Este 2024 será un año que difícilmente podrán olvidar Federico y Mary de Dinamarca. El pasado mes de enero se vivió un hecho histórico con la abdicación de la reina Margarita y la proclamación de Federico como Rey de Dinamarca. Desde entonces, muchos acontecimientos han ido ocurriendo durante estos últimos meses; algunos buenos, otros no tanto.
La sombra de una crisis en el matrimonio lleva planeando sobre la pareja desde hace meses; no obstante, ellos han proyectado una imagen de unidad y fortaleza en cada una de sus apariciones. Ahora, una vez den por concluidos los quehaceres de la agenda real, los reyes de Dinamarca darán el pistoletazo de salida a sus vacaciones.
El verano ya está aquí, y la Familia Real danesa ya lo tiene todo listo para instalarse en el majestuoso castillo de Grasten, la residencia del verano de la familia. ¡Vamos a descubrir más sobre este palacio, donde los royals atesoran algunos de los recuerdos más importantes e inolvidables de sus vidas!
Nos adentramos en el Palacio de Grasten
Este emblemático palacio barroco de la Familia Real danesa recibe su nombre por la ciudad en la que se ubica, dentro de la Península de Jutlandia. Para conocer mejor su historia debemos remontarnos al siglo XVI, que es cuando fue construido y concebido como una granja.
Para el siglo XIX, el rey Federico VII de Dinamarca se hizo con él y pasaría a ser la residencia del verano. Varios años después se convertiría en la residencia de los reyes Federico IX e Igrid de Dinamarca, en 1993, como regalo por su enlace. Generación tras generación, este majestuoso castillo, que está dentro de una finca de más de 6,5 kilómetros, se ha convertido en un símbolo de la monarquía danesa.
A lo largo de los años, este castillo ha sido el escenario donde se han llevado a cabo una enorme cantidad de eventos importantes para la familia y para la sociedad danesa. Entre sus muros alberga un sinfín de historias, como la ocupación que sufrió poor las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Tras terminar la guerra, el palacio fue recuperado por la familia.
También se han realizado importantes celebraciones y congregaciones. En las Navidades del año 2000, tras morir la reina Ingrid, la reina Margarita organizó una cena multitudinaria con todos los parientes. Distintos rostros de diversas monarquías europeas acudieron a esta cumbre real. Debemos destacar que, pese a que no se trata de unos de los palacios más imponentes de la familia, sí es de sobra conocido que se trataba del favorito de la reina Ingrid.
Sus impresionantes jardines de estilo británico
Las raíces inglesas de la reina Ingrid, ya que su madre, Margarita de Connaughtera, era británica, están reflejadas en los frondosos jardines que rodean al palacio. Los tres lagos que rodean la finca reciben el nombre de las tres hijas de la reina Ingrid: Benedicta y Ana María y Margarita. Para aquellos que se lo pregunten, sí, están abiertos al público. Tanto los impresionantes y cuidados jardines como algunas partes del palacio son accesibles para los turistas.
De la misma manera, en la capilla del palacio se celebran misas abiertas, siempre y cuando no esté la Familia Real. En la llegada de los reyes a Grasten, hay una tradición que se lleva a cabo todos los años, y que tiene lugar el tercer fin de semana de julio, nos estamos refiriendo a Ringriderforening, que se trata de una cabalgata y un torneo que toma la tradición medieval. Es la bienvenida que recibe toda la Familia Real danesa a Grasten, donde participan más de 300 caballos y hasta 100 niños en bicicleta. Un momento único para la familia, que marca el inicio de sus vacaciones y de los meses de descanso en la ciudad. Unas vacaciones a las que, como marca la costumbre, se unirá la reina Margarita. Durante todo el tiempo que la Familia Real se encuentra disfrutando de sus vacaciones, el palacio de Grasten estará cerrado a las visitas.
El susto de Mary de Dinamarca antes de embarcarse en sus vacaciones
Antes de que los reyes de Dinamarca pongan rumbo al castillo de Grasten, toda la familia se trasladaba hasta Groenlandia para uno de sus últimos viajes oficiales. En su visita a Nuuk, los ciudadanos no quisieron perder la oportunidad de poder ver de cerca los reyes juntos a sus hijos. Sin embargo, muy pocos podían imaginar que lo que iba a ocurrir. Una moto scooter llegó a golpear Mary el pasado jueves por la tarde.
Un medio del país revelaba el vídeo en el que se veía a Mary saludando a los ciudadanos cuando, de repente, una moto se aproxima hacia ella de manera accidentada por la espada, concretamente en la zona de las rodillas.
El equipo de seguridad de la reina de Dinamarca actuó rápidamente, despejando la zona y apartando al conductor, quien aseguraba que no sabía qué había ocurrido. Afortunadamente, fue un "incidente menor", tal y como desvelaron desde la Casa Real. Horas más tardes pudimos ver a los monarcas con total normalidad siguiendo con su hoja de rota en Groenlandia. Esa misma noche, Mary deslumbró por completo en la cena de gala que tuvo lugar en el Centro Cultural Katuaq.
La mujer de Federico de Dinamarca tuvo un gesto muy simbólico en su estilismo al llevar la Cruz de Gran Comendador de Dannebrogorden; la misma que Federico le regaló cuando este cumplió los 50. Una insignia muy especial y de gran valor familiar, ya que perteneció a su difunto suegro, el príncipe Henrik. Esta ha sido la primera vez que hemos podido ver a la reina Mary de Dinamarca portándola.