Si te pedimos que nombres rápidamente un ingrediente antioxidante para la piel, seguramente se te vendrá a la cabeza la vitamina C. Y es que es el activo más popular de esta categoría. Aunque no el único, ni el más potente... Sí, nos referimos al ácido ferúlico, un antioxidante, probablemente, desconocido por el gran público que puede hacer mucho por nuestro cutis, especialmente, si lo combinamos adecuadamente.
"El ácido ferúlico es el activo antioxidante más potente de los tres más comunes –junto con la vitamina C y el resveratrol–, especialmente si lo combinamos con la vitamina C", señala el doctor José María Ricart, especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica, fundador y director médico de IMR. "Por este motivo lo recomendamos en muchas ocasiones en formato sérum o booster, para que actúe como refuerzo en las rutinas cosméticas, aumentando la eficacia de la formulación", afirma el experto.
Los beneficios del ácido ferúlico
Según Ricart "su potente acción antioxidante le aporta varios beneficios para la piel: previene el fotoenvejecimiento, unifica el tono de la piel, protege la piel de agentes externos, ayuda a mejorar las líneas de expresión y aumenta la elasticidad". Por eso no es de extrañar que este ingrediente activo multifuncional esté en boca de todos y protagonice algunas de las fórmulas de nuestras firmas de cosmética favoritas.
- Antioxidante: el ácido ferúlico ayuda a neutralizar los radicales libres, que son esas moléculas inestables y muy reactivas que dañan las células de la piel y favorecen que envejezca antes de lo normal. De hecho, es un ingrediente que potencia el efecto antioxidante de la vitamina C y la E, prolongando sus efectos protectores sobre el cutis, todo ello, sin degradarse, lo que aporta mayor estabilidad.
- Despigmentante: es un ingrediente que, como la vitamina C, ayuda a unificar el tono de la piel, reduciendo la apariencia de manchas y desigualdades de tono. Además, evita la formación de manchas al inhibir la producción de melanina en la piel, la responsable de la aparición de las manchas.
- Antiedad: al igual que sucede con la vitamina C, el ácido ferúlico promueve que la piel produzca colágeno y elastina, lo que permite mejorar las líneas de expresión y aportar mayor elasticidad a la piel.
- Protección UV: este activo ha demostrado su capacidad para proteger la piel del daño causado por la radiación ultravioleta del sol. Por eso, es especialmente interesante cuando se combina con otros antioxidantes como las vitaminas C y E, ya que aumenta la eficacia de los protectores solares para disminuir los efectos del sol en la piel. Por eso, muchos protectores solares incluyen este antioxidante en su fórmula.
- Antiinflamatorio: también es un ingrediente al que se le atribuyen propiedades para calmar enrojecimientos e irritaciones leves, así como reducir la inflamación de la piel.
- Hidratante: este antioxidante ayuda además a evitar la pérdida de agua, con lo que favorece la hidratación de la piel.
¿De dónde se obtiene?
Este potente antioxidante se obtiene de hortalizas, legumbres, frutas, semillas y cereales, ya que su función es dar estabilidad a la estructura del vegetal. Por tanto, es apto para las usuarias de cosméticos veganos y está presente en múltiples fórmulas de este sector de la belleza.
Cómo aprovechar este activo en nuestra rutina
En cuanto a cómo usarlo, el doctor Ricart nos indica que "por su acción antioxidante, la piel se beneficia más si lo aplicamos por la mañana y en formato sérum o ampollas, ya que estos formatos permiten un porcentaje de activo más elevado". Además, asegura que es un ingrediente que puede usarse en todo tipo de pieles y a diario, por lo que puede convertirse en nuestro nuevo favorito cosmético junto a otros comodines como la vitamina C, la niacinamida o el ácido hialurónico.
Además, para potenciar sus efectos, puedes combinarlo con otro de los ingredientes antiedad de eficacia demostrada: el retinol o bien su análogo vegano, el bakuchiol.
Un ejemplo de rutina con ácido ferúlico
- De día: después de la limpieza facial, podemos aplicar un sérum antioxidante con vitamina C y ácido ferúlico seguido del contorno de ojos y una hidratante con protección solar alta –SPF30 o superior–.
- De noche: tras la doble limpieza facial, podemos aplicar un sérum con retinoides –retinol, retinal, esteres,...– y niacinamida con una crema facial con ceramidas o péptidos.