Cuando la oscuridad aprieta. Es ahí cuando se torna más complejo encontrar un destello de luz al que agarrarse. Un brillo que ilumine tanto como para ver con claridad el porqué de seguir luchando, y cuando cada vez parecen más los obstáculos que quedan por sortear. Porque sí, dramas tenemos todos, aunque es inevitable admitir que uno de los baches más difíciles que se pueden atravesar es el de tener que lidiar con una enfermedad. Dolencias como el cáncer, que desde hace algunos meses padece Kate Middleton, y que ha supuesto un giro de guion absoluto en su estilo de vida y en las formas de proceder de la Casa Real británica hasta la fecha. 

Todo en el marco de una desaparición orquestada que no terminó de cuajar bien entre la ciudadanía en primera instancia. ¿Por qué? Porque no había porqué. No se conocía el motivo de la 'retirada' de la princesa de Gales más allá de haberse sometido a una operación. Tuvieron que pasar dos meses para que fuese ella misma quien a través de un vídeo difundido por la BBC se abriese en canal sobre el delicado momento que está viviendo. Era la primera vez que se dejaba ver en público desde las Navidades, y desde entonces solo se ha personado dos eventos. El desfile 'Trooping The Colour' y la final del torneo de tenis de Wimbledon. En lo presencial, eso sí, porque hace cuestión de días reapareció en el universo digital para felicitar a los deportistas ingleses que habían participado en los Juegos Olímpicos. Con un brillo particular, además. El de un anillo que con el que nunca antes se había ataviado, en lugar del de su compromiso.

Todo lo que esconde la nueva joya de Kate Middleton

Aunque pudiera pasar inadvertido en el primer vistazo, era evidente que algo tan significativo acabaría siendo analizando al detalle. Al fin y al cabo, y como sucede con todas las monarquías, todo movimiento termina por ponerse bajo la lupa de los significados. No siempre con respuestas claras, pues no acostumbran a haber explicaciones desde la institución, pero sí dando pie a teorías con el suficiente fundamento como para comprender el porqué de cada gesto. Y así sucedía con esta nueva joya, nunca antes vista decorando los dedos de la esposa del heredero. 

Porque en el citado vídeo no hay rastro del icónico anillo de compromiso de zafiro y diamantes que perteneció a Lady Di, y que ha sido su gran inseparable desde que contrajo matrimonio con Guillermo. En su lugar, otra alhaja que rápidamente fue sometida al escrutinio de los tabloides. Véase el caso de la revista 'Tatler', que aprovechó la coyuntura para profundizar en las particularidades de esta pieza inédita, formada por una banda victoriana de oro rosa. Pero no una banda cualquiera, pues está adornada con perlas y granates. Las primeras simbolizan, además de la inocencia y la pureza, el mes de junio. El del nacimiento de su marido. Los segundos el compromiso, pero también son las propias del mes de enero. El mes en el que nació ella. Todo está conectado. Para más inri, la publicación mencionada alude, sin confirmación alguna, a que este podría ser el anillo que el príncipe de Gales le regaló a Kate cuando ambos eran estudiantes en la Universidad de St. Andrews. Sí, el que lució en su graduación en el año 2005.

Kate Middleton graduación
GTRES

No hace falta ningún comunicado de 'La Firma' para extraer una muestra de unión entre ambos. Desde antes de que se hiciese público el cáncer de la princesa, él ya le había demostrado que estaba a su lado para lo que necesitase, a pesar de cumplir con sus obligaciones oficiales -y las del Rey, retirado unas semanas en el principio del año porque también padece cáncer- en unas circunstancias tan excepcionales. De la mano en todo momento, y de forma literal si es que se trata realmente del anillo que refiere la prensa británica. La enésima y reveladora prueba de un amor inquebrantable y comprometido como pocos.

La implicación de la princesa con los JJOO a pesar de su ausencia

Lo cierto es que tan particular pieza no fue el único de los aspectos del vídeo publicado que llamó la atención. Rápidamente, los más observadores de la Corona británica notaron que la apariencia de ambos era bien distinta a la habitual. No solo porque Kate Middleton aparecía con un look de cara lavada sin gota alguna de maquillaje, sino porque Guillermo se dejaba ver con barba. Unas variaciones sobre el aspecto al que tienen al mundo acostumbrado que remiten, sin duda alguna, al relajo de las tan ansiadas vacaciones de los príncipes en un año complicado. Descanso compatible con la implicación en los halagos a los atletas patrios, con el pesar de no haber podido estar de cuerpo presente durante el evento deportivo por antonomasia.

Y es que a diferencia de otros tantos 'royals', como Felipe, Letizia, la princesa Leonor o la infanta Sofía, ni ellos, ni sus hijos, ni el rey Carlos o la reina Camilla se dejaron ver en la Villa Olímpica de París en ningún momento. Ausencia que, en el caso de los duques de Cambridge, remitiría directamente al proceso de recuperación de Kate, pues los médicos no habrían recomendado su desplazamiento hasta la capital francesa a pesar de su ilusión por apoyar a los participantes. De esa frustración surgiría tan ansiada reaparición, aunque desde las redes sociales, pero con un mensaje de máxima felicidad por todo el esfuerzo puesto en conseguir los mejores resultados. "Para todos los que miramos desde casa, felicitaciones al equipo británico", se pronuncia la princesa en la grabación. Desde su casa, pero siempre presente. Siempre ahí.