El 22 de octubre de 2001 no es fecha baladí. Por mucho que algunos no lo tengan presente, la realidad es que, desde entonces, la pequeña pantalla no ha vuelto a ser la misma. Era el día del gran estreno. Televisión Española llevaba meses anunciándolo y la primera emisión por fin llegó a las pantallas. Carlos Lozano preparado para pronunciar el primer '¡cruza la pasarela!' y dar el pistoletazo de salida a un portento que está más vivo que nunca. 'Operación Triunfo' nació y, por escandaloso que suene, todo cambió para siempre.
Al fin y al cabo, no había habido ningún formato así en la televisión. Además producto nacional de la mano de Gestmusic, que combinaba el 'talent' musical al uso con la telerrealidad. Una fusión del exitoso 'Gran Hermano' con el aprendizaje en una academia de canto que pasó a la historia. Casi tanto como algunos de los participantes de aquella primera edición que ganó la granadina Rosa López. David Bisbal, Chenoa o David Bustamante formaron parte del fenómeno de masas. Ellos y otros tantos ahora más desaparecidos del foco público. Véase el caso de Verónica Romero.
Verónica Romero, el minuto de oro de la historia de la televisión
Ilicitana de nacimiento, el caso de 'Vero', como la acuñaron sus compañeros y los espectadores, era verdaderamente particular. A diferencia de muchos de sus compañeros, que ya se ganaban la vida como intérpretes —cantando en orquestas, hoteles o eventos—, ella no tenía entre sus planes lo de ser cantante cuando era niña. No fue hasta que se puso a trabajar en un puesto 'hippy' ambulante que descubrió su afición por arrancarse a entonar, pero poco más. Basta con remitir a que su padre admitió durante el programa que no había escuchado cantar a su hija hasta el momento de preparar su actuación para la gala 0.
Y la gala 0 llegó. La noche en la que 'One moment in time' de Whitney Houston le valió entrar a la academia más famosa de la televisión a sus 23 años. Dispuesta a disfrutar al máximo de la experiencia nutrirse de los conocimientos de un envidiable plantel de profesores. Su actitud positiva encandiló a los televidentes, que la convirtieron en la única persona capaz de batir a Juan Camus en el duelo de expulsión. La alicantina sorteó los obstáculos semana a semana y se coló en la gran final. Verónica quedó sexta de seis. Es decir, no se llevó el premio en metálico, aunque sí tuvo el honor de ser protagonista de un momento inolvidable.
Es indudable que aquella primera edición de 'OT' batió récords. Nada similar se había vivido y lo demuestran las cifras, con una audiencia media de 6.947.000 espectadores y un 43,3% de cuota de pantalla. Números imposibles en el paradigma actual que llegaron a su máximo con la actuación de Romero en la última gala de la temporada. Fue justo cuando ella interpretaba 'One day I'll fly away' de Nicole Kidman que el programa marcó un hito: el minuto de oro de la historia de la tele. El instante en el que un espacio tuvo mayor audiencia durante su emisión desde que se tienen registros. Nada más y nada menos que 15.436.000 personas estaban frente a su monitor. Un impresionante 73,4% de share.
Y cómo es de caprichoso el destino que, 15 años después, la dinámica se repitió. Fue durante la emisión del documental especial 'OT: El reencuentro', cuando la parte dedicada a la trayectoria de la sexta finalista volvía a ser la más vista. 5.456.000 espectadores y un 30,8% de share. Con un contexto personal muy distinto, eso sí.
Nueva etapa, Regreso a España y el recuerdo de Àlex Casademunt
Como le sucedió al resto de la primerísma remesa de 'triunfitos', la joven pasó del anonimato a ser objetivo de todas las cámaras en cuestión de semanas. Un salto a la fama abrupto que la convirtió en personaje público y que le permitió comenzar una carrera en la industria musical. Su carta de presentación fue 'Bésame', después de girar por todo el país junto a sus compañeros de programa. Con la discográfica Vale Music publicó 'La fuerza del sol', su exitoso primer álbum. Un año más tarde, en el 2003, salió a la venta 'Lluvia', un segundo disco. Pasaron los años y llegó la gran sorpresa: Vero se atrevía a aparcar su trabajo como artista para participar en 'Supervivientes'.
Una decisión cuestionada con la excusa de vivir una aventura inolvidable. Que lo fue, además, y casi le vale el primer puesto. Romero quedó segunda en la gran final de 'reality' presentado por Jesús Vázquez. Poco después de volver llegaría su tercer disco, 'Serotonina', producido por su propio sello discográfico, con una repercusión mucho menor que sus primeros trabajos. Fue en el 2008 cuando Verónica tomó la decisión de dejar atrás España durante un tiempo, aunque ya en el pasado se estableció por unos meses en Londres. Fijó su residencia en Miami y comenzó a producir nuevos temas, con el inglés como lengua principal en muchos de ellos.
Así comenzó una aventura internacional que más tarde la llevó hasta Los Ángeles e incluso Australia, aunque el tiempo la trajo de vuelta a su España natal. Nuevos retos, algunos más discretos y otros más emocionantes, como publicar 'El valioso secreto que esconde tu sonrisa' (2020), su primer libro. Un proyecto muy especial al que, por desgracia, añadió unas líneas en su segunda edición. Porque no, no quiso obviar el doloroso fallecimiento de su adorado Àlex Casademunt.
La muerte del catalán fue un jarro de agua fría para todos los participantes del primer 'OT'. Afligidos por la triste pérdida de uno de los 'primeros dieciséis', la de Elche no pudo evitar sentir un dolor profundo al mirar al pasado. Ella y Àlex tenían una relación muy cercana. Tan cercana como que, durante su paso por el programa, tuvieron un idilio amoroso. Un romance "bonito y muy intenso", como lo definió el propio Casademunt en la revista 'Semana', que terminó poco después de concluir la gira. Ese que ahora queda por siempre en su memoria. Sin perder su característica sonrisa y batallando porque su música siga sonando. Este mismo 2024 ha publicado una revisión del hit de los 2000 'Candela'. Nada la detiene.