Cuando Letizia posó ante los fotógrafos, estaba radiante y nerviosa. Hacía solo 4 meses que se había casado con Felipe y que, por tanto, se había convertido en Princesa de Asturias. Estaba, todavía, ‘en prácticas’. Y, para ello, nada mejor que una boda en la que estrenar el título. Fue la de Beltrán Gómez-Acebo, primo de su marido, y el hijo de la infanta Pilar. Se casaba, nada menos, que con una súper modelo. 

Beltrán, al igual que sus hermanos, nació ya en Madrid, después de que su madre llevara toda la vida exiliada. El matrimonio de la infanta Pilar con el empresario Luis Gómez-Acebo le acercó a unas raíces que solo conocía de oídas, y pudo empezar a hacer vida en un país que, a la vez, se le antojaba propio y ajeno. Para el momento del sí quiero de la infanta, su hermano Juan Carlos, tras su matrimonio con la princesa Sofía, ya estaba más que instalado en Madrid. Fue un gran alivio tenerse cerca. Los dos estaban muy unidos, y ella era su mejor consejera. 

Beltrán Gómez-Acebo y Felipe VI, unos primos muy cercanos

Ante esta cercanía de sus padres, no es de extrañar que Beltrán Gómez-Acebo y Felipe VI sean unos primos que han desarrollado una fuerte unión. Los niños de ambas familias, junto con los retoños de la infanta Margarita, siempre jugaban juntos y, de aquellas correrías infantiles, las relaciones estrechas de las que, a día de hoy, siguen haciendo gala. 

Y es que, aquellos juegos infantiles, con el tiempo, se transformaron en planes más adultos. Unas salidas que seguían haciendo en familia. Porque Felipe, Elena y Cristina siempre hallaron a sus mejores amigos dentro de su propia familia. ¿Quién va a velar mejor por ti o te va a  mejor entender mejor que alguien de tu propia sangre? Eso debían decirse a sí mismos. 

beltran gómez acebo felipe
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De esta manera, el hijo de la infanta Pilar se convirtió en uno de los incondicionales del Rey. De sobra son conocidas las escapadas de ambos a la nieve, puesto que a estos primos les apasiona esquiar. Un deporte que, pese a que contó con la compañía de Letizia en los primeros albores del matrimonio, con el tiempo se acabó cansando y declinando cualquie incursión en la sierra.

Beltrán siguió el impulso empresarial de su padre. Este Gómez-Acebo orientó sus pasos al sector inmobiliario, al que lleva dedicándose desde hace un par de décadas; convirtiéndose en uno de los nombres más importantes de este negocio. 

Laura Ponte, la primera mujer de Beltrán Gómez-Acebo

Pero como en esta vida todo no va a ser trabajo, Beltrán también ha sacado tiempo para el amor. La primera novia oficial que le conocimos fue, nada menos, que una de las grandes modelos de su generación: Laura Ponte. El aristócrata y la maniquí se gustaron nada más verse; y pronto quisieron unir sus vidas a través de una romántica boda. 

Boda Laura Ponte
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Se prometieron durante unas vacaciones en Mallorca, con Felipe y Letizia como testigos del gran compromiso. Sus vidas discurrían de manera paralela; tanto fue así que si la boda del príncipe tuvo lugar en mayo, la de su primo fue en septiembre, casi pisándole los talones. 

En enlace de Laura y Beltrán se celebró en la Insigne Real Iglesia Colegiata, la antigua capilla del palacio de La Granja de San Idelfonso, en Segovia. La celebración supuso la unión de lo mejor de la moda y de la aristocracia, y así, ante 500 invitados, que iban desde Inés Sastre a Hakoon de Noruega; los novios se dieron el ‘sí, quiero’. 

La novia vestía de Miguel Palacio, en un diseño de lo más original inspirado en los años 20. El broche que sujetaba el romántico velo era un préstamo muy especial, ya que su suegra, la infanta Pilar se ha la había dejado para que le trajera suerte en su gran día. El gran ‘algo prestado’ de la jornada. 

El gran drama que empañó la boda de Beltrán y Laura 

A pesar de que fue un día plagado de momentos felices para los novios, estos también lo vivieron con un tremendo poso de amargura. José Manuel Ponte, el padrino y progenitor de Laura, sufrió un ictus a pocos minutos de que diera comienzo la ceremonia. Así lo desveló él mismo años más tarde. “Sentí que me moría. Marichalar me miró de arriba abajo y mi consuegra me preguntó qué me pasaba, yo dije que me había torcido un tobillo”, contó el periodista gallego a El Mundo. “Me empecé a encontrar mal y sabía que me estaba dando un ictus porque soy hipertenso, mi padre hipertenso, mi tío es hipertenso y era evidente. Los Reyes estaban en primera fila y Juan Carlos me dijo que tenía a mi disposición su UVI móvil militar. Le dije que prefería la Seguridad Social”. El padre de la modelo es de ideas republicanas y entroncar directamente con la familia real española era lo que menos habría imaginado para sí mismo. 

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El padrino, por miedo a romper el protocolo, aguantó toda la boda mientras sufría este accidente cerebrovascular. “Por lo visto, no puede estar vacío el sitio al lado de la Reina, así que me quedé. Hubo un momento en el que no podía más”. Tras la celebración, José Manuel acudió a los servicios médicos. Estuvo hospitalizado tres días. “Nadie se enteró”. 

Letizia, princesa 'en prácticas'

Y, en este clima de nerviosismo disimulado, otra protagonista del día: Letizia, que se estrenaba como princesa oficial en su primera boda tras pasar por el altar. Para la ocasión volvió a confiar en una aguja ganadora, la de Lorenzo Caprile, quien, meses atrás, ya la había convertido en la invitada más elegante de la boda de Federico de Dinamarca. De nuevo, la vistió un look seductor, que acentuaba su figura y que la hacía parecer salida de una película de Sofia Loren; con una falda ceñida y un favorecedor escote en forma de corazón. Completó el resto del look con una de las primeras joyas de su joyero, los pendientes en forma de flor de brillantes, regalo de Juan Carlos y Sofía con motivo de su enlace con Felipe. 

El papel, tanto de Letizia como del entonces Príncipe de Asturias, fue de lo más destacado en la boda de Beltrán Gómez-Acebo y Laura Ponte, puesto que ejercieron de testigos en el enlace. Entonces, las dos parejas estaban muy próximas, una cercanía que mantuvieron hasta que la crisis matrimonial anidó en los contrayentes de septiembre. 

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Al lado de Ponte, Beltrán fue padre por partida doble. Primero de Luis y un año más tarde de su hija Laura, que ha cumplido 18 años este 2024. Los dos jóvenes, con un perfil tan discreto como los vástagos de Simoneta Gómez-Acebo; rehúyen escándalos y acaparar titulares. Al igual que sus primos, también se han formado en el extranjero y ahora tratan de labrarse un futuro sin depender de sus famosos apellidos. El mayor se ofrece como profesor de inglés y “apoyo general para asignaturas como matemáticas, física y química, historia o filosofía” en una web especializada en dar trabajo a perfiles como el suyo; mientras que su hermana parece virar más hacia el mundo del deporte, especialmente el tenis; tal y como ha descubierto la modelo gallega en alguna ocasión.

La pareja se divorció de manera oficial en 2011, pero hay quien apunta a que llevaban mal desde el 2007. Después de la maniquí gallega, Beltrán ha rehecho su vida al lado de la experta en relaciones públicas Andrea Pascual, con quien ha tenido un hijo, Juan. 

Beltrán Gómez-Acebo volvió a pronunciar nuevos votos matrimoniales en 2016. Él y Andrea se casaron en una ceremonia que fue todo lo contrario a la primera que vivió el aristócrata. Apenas hubo invitados y transcurrió en casa de la infanta Pilar. En esta ocasión, Letizia volvió a acudir al ‘sí, quiero’, pero no en calidad de princesa en prácticas, sino como reina por derecho.