Fue una de las bombas más sonadas del universo 'royal' en el pasado 2023. En pleno mes de noviembre, cuando a penas quedaban algunas semanas para que el año concluyese, una información recogida por la revista 'Lecturas' dinamitó una de las monarquías más consolidadas de todo el continente europeo. Para sorpresa de todo el mundo, abrían la portada las imágenes más inesperadas para cualquier seguidor de la crónica real. Dentro, pero sobre todo fuera de nuestras fronteras. Tan sencillo como apuntar que el protagonista del fotorreportaje era nada más y nada menos que Federico, el entonces heredero a la Corona danesa.

La Casa Real de Dinamarca, que a pesar de algún escándalo menor gozaba de una reputación intachable, quedaba entre la espada y la pared por la actitud de Margarita II. ¿Por qué? Bastaba con revisar las instantáneas publicadas, en las que el futuro Rey del país se dejaba ver muy cómplice con Genoveva Casanova, para entender que algo no iba a bien. Sobre todo, teniendo en consideración que el robado había tenido lugar durante una escapada secreta a Madrid. Una jugarreta orquestada a espaldas de Mary Donaldson, su esposa, que por aquellas estaba de viaje en los Estados Unidos. Sin duda, un escenario bien difícil de resolver en lo marital. No obstante, y contra todo pronóstico, cada vez queda más claro que sí que han sabido sobreponerse a tantos obstáculos.

De un 'primer beso' obligado al abrazo más genuino

Ejercicio de transigir y reconstruir el amor que se ha dado a marchas forzadas, cabe destacar. Todo porque, a pesar del silencio de la institución, la polémica generada por el primogénito de la Reina sí significó un drástico cambio de planes para la Corona. Así quedó constatado en el momento en el que la soberana, que llevaba más de cinco décadas ejerciendo de jefa de Estado, comunicó al mundo su decisión de abdicar en favor de Federico. Fue entonces cuando se apuntó a un ultimátum por parte de Mary, que habría puesto a su marido y a su suegra contra las cuerdas. O reinar o el divorcio. Se admitió la primera opción.

En cualquier supuesto, era evidente que no iba a ser fácil ocupar el trono después de una crisis de reputación de esta magnitud. Sea como fuere, y desde el primero de los días, no ha habido duda de que ambos han procurado poner de su parte para salvar su matrimonio. Ahora más que nunca es importante que estén juntos, por algo tan importante como es  cumplir con sus obligaciones como soberano y consorte. Premisa suficiente para sellar la paz, más o menos armada, en la ceremonia de coronación que tuvo lugar el pasado 14 de enero. Aquel inolvidable beso en los labios, embriagados por la emoción y en el majestuoso balcón del Palacio de Christiansborg.

Federico y Mary
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En ningún caso se percibió este gesto de afecto como algo genuino por aquel entonces. De hecho, los siguientes meses de Federico y Mary como Reyes demostraron que la distancia seguía imperandoa pesar de haber cambiado su posición dentro del organigrama 'royal'. Agendas separadas y prácticamente ninguna aparición conjunta volvieron a hacer saltar las alarmas entre los más observadores. Las pocas veces que se dejaban ver el uno junto al otro no se mostraban excesivamente cariñosos y parecía que nada sería capaz de borrar el dolor causado en el pasado. En condicional, porque las cosas han cambiado cuando están a punto de cumplirse seis meses desde la proclamación.

Federico Mary abrazo
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Para muestra, su reciente presencia en el acto de graduación de su hijo Christian. El heredero ha concluido su paso por el prestigioso colegio Ordruop Gymnasium y sus padres y sus hermanos no quisieron faltar a una cita tan destacada. Ninguno falló, y no solo eso, sino que la alegría por ver al príncipe dar un paso adelante en su trayectoria personal se extrapoló a la pareja. Hasta el punto de perder las vergüenzas ante la prensa y mostrarse verdaderamente cercanos. Orgullosos por ver a su primogénito crecer, y para deleite de los presentes, se abrazaban para seguir caminando. La preciosa estampa de ver a Mary agarrando a su marido por la cintura, mientras Federico posa el brazo en los hombros de su mujer.

Las miradas más delatoras de Federico y Mary

Un gesto que podría leerse como algo aislado parece que, en realidad, era la antesala de una relación totalmente renovada. Justo cuando ha llegado el mes de julio, y después de haberse tomado más de un descanso en menos de medio año al frente de la institución, los Reyes tienen la agenda más llena que nunca. Para empezar, todavía deben terminar los últimos de sus primeros cuatro viajes oficiales. Visitas de Estado que comenzaron por las naciones vecinas de Noruega y Suecia y que, con algunos meses de diferencia, continúan por territorios como las Islas Feroe o Groenlandia, donde se encuentran ahora mismo.

Federico Mary miradas
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El caso es que esa buena sintonía parece haberse convertido en un constante entre ellos. Constancia de ello quedó el pasado 29 de junio, cuando a su llegada a la isla, protagonizaron un momento muy tierno. Y no porque su llegada a la ciudad Aasiaat, donde participaron en la inauguración de una placa conmemorativa, supusiera una excesiva implicación emocional. Fue algo más allá de la agenda, solamente captado las cámaras de los fotógrafos asistentes al acto. Un cruce de miradas -y sonrisas- entre Rey y Reina consorte como hacía mucho que no los veíamos, además de otras acciones tan reveladoras como volver a cogerse por la cintura. Otro movimiento clave que prueba un amor restaurado. No ha sido fácil, pero Federico y Mary se vuelven a mirar a los ojos. Y lo hacen felices.