y visitados de la ciudad de Sevilla.

Son varias las estancias que forman este palacio sevillano con toques arabescos, ente ellos, el Palacio Mudéjar del Rey -donde se celebró el banquete nupcial de la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar-, las estancias góticas de Alfonso X, los aposentos de los Reyes Católico y el que más interés despierta: El Cuarto Alto, que es la residencia de los reyes Felipe y Letizia. Pero esta ubicación en concreto esconde una historia de lo más peliaguda que ahora desgranaremos. 

Como decimos, este palacio está a la entera disposición de la Familia Real cuando visitan Sevilla, pero las ocasiones en las que se han hospedado en los últimos tiempos han sido muy escasas. De hecho, aunque el rey sí ha hecho uso de esta propiedad alguna que otra vez, no ocurre lo mismo con la reina Letizia. Los empleados, que trabajan cada día para que la propiedad esté en perfecto estado y siempre lista si la Familia Real la necesita, aseguran que a Letizia “se la ha visto poco”.

El Cuarto Real Alto DE LOS REYES felipe y Letizia EN EL Real Alcázar

Para poder acceder al Cuarto Real, que está ubicado en un piso superior, hay que atravesar por uno de los jardines más bonitos de todo el Alcázar: el Patio de la Montería, el cual se puede visitar siempre y cuando no estén los monarcas. Cualquiera que pase por allí podrá fascinarse con los rincones de este emblemático palacio. Pese a recibir el nombre de 'cuarto', lo cierto es que se trata de un lugar de lo más amplio, compuesto por nada más y nada menos que una veintena de habitaciones, por lo que no hay ningún problema de espacio.

El estilo renacentista es el que predomina en esta estancia, pero también elementos almohades, toledanos, nazaríes... Un reflejo de la gran mezcla de épocas que conviven en el Real Alcázar. Eso sí, también hay espacio para las historias más rocambolescas y hasta macabras. Según cuenta una leyenda del siglo XVI, el rey Pedro I, conocido como 'El Cruel', se tomó la justicia por su mano y mandó ejecutar a cuatro jueces corruptos, quedándose con las calaveras de estos en su habitación a modo de decoración. Esas calaveras se pueden apreciar en el dintel de la puerta con la que se accede al dormitorio, que ahora es el de Letizia y Felipe. Un detalle estético que, desde luego, no se ve en la revista de decoración.

A grandes rasgos, el Cuarto Real Alto de los reyes Felipe y Letizia cuenta con la cámara oficial, que sigue preservando sus arquerías originales; el dormitorio; el mirador de los Reyes Católicos, cuyas vistas al Alcázar son impresionantes, y el oratorio de los Reyes Católicos. La última vez que el rey Felipe pasó una noche aquí fue en junio de 2021, cuando se trasladó hasta la capital hispalense para recibir la medalla de honor de Andalucía.