No ha sido fácil. Ni lo es. En lo que va de año, Kate Middleton ha hecho frente a una de sus etapas vitales más complicadas. Nada que ver con adaptarse a las circunstancias de la Corona o las incontables disputas familiares que 'La Firma' ha protagonizado en los tabloides en los últimos tiempos. La princesa de Gales atraviesa un durísimo bache de salud desde que el pasado mes de enero se hizo público que había sido intervenida quirúrgicamente. Una misteriosa operación sobre la que no se especificó nada más que el periodo de recuperación que la esposa de Guillermo precisaba. Poco más de dos meses después, ella misma confesó qué sucedía: padece cáncer.

Sin duda alguna, una noticia devastadora para todo el pueblo británico, pero sobre todo en el propio entorno familiar. Más todavía cuando el pasado enero también se comunicó, sin tanto secretismo como en el caso de su nuera, que el Rey sufre la misma enfermedad. No obstante, el soberano sí se ha dejado ver en público durante su proceso de tratamiento, en una clara muestra de recuperación y proactividad. Una forma de proceder muy a la situación de la mujer de su primogénito, que aunque sí que apareció en el desfile del 'Trooping The Colour' y la final del torneo de tenis de Wimbledon, sigue siendo totalmente hermética. Lo fue desde el inicio, y es por eso que a día de hoy siguen viendo nuevos detalles sobre aquel ingreso hospitalario. Véase por qué el padre de la duquesa de Cambridge no estuvo a su lado.

¿Por qué Michael Middleton no estuvo con su hija tras la operación?

La realidad es que en cosa de siete meses, los vaivenes de la institución en materia de comunicación y transparencia han resultado totalmente desconcertantes. Desde el silencio absoluto que acabó por alimentar más y más la rumorología e intranquilidad, hasta el inesperado ejercicio de honestidad de la propia Kate. Fue ella quien, a través de una grabación difundida por la BBC el pasado 22 de marzo, contó al mundo cuál era su nueva realidad. Cómo encaraba el tratamiento de quimioterapia preventiva, su deseo de permanecer alejada del foco mediático para poder sanar tranquila y cuan complicado había sido lidiar con esta situación en los meses anteriores. Sin incidir en demasía en ese periodo de máximo secretismo, claro está.

Ha sido ahora cuando, poco después de la publicación de 'Catherine, the Princess of Wales, the Biography', obra de Robert Jobson, han visto la luz detalles inéditos sobre ese instante de fragilidad. Uno de ellos es precisamente uno de los que más curiosidad suscitaba entre los observadores de la Corona, a sabiendas de la cercanía que tiene la princesa de Gales con sus allegados. Pues si bien pudimos ver a su hermana Pippa visitándola tras la operación en The London Clinic, ni rastro de su progenitor. Una ausencia reseñable que tiene explicación y nos remite al punto de partida, pues según cuenta Jobson, era evidente que Guillermo no era el único pendiente del postoperatorio y estuvo "apoyado por su fiel niñera, María, y el personal médico", además de confiar "en el apoyo de Carole y Michael, los padres de Catherine". ¿Qué falló?

Carole y Michael Middleton
GTRES

"Michael también tuvo sus problemas de salud, recuperándose después de someterse a cirugía, así que Pippa y James se pusieron a disposición para atender a la hermana", relata el biógrafo, aludiendo a un contratiempo de salud desconocido. Sí, justo cuando su hija debía pasar por la mesa de operaciones para ser intervenida, él también estaba lidiando con complicaciones de salud. Achaques de los que, a pesar de no conocerse datos concretos, se sabe que está recuperado. En cualquier caso, esta información es la enésima muestra de que el último inicio de año fue uno de los más complicados que se recuerdan en la historia de la estirpe. Y Guillermo, a pesar de todo, también afrontó el enorme reto de suplir al soberano. "No escapó de cuidar de sus deberes reales, especialmente con su padre postrado en cama", como bien expone Jobson. Contra viento y marea.

Todos los detalles inéditos sobre Kate Middleton que han visto la luz

Era evidente que un libro sobre las vivencias de Kate Middleton, que no han sido pocas, iba a resultar interesante. La cuestión es que la expectación era todavía mayor ahora que su nombre está más de actualidad que nunca, a pesar de que sea por un motivo tan delicado como su enfermedad. Sea como fuere, si algo ha demostrado la reciente publicación de Robert Jobson es que todavía quedaban muchas cuestiones por descubrir acerca de la mujer que enamoró al futuro Rey. Relato que, evidentemente, comprende todas las aventuras del matrimonio de principio a fin. También las desventuras, claro está. No todo ha sido de color de rosa y el libro nos sitúa en una de sus mayores crisis, allá por el año 2007.

Eran jóvenes y, aunque es evidente que lograron superar los problemas, por aquel entonces fue Guillermo quien decidió romper con la relación. No estaba del todo seguro y optó por comunicarle a Kate su determinación de separarse, con la particularidad de que lo hizo vía telefónica. Una dura llamada que duró más de media hora y que supuso "un golpe devastador para Kate". No solo por lo que implicaba acabar con un romance tan especial, sino también por las formas. "No era la primera vez que el príncipe Guillermo ponía punto final a su relación", aclara el escrito, y aunque esta vez sí que "se sintió como si fuera el momento definitivo" y pasaron meses separados, lograron reconciliarse. Reconducir su amor, juntos de la mano hasta el día de hoy.