Por más desgracia que suerte, Kate Middleton lleva unos meses siendo la gran protagonista de entre todos los miembros de la Casa Real británica. Cuestión del difícil bache de salud que atraviesa desde el pasado enero, cuando vio la luz por primera vez la noticia de que se había sometido a una cirugía abdominal. Una intervención sobre la que poco o nada se hizo público, mientras que la Corona no dudaba en ser clara unos días después al anunciar que el rey Carlos III padecía un cáncer. ¿Por qué no contar qué le sucedía a Kate? Porque debía ser ella quien lo hiciera. De hecho, así fue. El pasado 22 de marzo contó al mundo que ella también sufre un cáncer.
Lo hizo a través de un vídeo filmado por la cadena pública que BBC que dio la vuelta al mundo en cosa de unos minutos. El cese definitivo de todas las especulaciones que habían surgido acerca de su desaparición absoluta en combate. El pueblo pasó de estar consternado por el excesivo hermetismo y la falta de transparencia a la máxima preocupación. Más todavía cuando la propia Kate confesó que necesitaba tiempo para recuperarse. Someterse a los tratamientos pertinentes, como la quimioterapia preventiva, para poder regresar con fuerza. Ese regreso que ya ha sido, aunque de forma excepcional, porque ha vuelto a retirarse del foco. Y lo ha hecho en una isla muy, pero que muy particular.
La isla que Kate y Guillermo han elegido para sus vacaciones
Ya van dos ocasiones en las que la princesa de Gales ha dejado ver en actos públicos desde que tuvo lugar el mayor ejercicio de honestidad acerca de su enfermedad. En ningún caso fue una vuelta a escena inmediata, claro está. Hubo que esperar varias semanas, hasta el mes de junio y el tradicional desfile del 'Trooping The Colour' que sirve como celebración del cumpleaños de su suegro. Fue ese su regreso triunfal, todavía en pleno proceso de recuperación, así como la antesala para una segunda vez en público con motivo de la final masculina del torneo de tenis de Wimbledon. Ahora bien, y según ha apuntado la revista alemana 'Bunte', tanto ella como el príncipe Guillermo no se encuentran ahora mismo en su casa.
Y es que a pesar de todos los obstáculos que han encontrado para llevar una vida normal en esta última etapa de su vida, ni Kate ni su esposo han querido desestimar la oportunidad de tomarse unos días de descanso de sus residencias habituales. Merecidas vacaciones en un momento convulso que los han llevado hasta un destino que podría ser símil de esperanza. ¿Por qué? Porque de acuerdo con el citado medio, el matrimonio y sus hijos George, Charlotte y Louis, se desplazaron hasta la isla de Tresco, frente a Cornualles. Un enclave de ensueño que podría definirse recóndito, pues no todo el mundo conoce este paradisíaco oasis que el Reino Unido comprende y en el que el Boris Bansemer, un maratoniano germano, asegura haberlos visto recientemente.
El deportista ofreció todo lujo de detalles a la revista, donde aclaró que se encontró con los futuros Reyes mientras corría. A mediodía, y apuntando que "se apartaron amablemente mientras entrenábamos". Lo anterior, además de señalar que vio como Kate, a la que define como "una mujer preciosa" que vestía "pantalones cortos, gafas de sol", se escondía detrás de un árbol justo en el momento que dos ciclistas pasaron por su lado. Pero no sería por el temor a ser vista, pues "parecía que estaba jugando al escondite con los niños". Un relato que, de ser totalmente cierto, sería un indicador de que su estado de salud está mejorando poco a poco. El caso es que no es de extrañar que los príncipes hayan elegido este lugar para pasar estos días de la temporada estival. Lo hacen desde el 2020, y es que Guillermo conoce esta isla como la palma de su mano.
Al fin y al cabo, allí ha pasado más de una temporada cuando era pequeño. Lo constatan las imágenes de archivo, con unos jovencísimos Carlos y Diana de Gales disfrutando de ratos agradables junto a él y el príncipe Harry cuando no eran más que unos niños. Sin duda, un lugar de ensueño que pocos tienen el gusto de conocer. Lugar exclusivo, además, pues la privacidad queda todavía más latente en el momento al conocer que dentro del perímetro de esta isla del archipiélago de Scilly, en medio del Atlántico, solamente residen 175 habitantes. Pocos sitios mejores para esconderse del bullicio cotidiano se le podrían ocurrir a uno. Y eso que cabe la posibilidad de que Kate tenga que marcharse de forma inminente.
¿Por qué tendría que marcharse Kate de forma inminente?
En ningún caso se trata de algo confirmado, además de que tampoco sería esta despedida de la isla un hecho motivado por complicaciones en su tratamiento contra el cáncer. Más bien lo contrario, pues de ser cierta la información que ha visto la luz, todo apunta a que Kate Middleton podría abandonar pronto el que se conoce como el 'Caribe de Cornualles'. ¿El motivo? Nada más y nada menos que una posible visita a los Juegos Olímpicos que se están celebrando en París. Así lo ha hecho saber en primicia el periódico británico 'Express', asegurando que la nuera del soberano inglés está valorando seriamente si le es posible asistir al evento deportivo por excelencia.
Un gesto que, en realidad, habría nacido desde la voluntad de la propia Kate. Tan sencillo como que Guillermo sí que tiene prevista esa visita, como han hecho otros tantos 'royals' europeos como Felipe y Letizia, o Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda. Fue a raíz de conocerlo que su mujer quiso dejar claro que "le encantaría ir a las Olimpiadas". De este modo, y si finalmente es posible el viaje -que por suerte no es muy largo atendiendo a la ciudad sede de esta edición-, no sería extraño que esté preparando esa tercera aparición para los próximos días. De nuevo, bajo la atenta mirada de todos aquellos que se alegran por verla en acción, y haciendo gala de su enorme compromiso con la institución.