El mes de junio significa muchas más cosas que el inicio del verano o el final del curso escolar. Se dice incluso que se da uno de los picos de nostalgia del año, con el recuerdo de lo pasado en el escenario ideal para hacer balance antes de la temporada estival. Cuántas cosas han pasado y cuántas están por venir. Letizia lo sabe, pero no tiene tiempo que perder. El calor se ha apoderado de la capital, sus hijas vuelven a casa y, además de cumplir con sus compromisos como Reina, tiene una importante gestión por delante: organizar las vacaciones.
Aunque la hoja de ruta de los Reyes y sus hijas esté bastante definida, esta vez el contexto es distinto y hay preguntas que resurgen para poner nuevos supuestos sobre la mesa. Son ya casi diez los años que se cumplen desde que Felipe VI tomó el rol de jefe de Estado tras la abdicación de su padre. Una década que ha dado para mucho entre los Borbones, con incontables idas y venidas entre sus miembros. Disputas públicas y publicadas que han terminado por convertir en un imposible el entendimiento entre la consorte y su familia política. ¿O no? Lo cierto es que en los últimos tiempos se ha dado un acercamiento inesperado que podría cambiar por completo la forma de proceder en esta ocasión.
El verano de Letizia, ¿junto a los Borbones?
No ha sido un año al uso para la Casa Real, y mucho menos para Felipe y Letizia. Los Reyes han visto como, por primera vez desde que son padres, ninguna de sus hijas ha vivido en el Pabellón del Príncipe durante el curso. Si bien ya estaban algo acostumbrados a la ausencia de Leonor, ahora ha sido el turno de la infanta Sofía de viajar hasta Gales para cursar el Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College. La pequeña en el Reino Unido, mientras la mayor, que por contra ha permanecido en España, ha estado inmersa en el primer curso de su formación militar.
Un largo proceso de tres años que la heredera al trono comenzó el pasado mes de agosto, cuando ingresó en la Academia Militar de Zaragoza. Allí ha permanecido, a excepción de periodos vacacionales y alguna visita excepcional, ajena a sus padres y haciendo frente a su primera etapa de preparación como futura Reina. El caso es que en este año grande para la primogénita, el primero como mayor de edad, han sido más recurrentes que de costumbre los encuentros entre los Reyes y el resto de Borbones. Algo que no venía sucediendo desde hacía tiempo y que plantea la posibilidad de que coincidan en el Palacio de Marivent durante este verano.
Son esas las vacaciones 'obligadas' de los Reyes. Las públicas, las que se contraponen a esos viajes privados que desde hace año llevan en secreto. El caso es que ha pasado mucho tiempo desde que Letizia y el resto de la estirpe se dejan ver juntos en la residencia familiar de Mallorca. Nada de juntar a Leonor y Sofía con sus tías y sus primos como hacía cuando eran pequeñas, aunque eso podría estar a punto de cambiar. ¿El porqué? La preocupación de todos por el bienestar de doña Sofía.
La Reina emérita, matriarca serena y siempre presente para todos a pesar de las diferencias que haya habido entre ellos, sufrió un susto relacionado con la salud el pasado mes de abril. Fue entonces, a pesar de que solamente pasó unos días ingresada en la Clínica Ruber de Madrid, cuando quedó constancia de cuanto se preocupan todos por ella. Desde la visita de su hijo y su nuera, con la que olvidadas quedan las rencillas del pasado, su hija mayor, hasta la llamada de su nieta desde la capital aragonesa. Todos pendientes de su estado, arropándola y ayudándola en todo lo posible. Todos sabiendo que nada la haría más feliz que volver a compartir ratos en familia.
Desde que el Rey emérito reside en Abu Dabi, las relaciones entre los miembros de la familia real han cambiado mucho. Impera el sosiego y nadie parece tener interés en reavivar conflictos, y constancia de ello quedó en el reencuentro público por la celebración del 60 cumpleaños de la infanta Elena. También en la fiesta privada en el palacio de El Pardo por los 18 de Leonor o en la misa en memoria de Constantino de Grecia celebrada en Windsor. Las relaciones se han reanudado, quién sabe si con la suficiente fuerza como para que se orqueste el 'deshielo' definitivo.
El recuerdo imborrable de su pelea con la infanta Cristina
Dejando de lado el fantasma del pasado de la mala relación entre emérita y consorte, ubicarnos a Letizia en Mallorca convierte en imposible no pensar en su cu��ada. Además de darse esos reencuentros intermitentes entre los miembros del clan, en el 2024 también ha tenido lugar el final definitivo de la vinculación de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin. La menor de las hermanas del Rey por fin ha firmado el divorcio y ha podido retomar sus apariciones junto al resto de la familia. Sea como fuere, la distancia entre la Reina y ella va mucho más allá de la sombra de los problemas legales.
De hecho, ejemplo claro de esa mala sintonía queda en la acalorada discusión que tuvieron en Marivent el pasado verano de 2022. De acuerdo con la información publicada, Cristina no aprobó que Letizia se sentase a cenar con su ropa de deporte después de una sesión de entrenamiento. La mujer de Felipe VI no se quedó callada y le respondió que ella no era nadie para juzgar su indumentaria y que cenaría con la vestimenta que quisiese porque estaba en casa y de vacaciones. Lo anterior, además de que estaba allí gracias a sus hijos -con Pablo y Miguel Urdangarin presentes-, y que si no fuera por ellos no volvería a pisar Marivent. Es innegable que lo suyo tiene difícil arreglo, aunque reconciliaciones más impactantes se han visto. ¿Habrá llegado por fin el momento para sellar la paz de forma definitiva? El verano dirá.