Cuando Cristina de Borbón se mudó a Suiza lo hizo por amor. Este era un sacrificio más en la larga lista a la que había dicho ‘sí, quiero’ cuando se casó con Iñaki Urdangarin. Él le dio lo mejor de su vida. Pero, también, lo peor.
Cuando la infanta firmó los papeles del divorcio debió de respirar aliviada. Su nueva vida empezaba ahora y, con ella, la época de las segundas oportunidades. La primera se la pensaba otorgar a ella misma y a un hogar que añoraba y que se le antojaba lejano. Y no solo en kilómetros.
Sabía cómo lo iba a hacer, sin prisa, en silencio, sin dar demasiadas explicaciones; como llevaba haciendo algún tiempo, cuando todo a su alrededor se volvió demasiado turbulento. La condena fue para Iñaki, pero la pena la sufrió toda la familia.
Basta con repasar los últimos movimientos de la infanta para dilucidar cuáles serán los próximos planes de Cristina. Unos planes, quizás, mucho más inminentes de lo que imaginamos. Y, para ello, la hija mediana de los reyes eméritos estaría aprovechándose de una de sus grandes virtudes, como es la discreción, para, paulatinamente, ir cambiando el rumbo de sus pasos. Unos pasos que, parece más que evidente, la conducirán de vuelta a España. No lo decimos nosotros, lo dicen las pistas que lleva meses diseminando...
Los hijos de la infanta Cristina, fuera del nido
La infanta Cristina, a sus 58 años, tiene a sus cuatro hijos (casi) independizados. Todos han cumplido la mayoría de edad, incluyendo a la más pequeña, Irene, que alcanzaba los 19 años el pasado 5 de junio. La adolescente, que sería la que más motivos tendría para continuar viviendo en Ginebra, resulta que tiene su vida más planteada en Madrid que en la capital suiza.
Irene Urdangarin acaba de volver de su voluntariado en Camboya y, mientras espera que empiece el próximo curso escolar, que, parece, lo cursará en Reino Unido, donde podría estudiar Organización de Eventos, se dedica a aprovechar el tiempo en Zarzuela. La joven vive con su abuela, y, además, trata de sacarse el carnet de conducir, un objetivo que ya intentó el pasado otoño antes de partir para Asia. Pero, quizás, lo que ahora más atada la tiene a la ciudad del Manzanares es su último interés amoroso. Juan Urquijo, que resulta ser primo segundo suyo, se ha convertido en su primer novio oficial y ahora desea pasar todo el tiempo a su lado.
Irene no es la única que ha volado fuera del nido. Pablo, gracias a su carrera profesional como jugador de balonmano, está vinculado, de momento, a España; donde permanecerá mientras duren las oportunidades deportivas. Actualmente, es parte del Granollers, por lo que vive en Barcelona.
Juan, el mayor de los cuatro, lleva años viviendo fuera del lado materno. El joven escogió el Reino Unido para establecerse y lo hizo en su capital, donde lleva una vida muy parecida a la de miles de jóvenes inmigrantes que comparten piso, estudian y tratan de ganarse la vida en sus primeros empleos. Un poco en esta línea, sería el planteamiento que mantenía Irene antes de enamorarse de Juan Urquijo, que reside en Madrid.
Por último, Miguel, el hijo de la infanta Cristina más alérgico a los medios, ha dado un golpe de efecto al volver a España. Tras llevar unos meses instalado en Ginebra, después de su periplo inglés, donde estudió Biología; el Urdangarin más parecido a su madre ha decidido establecerse en Madrid. Al menos, por un tiempo. La reina Sofía puede estar contenta, ya que ahora tiene a dos de sus nietos favoritos viviendo bajo el mismo techo. Los planes del joven, tal y como publica la revista Semana, pasan por profundizar sus estudios sobre Medio Ambiente y recuperarse de la aparatosa caída que sufrió hace solo unos meses.
Las diferentes hojas de ruta de sus cuatro polluelos, constatan lo que venimos sospechando: a Cristina ya no le ata nada a la ciudad que tanto ella como Iñaki Urdangarin escogieron como refugio en plena vorágine por el Caso Nóos. Lo único que podría retenerla en Ginebra sería si su padre, el rey Juan Carlos, decidiera establecerse en Europa. Un rumor que ha sonado con fuerza, aunque, de momento, el emérito parece satisfecho en Emiratos; mientras vuela, cada poco, a su anhelada España.
Continuas escapadas a España
Actualmente, Cristina mantiene fijada su residencia oficial en Suiza, pero, lo cierto, es que no perdona un fin de semana al lado de los suyos. Cualquier excusa es buena para coger un avión y plantarse en Madrid, Lanzarote o Barcelona.
En las últimas semanas, la hemos visto pasar unos días junto a su prima favorita, Alexia de Grecia, que está casada con un arquitecto canario y lleva años establecida en las Islas Afortunadas. Ahí disfrutó del buen clima lanzaroteño y de sus paisajes. No estuvo sola, dos de sus hijos, Juan y Miguel, también aprovecharon la escapadita canaria.
El viernes 31 de mayo y el sábado 1 de junio, Cristina cambiaba los volcanes por los olivos. La infanta, junto a su nuera Johanna Zott, no se perdían el partido de balonmano que Pablo disputaba en Jaén. Los tres hicieron turismo por la ciudad del Santo Reino, donde aprovecharon para degustar platos de su gastronomía y conocer más de la tradición musulmana, visitando los Baños Árabes, unos de los mejor conservados de todo el mundo y punto fuerte del turismo jiennense. Para el domingo, los tres ya estaban en Madrid almorzando con Irene, su novio y doña Sofía,en una celebración previa al cumpleaños de la joven.
Si echamos la vista atrás, en febrero fue vista en La Palma, donde aprovechó junto a su prima Alexia para pasarlo bien en su famoso carnaval. La infanta tiene claro que, si lo que busca es recuperar el tiempo perdido lejos de los suyos, solo existe una solución posible: hacer las maletas y dejar Ginebra.
Sorpresa entre semana: la infanta ha sido vista en Madrid
El 5 de junio, miércoles, Felipe VI participaba en el acto de entrega de becas de la Fundación La Caixa, en la que trabaja Cristina. Lo que nadie podía imaginarse es que, sentada entre el público, estaría ella.
De nuevo, la infanta se encontraba en Madrid; confirmando que no solo pasa en España los fines de semana, sino que, además, también lo hace algunos días entre semana. Esto dispara aún más las preguntas acerca de cuál es su verdadera residencia. ¿Sigue instalada en Suiza o podemos afirmar que su nueva vida está más que asentada en la ciudad que la vio nacer?
Ha pasado más de una década de aquella mudanza con orejas gachas que hicieron ella y toda su familia por el motivo más vergonzante de todos. 11 años en los que tuvieron que crear una vida nueva. Empezar de cero. Amistades, colegios, casas... contador a cero. A Iñaki le condenaron a 5 años por malversación de fondos, prevaricación y fraude a la Administración, pero los suyos tuvieron una pena aún mayor.
Se fue de España con el rostro enrojecido por la vergüenza y ahora Cristina parece volver con la cabeza alta. Su matrimonio con Urdangarin está finiquitado. Él fue el culpable y ella solo fue responsable de una cosa, de amarle de manera incondicional. Y esa pena, también, parece haberla dejado atrás y está más saldada. Toca volver a casa.