Es una de esas mujeres más ha nutrido la crónica rosa y lo sigue haciendo. El nombre de Carmen Cervera sigue siendo noticia aun cuando la viuda del barón Thyssen-Bornemisza acaba de cumplir los 81. Precisamente, parecía ser la celebración de su primer aniversario tras traspasar la octava década lo que la ha vuelto a poner de actualidad. Pero no del todo, puesto que ya ha pasado un mes desde tan señalada fecha. Al fin y al cabo, la de Sitges nació el 23 de abril, y la fiesta que ha acaparado todas las miradas fue la entrega del Premio Bazaar Women in Art. Una velada para el recuerdo promovida por la revista 'Harper's Bazaar' en la que la coleccionista deslumbró con su vitalidad y sus imponentes joyas.
Acompañada de su hija Carmen, la baronesa se presentó en tan exquisita cena de gala con el porte que desde hace décadas la caracteriza. Como mujer elegante como pocas, que no teme a la edad y demuestra saber sacar partido a su figura. Para muestra y deleite de las importantísimas personalidades presentes en el espacio, el vestido oscuro de tafetán en el que se enfundó para un evento tan destacado. Pero no contenta con eso, los accesorios también tomaron una importancia sin igual. No de cualquier modo podría mostrarse imponente ante invitados de lujo como Carmen Lomana, Alaska, Nieves Álvarez o Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno. ¿Qué mejor que un buen collar para hacer lo propio?
Todo lo que sabemos sobre el polémico collar de... ¿Rubíes?
Entre multimillonarios no son pocas las alhajas. Por todos es sabido que, más allá de la realeza, son personas que han amasado una fortuna tan inmensa como la que tiene Tita Cervera los que más pueden presumir de sus piezas. Abrir el joyero, incluso la caja fuerte, y preguntarse: ¿con cuál de estas maravillas me atrevo hoy? No hay duda de que Carmen consultó para consigo este asunto antes de presentarse en el icónico Museo Thyssen-Bornemisza. Más sabiendo que el look elegido dejaba al aire su cuello con un refinado escote de corazón. Así acabaría optando por un imponente colgante.
Nada más y nada menos que seis rubíes rodeados de diamantes. Al menos, eso es lo que se presupone a simple vista. Incluso algunos tasadores se han aventurado a afirmar que se trataba de este tipo de piedras preciosas, dando a entender que no se trata de un conjunto precisamente barato. Y eso que en ningún caso sería esta la pieza más reseñable de su haber, aunque podría leerse como un elemento sin igual a ojos de una persona que no dispone de una selección tan amplia.
En su paso por los acontecimientos más importantes del país, así como en sus citas con magnates e incontables individuos de la alta sociedad, Tita ha lucido de todo y más. Collares y pendientes de oro, ornamentados con piedras que van desde los zafiros hasta las amatistas, además de los indispensables diamantes. Tan sencillo como que la catalana sabe del tema y no le faltan los recursos. ¿Por qué podría percibirse polémico el último collar que ha lucido, entonces?
Al parecer, sería la propia Carmen quien hizo saber que, como se dice popularmente, 'no es oro todo lo que reluce'. Según apunta el portal 'Egos', la baronesa se habría encargado personalmente de contar a varios invitados interesados en su collar que no se trataba de "joyas buenas" para una noche tan especial. Es decir, era bisutería, aunque no una bisutería cualquiera. De acuerdo con el citado medio, la madre de Borja Thyssen se decantó por una pieza de colecciones pasadas —ahora no disponible— de la firma Prada. Una marca con precios más asequibles que hacerse con una joya histórica, pero tampoco al alcance de todos los bolsillos.
Borja Thyssen y las mellizas, herederos de un imperio
El hecho de pensar en el particular cofre de Tita remite a las personas más importantes de su vida. Esas mismas que ella tuvo presentes en este día tan importante cuando le preguntaba sobre a quién quería dedicar el premio. "A mi madre, a Heinrich y a mis hijos", contestaba ante las preguntas de los medios de comunicación. Aunque algunos de sus nombres ya hayan sido recogidos a lo largo del texto, cabe tener en cuenta que Carmen tiene un total de tres hijos. Y ninguno de ellos es hijo biológico del barón Thyssen-Bornemisza, aunque los tres lleven su apellido. Alejandro Borja nació de un idilio con el publicista Manolo Segura, mientras que las mellizas Carmen y Sabina fueron adoptadas tras un proceso de gestación subrogada en los Estados Unidos.
Serán ellos tres los receptores de la inmensa herencia de la baronesa. De su impresionante colección de arte, la más importante de carácter privado que ha llegado nunca a España. También de la alta costura de su armario y, por descontado, de todas esas joyas que aquí nos ocupan. Un camino, el de gestionar este gran legado, del que ya tomó parte el primogénito y que parece querer seguir Carmen, la más mayor de las mellizas. Mientras que Sabina es "es más artista, le encanta dibujar y hace cómics", ella es más aplicada a ojos de su madre. Así lo contó Tita en una entrevista para 'Espejo público', y parece que cada vez es más cierto que ella es la 'elegida' para mantener vivo este imperio. Por eso no falló al 'photocall'.