Cumplir 18 años marca un antes y después porque se empieza a ser mayor de edad. A ojos de la sociedad, el pistoletazo de salida de la vida adulta, al son de los tópicos más típicos. "Ya puedes ir a la cárcel" o "sácate el carné de conducir", que vendrían a ser los más habituales entre la gente de a pie. Todos esos que, en el caso de los hijos de los famosos, se suman a otro gran condicionante: ya pueden ser descubiertos. Con total impunidad y sin la necesidad de ocultarse o forzar a las publicaciones a recurrir al píxel. Su rostro ya no es un misterio y comienza su caminata por el arduo sendero de la exposición. Ese que, a marchas más o menos forzadas, acaban de emprender Carmen y Sabina Cervera.
Sin duda, dos de las mujeres -porque ya no son unas niñas- que el público general tenía más ganas de conocer. No sin tener en cuenta que esto solo será un añadido a la libre circulación de las imágenes de sus caras. Tan sencillo como que, si bien la baronesa Thyssen siempre ha procurado velar por su seguridad y su bienestar, también ha aprovechado la coyuntura en ocasiones pasadas para aparecer junto a ellas en la portada de su revista de cabecera. En '¡Hola!', el soporte de la coleccionista para actualizar al mundo sobre la vida de sus hijas pequeñas. Las que decidió tener a los 63 y cuyos secretos han comenzado a quedar al descubierto.
El rostro de Carmen y Sabina Cervera más allá de las portadas
La presentación pública de Guadalupe Sabina y María del Carmen sí se hizo esperar a pesar de la expectativa. Y es que cuando la necesidad de saber imperaba entre los más acérrimos seguidores de la crónica rosa, Carmen Cervera decidió esperar un año para mostrarlas en la primera plana de la citada publicación. Fue en mayo del 2008, cuando se cumplía un año de su llegada al mundo, en una exclusiva que se sirvió como la determinación de preservar la privacidad de las pequeñas ante todo. ¿Cómo? Valiéndose de sus recursos y limitando la información sobre el proceso de gestación subrogada que se empleó para concebirlas, así como los detalles acerca de su infancia.
Las propiedades de Tita han sido el gran refugio para ambas, con la particularidad de que el lugar elegido para criar a sus hijas fue el Principado de Andorra. Allí había fijado su residencia en 1992, una década antes del fallecimiento del barón, y la mantuvo -pasando también temporadas en su fortaleza de Sant Feliu de Guíxols- durante todos los años de formación de las pequeñas. Educación exclusiva para ambas, con especial hincapié en los idiomas e incluso la música. Desde el inglés y el alemán hasta el ballet y el violoncelo, la viuda Thyssen-Bornemisza se ha ocupado de que no les falten palos por tocar. De que puedan forjar una personalidad propia. Personalidades que, sin duda, han resultado bien dispares. Para muestra, la presencia de la joven Carmen en eventos públicos.
Fue en la reciente gala organizada por 'Harper's Bazaar', en la que la baronesa fue galardona con el premio Bazaar Women in Art, donde la prensa asistía atónica a su posado en el 'photocall'. Al lado de su madre, pero sin miedo a ser visible en un evento de esta índole y en total consonancia con las declaraciones de su madre. Esas en las que la exmujer de Lex Barker aclaró cómo difieren los intereses que orientan el futuro de ambas. Por ejemplo, Carmen, a la que se refirió como una "brillante estudiante", tiene previsto cursar el doble grado en ADE y Relaciones Internacionales. De ahí que se dé por hecho que será ella la encargada de seguir los pasos -y el legado- de mamá en la gestión del museo, mientras que Sabina sería "más gamberra".
En el mejor sentido de la palabra, puesto que así la definía afectuosamente su propia madre. "Es más artista, le encanta dibujar y hace cómics. Te coge el acento de cualquier idioma, te hace de una rusa, de una americana", narró la Miss España 1961 en una entrevista con Miquel Valls para 'Espejo Público'. Carmen admite que "nunca les he dicho lo que tienen que hacer porque creo que deben ser ellas mismas quienes elijan", y de ahí que la inclinación artística de Sabina no se haya visto mermada. Inclinación que se suma a una voluntad de tener un perfil más bajo al que ha adoptado su melliza, que no se desmarca de ser una cara conocida. ¿Podrá mantenerlo en ahora que ser mayor de edad no limita la exposición?
El gran miedo de Tita Thyssen ante la mayoría de edad
La mayoría de edad de Carmen y Sabina va mucho más allá de despixelar sus rostros. Al fin y al cabo, se trata de dos personajes que suscitaron el interés popular desde que nacieron. El hecho de que Tita Thyssen apostase por ser madre de nuevo, pasados los 60 y tras enviudar, no pasó inadvertido de cara a la galería. Por aquellas, y antes de hacerse pública la noticia, pareciera que su hijo Borja estaba sentenciado a no tener hermanos. El único hijo biológico de Carmen, que adoptó los apellidos del barón Thyssen-Bornemisza a pesar de haber sido fruto de la relación de su madre con el publicista Manuel Segura. También el único varón, aunque su vida cambió para siempre en el 2007, cuando la baronesa inició el tan comentado proceso de gestación subrogada en los Estados Unidos.
Un proceso que siempre ha suscitado muchas dudas, sobre todo en lo que al donante de esperma elegido para un paso tan importante se refiere. Misterio sin resolver hasta la fecha que sigue colmando la prensa de titulares como '¿Quién es el auténtico padre de las mellizas de Tita Cervera?'. De ahí que hayan nacido teorías de la conspiración de todo tipo, entre las que se llegó a poner en duda si el encargado de poner los genes había sido el propio Borja, dado su gran parecido con las jóvenes. Semejanza ciertamente insólita, teniendo en consideración que no existiría entre ellos vínculo alguno en lo genético, aunque acabó por desmentirse. ¿Tienen las mellizas esa información? Si es que la conocen, no se espera que la hagan pública. Con el irremediable miedo de Tita al ver cómo ahora los medios ejercen esa curiosidad sobre ellas. Ya no las puede proteger, y queda en su mano lidiar con la presión.