El 2024 no está siendo un año cualquiera en la vida de la infanta Cristina. Por fin, y después de una tediosa espera que no ha pasado inadvertida para la opinión pública, la mediana de los Borbón y Grecia ha comenzado una nueva etapa. Fue el pasado mes de diciembre, concretamente el día 21, cuando la hija de Juan Carlos I firmó el divorcio con Iñaki Urdangarin. Una información que trascendió semanas después de formalizarse el papeleo, y tras más de dos años desde que se anunció su separación del exjugador de balonmano. El pistoletazo de salida a su nueva vida de soltera, justo cuando sus cuatro hijos ya son mayores de edad y dispone de más tiempo para disfrutar con los suyos.
Y es que hablar de allegados no remite únicamente al núcleo duro de la dinastía, aunque también. La cuestión es que la polémica terminó apartando a la hermana de Felipe VI de los actos oficiales de la Corona, así como de sus títulos nobiliarios. El Rey revocó a Cristina como titular del ducado de Palma de Mallorca por su imputación en el caso Nóos por delito fiscal, y también se le retiró la Medalla de Oro de Barcelona en el 2016 tras casi dos décadas con el honor. Fueron años oscuros para la infanta más solidaria, en los que contar con la confianza de amigos más allá de la familia era imprescindible. Un círculo de íntimos, entre los que destacan nombres tan célebres como el del modisto Lorenzo Caprile.
El último (y significativo) gesto de Cristina con Caprile
Ha sido una de las últimas apariciones de la hija mediana de los eméritos la que ha vuelto a poner sobre la mesa esta relación 'secreta'. Relación de amigos, y no tan secreta para los que hayan seguido más de cerca la trayectoria vital de la infanta en los últimos años, pues el diseñador ha demostrado ser uno de sus incondicionales. El uno para el otro, siempre que haga falta y sin importar el tiempo que pase. Para ejemplo, este último gesto de Cristina, que no ha dudado en acompañar al juez de 'Maestros de la costura' en un momento personal muy delicado.
Fue a principios de este mes de junio, cuando tuvo lugar ese encuentro entre ambos ante la atenta mirada de los objetivos de las cámaras de la prensa. Un encuentro en el que también se personó Elena de Borbón, hermana mayor del monarca, también muy cercana al madrileño. Todo bajo el pretexto de brindarle el apoyo en el funeral por la muerte de Paola Caprile, celebrado en la iglesia de San Fermín de los Navarros. La hermana de Lorenzo, conocida por su entorno más próximo como Mimi, falleció a los 67 años de edad en Cantabria el pasado 11 de abril. Un durísimo golpe para los familiares de la difunta, sobre el que él admitió que estaban "destrozados" en declaraciones para 'LOC'.
Es en situaciones tan difíciles como esta cuando los verdaderos amigos se acercan a dar el pésame. Hacer acto de presencia y demostrar que, a pesar de la distancia y los compromisos, están ahí. Cristina sabía lo que debía hacer y por eso estuvo en el lugar, cerca de los hijos, hermanos y el marido de la fallecida. Enésima muestra de lealtad entre otros rostros VIP que llenaban el paseo de Eduardo Dato, tan reconocidos como la también diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, el actor Antonio Resines y su esposa Ana Pérez-Lorente o la marquesa Xandra Falcó.
Una amistad presente en los momentos más importantes
Cabe destacar que no su conexión no es cosa de ahora, y menos todavía lo de estar al lado del otro cuando los vientos del desastre soplan fuerte. No obstante, no todo han sido desventuras desde que comenzaran a ser amigos y se forjase esta unión inquebrantable. Sin ir más lejos, basta con revisar uno de los días más importantes de la vida de la infanta Cristina para ser conscientes de que hace mucho que Caprile 'está ahí'. Él fue el encargado de vestirla el 4 de octubre de 1997, en su majestuoso enlace con Iñaki Urdangarin. El día en el que la ciudad condal se paralizó para asistir al inicio de un amor que acabó en fallido, pero que le valió al modisto para ganar una exposición sin igual.
Por aquel entonces, no tenían ningún contacto ni espacio común, y fue elección de la propia Cristina apostar por un jovencísimo Lorenzo que se iniciaba en la moda nupcial. El hecho de apostar por "un chaval que estaba empezando", como se refirió Caprile a él mismo en una entrevista para el portal 'Vanitatis', cuando "podría haber elegido a quien quisiera para su boda", supuso "un espaldarazo" a la carrera del diseñador. "Nunca lo olvidaré y siempre estaré en deuda. Con lo cual hay que estar ahí en lo bueno y en lo malo", contaba también Lorenzo en esa conversación. Declaración que cobra sentido al recordar que él estuvo incluso en los momentos más bajos de la cuñada de Letizia.
Incluso en sesiones del juicio del caso Nóos, cuando todos lo dieron la espalda. Porque no todo iba a ser la pompa de un vestido de seda, escote barco e inspiración modernista que ya ha pasado a la historia de los Borbones. Ese que tan mala suerte le acabaría trayendo en el terreno sentimental -y hasta en lo legal-, pero que fue el pistoletazo de salida de esta bonita amistad. Un voto de confianza reconvertido en la promesa inmarcesible de nunca abandonarse. La consigna es recíproca.