Con más o menos recurrencia, la fricción entre Letizia y sus cuñadas siempre acaba sirviéndose sobre la mesa de la crónica real. Ningún observador de la Corona debiera sorprenderse al saber que las hermanas de Felipe VI no tienen la mejor de las relaciones con la Reina consorte, en una mala sintonía que es mutua y que nos hace remontarnos a unos tantos años atrás. Esa distancia que, por mucho que intenten paliar con planes familiares de reunión -véase la celebración del 60 cumpleaños de la infanta Elena el pasado diciembre-, cuesta reconvertir en cercanía. Atrás quedan aquellos veranos que regalaban estampas del clan al completo y los planes por separado de las tres familias son cada vez más evidentes.

Las cosas han cambiado. Sobre todo, en lo que a la realidad personal de las infantas se refiere. Ni Elena ni Cristina mantienen en la actualidad sus respectivos matrimonios con Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin. Antes o después, y con más o menos escándalos a la espalda, terminaron por divorciarse. También por dejar de formar parte de la Familia Real, quedando relegadas a ser "familia del Rey" en el momento en el que su hermano ascendió al trono en el 2014. La abdicación de Juan Carlos I marcó un antes y un después para todos los miembros de la estirpe. Basta con revisar cómo el emérito ni siquiera reside ya en España y ha hecho del golfo Pérsico su nuevo hogar. Y precisamente ahí es donde se habrían desplazado sus hijas en este verano de hermetismo y secretos. Un plan de allegados en el que habrían tratado de sortear a Letizia a toda costa.

El verano hermético de las infantas y una escapada 'a espaldas' de los Reyes

Como suele suceder cada año antes de que resuene el pistoletazo de salida del estío, los analistas de la realeza dejaron constancia de sus conjeturas acerca de las vacaciones de las infantas. A ambas se les asumían unos días con su madre, con doña Sofía, en ese Palacio de Marivent que tanto adora la emérita. En el caso de Cristina, también se dio por hecho, como ha venido siendo costumbre incluso después de su separación de Urdangarin, que disfrutaría de su segunda residencia en Bidart, cuya propiedad comparte todavía con su exmarido. A Elena, por motivos obvios, se le atribuyó una visita casi obligada a los Emirates Árabes Unidos. Directa a Abu Dabi para estar con el exmonarca, siempre tan cercana a él, en el enclave donde también lleva un tiempo residiendo su hijo Froilán.

La cuestión es que las semanas han ido pasando y poco o nada se ha sabido sobre sus planes. En el caso de la hermana mayor, el misterio era prácticamente total. Por contra, en el caso de Cristina, sí habían visto la luz algunas informaciones acerca de su paradero. Primero se supo que había disfrutado de unos días por el norte, pero no precisamente en la costa francesa del País Vasco, porque su plan fue algo tan tradicional como lo es convertirse en una peregrina del Camino de Santiago. Fue después de este agotador, pero emocionante viaje, cuando se conocería que al menos una de las profecías se cumplía: se trasladó a Mallorca con su madre. Desgraciadamente, la visita no duró demasiado porque pronto llegaron los Reyes.

Infanta Cristina
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Y es que por mucho que los esfuerzos por mantener la cordialidad entre todos de cara a la galería sean incansables, es evidente que las cosas entre el soberano y sus hermanas nunca volverán a ser lo mismo. Más todavía teniendo en cuenta la gran pelea que hace tan solo dos años protagonizaron Letizia y Cristina en el mismo Marivent que las acogía. Con ese amargo recuerdo, Sus Majestades llegaron a la residencia vacacional de los Borbones el pasado 27 de julio y tras su aparición en los actos previos a la inauguración de los Juegos Olímpicos, así como en la ceremonia de apertura propiamente dicha.

Felipe y Letizia en los JJOO
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Allí también estaba la mediana de los Borbón y Grecia, que llevaba unos días junto a su madre, aunque tan pronto como se cruzaron se marchó del lugar. ¿Por qué? Porque según apunta la periodista Silvia Taulés en 'Vanitatis', procedía unirse a su hermana Elena en una escapada hasta ahora desconocida. "Juntas habían planeado viajar a Emiratos Árabes Unidos y estar con el rey Juan Carlos I". Evitando un encuentro demasiado largo con el monarca y la consorte, la infanta hizo las maletas a toda prisa y huyó de las Baleares. Un movimiento clave y revelador.

El viaje de las infantas a Abu Dabi, empañado por una tragedia familiar

No son demasiados los detalles que han trascendido sobre este viaje de hermanas tan especial hasta el país árabe. Una travesía que la primogénita de Juan Carlos está muy acostumbrada a hacer, de la mano de su inseparable hermana ahora que parecen estar más unidas que nunca. Con Cristina en su primer verano como divorciada -a efectos legales desde el pasado diciembre, aunque su convivencia con Iñaki se cesó mucho antes-, han vuelto a demostrar que el suyo es un vínculo inquebrantable.

"Doña Elena ha sido el gran apoyo de doña Cristina", apunta Taulés. Lo anterior, además de que en su tiempo en el país han aprovechado para "ir de tiendas y probar restaurantes, algo que hacen con su padre, experto gastrónomo", y que "se ha sumado en muchos planes Froilán, quien en junio logró un nuevo trabajo después de haber estado trabajando en la cumbre del clima que tuvo a Emiratos como sede internacional". Desgraciadamente, el disfrute familiar a kilómetros de Zarzuela se ha visto empañado por una tragedia. El fallecimiento de Juan Gómez-Acebo, hijo de la infanta Pilar, el pasado 12 de agosto ha sacudido a los Borbones. Y solo doña Sofía estuvo presente en el tanatorio de Calvià para darle el último adiós.

Doña Sofía
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Dos días después del velatorio, el día 15, tuvo lugar el funeral más "privado" del primo de Felipe VI. De nuevo, y para sorpresa de muchos, sin la presencia de ningún miembro del núcleo duro de la Familia Real. O del Rey, en su defecto. Una ausencia muy llamativa, especialmente en el caso de las infantas, que cobra sentido al saberse que se encontraban tan lejos de casa.