Cuando no se lleva la sangre azul en vena, la vida antes de la realeza es mucha vida. Tanta como la que pueda recordar un heredero en sus años de juventud más plena, pero con una diferencia abismal. Aquellos que han nacido y crecido dentro de una dinastía siempre han sabido de la importancia de sus acciones. Cualquier fallo o gesto leído incorrecto desde el prisma del protocolo institucional podría suponer una lacra para el resto de sus días. Es por eso que cuando figuras ajenas a la estirpe 'royal' como Kate Middleton acaban dentro de la monarquía cuando todo paso previo es mirado con lupa desde la opinión pública. Los vestigios de haber llevado 'una vida corriente', al fin y al cabo.

La realidad es que el tiempo ha demostrado ser capaz de opacar cualquier recuerdo 'improcedente' de las libertades pasadas. Más de una década lleva unida a la Corona británica por amor, y ya no hay ninguna duda de que se ha ganado el cariño del pueblo por completo. Una tarea difícil, puesto que el precedente de Isabel II, abuela del príncipe Guillermo, dejaba el listón muy alto. Difícil, pero no imposible, y para muestra el aluvión de muestras de afecto que ha recibido en un momento personal tan delicado como su proceso de tratamiento contra el cáncer. Se ensombrece así, entre la estima popular, así otros tantos aspectos del pasado que podrían escandalizar. Véase cuando fue modelo. Porque sí, la Princesa de Gales desfiló sobre una pasarela. Y con un atrevimiento sin igual.

El icónico vestido con el que Kate Middleton desfiló

Corría el año 2002 cuando el brevísimo periplo de la duquesa de Cambridge por el mundo de la moda tuvo lugar. Un periplo que, cabe destacar, en ningún caso la elevó a la industria de las supermodelos. Tan sencillo como que la Universidad de Saint Andrew, donde ella y Guillermo estudiaban, organizó un desfile benéfico para mostrar las creaciones de los estudiantes. Y sin saber que sería la futura Reina consorte del Reino Unido, ya que todavía no había comenzado su noviazgo con el hijo de Lady Di, una jovencísima Kate Middleton se vio en la tesitura de ejercer como una de las caras visibles en la pasarela. Cara y cuerpo, puesto que el diseño elegido para ella no pasó desapercibido por cuanto dejaba a la vista.

Un estilismo muy en la línea de las tendencias Y2K. Con trasparencias, escote palabra de honor, y el largo justo y necesario para mostrar sus piernas por completo, además de todo aquello que el tejido translúcido permitía vislumbrar, como su abdomen o su ombligo. Sin duda, una prenda que muchos consideraron osada y que le valió a Kate convertirse en el foco de todas las miradas en su último año como estudiante en el centro. Todo fruto de la visión creativa de Charlotte Todd, que fue la encargada de confeccionar esta pieza en la que, según se ha publicado, solamente gastó unos 35 dólares. Sin saber que el relato de vida de la modelo elegida la convertiría en icónica. Algo que, evidentemente, la propia Charlotte exprimió al máximo años más tarde.

Vestido Kate Middleton
GTRES

Y eso que ella misma admitió a la revista 'People' que "yo no sabía quién era Kate Middleton" en el momento en el que tuvo lugar el desfile. Simple y llanamente, la nuera de Carlos III tomó la determinación de participar activamente en el evento, pero no fue la creadora de su vestuario quien se lo asignó. De hecho, añadió que "lo pensé como una falda, pero otros se lo subieron, y Kate lo llevó como un vestido". En cualquier supuesto, todo salió bien. No solo porque los súbditos de la Corona británica han logrado dejar atrás sus reticencias porque la esposa de Guillermo se hubiera atrevido con esta indumentaria. También porque la propia Charlotte acabó vendiendo el vestido por un total de 78.000 libras y lanzando una colección cápsula inspirada en el mismo. Eso y que, en realidad, quién sabe si la relación entre ella y el príncipe heredero se hubiera fraguado del mismo modo.

Un antes y después en su relación con Guillermo

Cuando ya se cumplían dos desde que Guillermo y ella habían contraído matrimonio, Kate se mostró contundente al opinar sobre aquel inolvidable evento que vivió en sus años de estudiante. Lo hizo en una visita a la Universidad que la vio formarse, y a modo de consejo hacia los alumnos que la escuchaban, con el deseo de que "espero que no hayáis participado en ningún desfile" porque "nunca sabes lo que van a pedirte que te pongas". Con ironía, mostraba así su disconformidad con la prenda que tuvo que lucir, a pesar de que haya una parte con final feliz en la historia. ¿Por qué? Porque se dice -e incluso se recogió en la ficción 'The Crown'- que fue este el momento exacto en el que el hijo del soberano británico quedó prendado de ella.

Guillermo y Kate Middleton
GTRES

La prensa británica llegó a asegurar que el príncipe pagó 200 libras para poder tener un asiento en primera fila. Y pagase o no, el caso es que allí estaba, con el añadido del comentario que espetó a un buen amigo justo cuando vio a su actual esposa sobre la pasarela. "Guau, Fergus, qué buena está Kate". Absorto, "casi se le salen los ojos de las órbitas", confesó también a la prensa su amiga Pat Duncan a la prensa sobre tan preciso instante. El paradigma del amor a primera vista. El inicio de un romance que, desde entonces, los ha convertido en inseparables. Futuros Reyes, padres orgullosos de los príncipes George, Charlotte y Sofía, y un apoyo fundamental. En las buenas, en las malas y en las regulares. Siempre ahí para lo que haga falta. Si se lo contasen al joven Guillermo que se sentó en la primera fila no daría crédito.