Pasó de ser una de las personas más famosas y vigiladas de España a convertirse en un auténtico misterio. Se puede “desaparecer” de la presión mediática si elegimos bien el momento y el lugar. Si no, que se lo digan a la Infanta Cristina, que decidió abandonar el país cuando se encontraba rodeada de rumores de ilegalidades en su entorno y se estableció en Ginebra con su familia. Esta distancia, física y metafórica, de la Corona Española consiguió hacerla desvanecerse, pero también ayudó bastante el hecho de escoger muy bien su residencia y forma de vida en el extranjero.
Ahora, años después de llegar a Ginebra, la infanta Cristina vive una nueva etapa. Actualmente, reside allí sola, ya que sus hijos han tomado diferentes caminos en la formación y el trabajo, como Irene o Miguel Urdangarin, que han decidido instalarse en Zarzuela antes de afrontar sus respectivos nuevos cursos escolares. Ella ha seguido apostando por la vida tranquila a miles de kilómetros de España que vuelve al país, aunque cada vez sus visitas son más frecuentes para acudir a compromisos familiares. Pero, ¿cómo es el refugio de Cristina de Borbón en Ginebra?
De lujo y con gran seguridad: Un refugio de paz en el peor momento
Antes de explicar cómo es la residencia actual de la infanta Cristina en Ginebra, conviene recordar la que la acogió al llegar, en el peor momento, y cómo encontró un refugio de paz en el peor momento de su vida. Fue en el año 2013 y, según explican conocidos de la hija de Doña Sofía a la revista Hola: “La encontró en un momento muy difícil, tras ser privado su exmarido de la libertad y, según cuenta a sus amigos, es perfecto de tamaño para una familia de cinco. Tiene mucha luz, jardín, servicio de seguridad y es una zona residencial que está cerca de todo: restaurantes: tiendas, galerías de arte, incluso de su trabajo”. Gracias a eso, la infanta tendría un cariño no solo a la ciudad en sí, sino a todo lo que significó para ella esta desconexión.
La casa en la que residió la infanta Cristina y su familia al llegar a la ciudad suiza tras abandonar Barcelona puede presumir de ser uno de los hogares más preciados. Se trataba de un dúplex en el número 12 de la rue des Granges, en el centro histórico de Ginebra. Aunque es una zona céntrica de la ciudad Suiza, muy cerca del ayuntamiento, también mantenía una seguridad privada integral y muy completa, pero sí se podía conocer las salidas y entradas de la familia al domicilio.
Era un dúplex tremendamente espacioso, ya que contaba con 12 habitaciones entre la que se encontraban los dormitorios, pero también algunas estancias destinadas a zonas de relax y otras a despacho y zona de estudio o trabajo. La prensa local suiza llegó a publicar que, para mantener estas espectaculares dimensiones y comodidades, la Infanta Cristian pagaba un alquiler que rondaba los 5.000 € al mes.
Un cambio de casa para intensificar la seguridad
Actualmente, y una vez que la casa se ha ido vaciando de “inquilinos”, que iban creciendo y abandonando el nido familiar a lo largo de los años, Cristina de Borbón decidió buscar otra residencia. Por ello, en el año 2020 se mudó a otra casa, también en un barrio exclusivo de Ginebra, pero con mayor privacidad, ya que está alejada del centro. Según explicaron conocidos de la hermana de Felipe VI a la revista Vanitatis en el año 2020: “No quiere que se sepa dónde vive, algo lógico, porque no quiere que la prensa o los desconocidos la persigan. Se mudaron hace un tiempo, cansados de tener siempre a gente en la puerta”.
Como no se conoce el lugar exacto de la residencia de la Infanta Cristina, es imposible conocer la suma de su alquiler mensual, pero las casa de la zona van desde los 3.000 € a los 10.000 € al mes, dependiendo de los tamaños y las prestaciones de cada uno de los pisos y las casas. Pero sí se conoce que la casa, en un barrio residencial con grandes calles, jardines y mucho espacio, pero dentro de perímetros con seguridad y muy privada, se ha convertido en un sitio de relax y desconexión para la infanta Cristina.
Lo que sí se conoce de este nuevo espacio es que, al alejarse del centro, la infanta ha podido disfrutar de su propio jardín privado, donde disfrutar las horas de sol disponibles de la ciudad europea, algo tremendamente condicionado en un país como el suizo, que aprovechan cualquier momento para estar en contacto con elementos. “Los grandes ventanales están cubiertos con estores y dan acceso al jardín” explicaba la periodista Silvia Tabulé al hablar sobre la habitación de Irene Urdangarin en su libro ‘Los sobrinos del Rey’.
Además, también se ha podido conocer que esta nueva residencia también cuenta con los mejores materiales, entre los que destacan la madera noble, pero no de una forma clásica y poco actual, sino pintada de blanco y adaptada a las últimas tendencias de decoración. Este sería el material que la hija de Doña Sofía más valoraría, ya que ofrece comodidad y gran sensación de calidez, algo muy necesario en un país donde las temperaturas desciende radicalmente en invierno.
Esto lo vemos, por ejemplo, en la antigua habitación de Irene Urdangarin, que tal y como describía la periodista “Es amplia y luminosa. Todas las paredes son blancas y están revestidas de madera desde el suelo hasta la mitad, lo que las hace parecer más nobles y fuertes. En el cuarto hay una gran mesa escritorio, también blanca, una cama doble esquinada y llena de cojines y muchos armarios”.
Nueva etapa en la vida de Cristina
“Ha sufrido muchísimo, pero está lista para lo que venga y con muchas ganas de disfrutar de la vida. Estas son las declaraciones que unos amigos y allegados a la infanta Cristina realizaban a la revista Hola cuando se les preguntó sobre las recurrentes visitas de la hermana de Felipe VI a España, para acudir a encuentros sociales como bodas o celebraciones con amigos, como cuando vino al carnaval de Las Palmas de Gran Canaria con su prima Alexia de Grecia. Pero confirman que no tiene intención de mudarse de nuevo a nuestro país por ahora.
Según explican en el diario Voz Populi “Tal y como aseguran desde su entorno, la hija del rey Juan Carlos está feliz en Ginebra. Una vida marcada por la discreción y la tranquilidad que tanto ansiaba cuando se trasladó a Suiza, donde ha conseguido una vida alejada de las miradas curiosas y el ojo mediático”.
No cabe duda de que la infanta se encuentra en un momento dulce de su vida, divorciada y con sus hijos ya con la vida “bastante organizada”, la infanta Cristina está volviendo a disfrutar de su independencia y por eso no duda en apuntarse a planes que antes la hacían dudar. Todo eso sumado al paso del tiempo, que ha curado irremediablemente la mala imagen que la Infanta arrastraba debido a su implicación indirecta en el Caso Nóos, debido a su entonces marido Iñaki Urdangarín, ha hecho que la hija de Juan Carlos I vuelve a apostar por mostrarse más presente en la vida pública y social con sus familiares y amigos.