“Cuando nadie me ve, puedo ser o no ser”, dice una de las canciones más famosas de Alejandro Sanz, reflejando que es en la intimidad cuando nos comportamos de una forma totalmente libre. Si no, que se lo digan a la reina Letizia, que estando siempre muy atenta al protocolo, tiene una actitud perfecta de cara a la galería, ¿pero qué ocurre en privado?

Esta semana hemos podido ver cómo unas inesperadas cámaras capturaban un momento de complicidad entre Felipe y Letizia, que sorprendían a todos en la cena de celebración del Premio Planeta. Allí el rey daba un pequeño manotazo a la reina que, en el momento de los postres, acercaba su cuchillo de forma curiosa al centro de la mesa. Entre risas, ambos se mostraban tremendamente naturales y cercanos, como un matrimonio enamorado y lleno de confianza. Este tema ha puesto el foco en cómo se comportan los reyes cuando se encuentran en privado. 

Letizia
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Está más que claro que sus majestades tienen una doble vida. No tanto como si fueran espías, sino a nivel institucional, puesto que mientras cumplen su papel de representación de la corona están completamente constreñidos por el protocolo, pero cuando el acto oficial acaba se convierten en personas con sus gustos, placeres o manías. Para intentar descubrir cómo es Letizia en la intimidad y cuando las cámaras se apagan, hemos preguntado a Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal y autora del libro ‘El lenguaje corporal de las emociones’ (RBA) que analice las imágenes que se han filtrado en varias ocasiones.

Relajada y entre amigos 

Sabemos que Letizia se siente mucho más cómoda de lo habitual en eventos con carácter cultural. Por eso no es raro ver a la reina mucho más natural y cercana, al igual que a su marido, Felipe VI, que se olvidan de su cargo para convertirse en “unos más” de la fiesta. Esto nos dejó el curioso momento que Vanesa ha analizado. “Se les ve a los dos en un entorno muy agradable.

Al rey también se le ve distendido, aunque es verdad que casi ella es el centro porque ha sido durante mucho tiempo su círculo, en el que ella se ha manejado. El rey ocupa, casi, un lugar secundario e incluso en ocasiones vemos que él está parado esperando a que ella termine de saludar y demás”.

Su interacción personal 

Pero Letizia también sabe ponerse un sitio. “Lo que sí que vemos muy interesante es como marca la distancia”, analiza la experta hablando de un momento puntual en el que un miembro de la organización intenta mover a la reina colocándole la mano en el hombro y ella se mueve para retirarlo “marca muy bien las distancias, de dónde está ella, de su jerarquía”, explica. 

Eso varía con gente con la que siente confianza y es más cariñosa. Como cuando se encuentra con Juan del Olmo, que incluso le da un abrazo.  “Está en un entorno en el que hay muchos conocidos, gente del periodismo, gente muy cercana al ámbito intelectual y entonces vemos que saluda con mucho tacto. Da dos besos. Cuando está interactuando si es alguien a quien admira, quiere o tiene afecto, toca más de una vez. Demuestra mucho el afecto por los demás cuando son personas con los que realmente tiene un vínculo”.

Saludo Letizia
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Momentos privados más personales

También hemos abordado el tema de cómo se comporta en eventos privados, pero de índole familiar, como el reencuentro que se produjo entre ella y el rey emérito, Juan Carlos I, cuando se realizó el entierro homenaje de Constantino de Grecia en Windows y de las que se publicaron una serie de imágenes del interior del sepelio privado.

Allí podemos ver su conexión con otros miembros de la familia, como el padre de Felipe VI: “los cuerpos de ambos estaban dirigidos en direcciones contrarias, casi un poco se daban de lado, se daban espalda. No cruzaron miradas y sobre todo a la salida, cuando se apoyó en el brazo del rey, vemos un rostro un poco serio. Sí que se tradujo eso como que había una especie de animadversión hacia el Rey”.

Madre a tiempo completo 

Otra de las facetas en las que Letizia ha destacado enormemente ha sido en su papel como madre de las dos infantas, Leonor y Sofía. Siempre se ha mostrado muy implicada y muy cariñosa con sus dos hijas, guiándose y tranquilizándolas cuando es necesario. “Le toca o le pone la mano en el hombro. Tiende a agarrar siempre a Leonor por la cintura y es un gesto muy maternal, muy afectivo, pero además también deja mucha impronta de lo que la reina influye en Leonor”, explica Vanesa.

Algunos de estos momentos que hemos podido ver de Letizia refuerzan la idea de ser una madre cariñosa y muy afectuosa. ¿Pero es controladora? “Ese agarramiento por la cintura no es controlador, pero sí nos marca mucho lo encima que ha estado”, define.

leonor letizia
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¿Y en el extranjero? 

Letizia no solo se enfrenta a momentos privados en casa, como podríamos decir de España, sino también cuando tiene que viajar de forma oficial a visitar otras casas reales. Este mismo año han ido a Dinamarca y Holanda y, aunque hay muy buena relación tanto con Mary de Dinamarca, como con Máxima de Holanda, sí que vemos que Letizia se muestra un poquito más tensa: “Más contenida.

Vemos que gesticula mucho con las manos y con los brazos, aunque en los viajes de Estado se contiene mucho. Menos sonrisa, más formalidad. Lo que genera algo más de tensión. Está menos relajada” analiza la experta en relación con que Letizia podría no disfrutar del todo estos viajes por querer estar siempre impecable.  

Aunque sí es verdad que feeling se contagia, puesto que en el viaje que compartió con Máxima de Holanda, con la que comparte muchas confidencias y un mismo carácter “latino” se relajó un poquito más gracias a la cercanía de la holandesa: “Máxima también contagia mucho su estado. Es muy natural, sonríe mucho. Vemos a una Letizia que habla y dialoga más, que además gesticula más, sonríe, más natural, haciendo algo de su labor de comunicadora”.