Los hermanos o hermanas mayores siempre suelen ser los más vigilados y con una educación más estricta por parte de los padres, ya que ponen en ellos toda la presión de lo que consideran ser buenos padres. Si no, que se lo digan a la infanta Elena, cuya estricta educación y formación siempre ha sido de dominio público.
Bien es cierto que para la reina Sofía la educación de sus tres hijos, Elena, Cristina y Felipe, ha sido siempre lo más importante, dedicándose en cuerpo y alma a ellos. Para la griega y Juan Carlos I era primordial que sus hijos se convirtieran en grandes profesionales, preparados para asumir lo que una monarquía, aun en pañales, debía suponer. Tanto fue así que incluso se conoce a Felipe VI, como “el preparao” en algunos mentideros.
Gracias a sus distintas personalidades, y sobre todo funciones, dentro de la Corona, cada uno de los tres infantes vivió una historia educativa muy diferente. La tercera en la línea de sucesión al trono, tras Leonor y Sofía, no solo tiene una amplia formación académica, sino también una serie de sueños de infancia que pocos conocen. Descubrimos aquí el currículum de la ‘royal’ y su pasado profesional.
La formación de la pequeña Elena
La infanta Elena recibió una educación aristocrática y, desde muy joven, fue preparada para asumir el papel de representante de la Casa Real en diversas actividades y eventos oficiales, tanto en España como en el extranjero. Sin saber si tendría hermanos y tendría que asumir el liderazgo de la corona, se la preparó por si acaso desde muy pequeña.
Además de acudir al centro privado Santa María del Camino, donde según los medios de la época no fue muy buena estudiante, se añadían clases de protocolo, de idiomas y de muchas otras disciplinas que los ‘royals’ deben controlar en su día a día para ejercer lo mejor posible su papel de representación del país se sucedían ante la joven bajo la atenta mirada de sus exigentes padres. Hasta que nació su hermano, cuando directamente de ser la heredera.
Pasión por la danza
Pero si había algo que apasionaba a la infanta, que la habría hecho muy feliz, pero que únicamente se quedó en un hobby fue la danza. Soñaba con ser bailarina. Pero en palacio rápidamente explicaron a Elena que podría desarrollar una carrera profesional en la danza.
Aun así, la infanta tomó clases de ballet en su adolescencia durante varios años y, además de la famosa hípica que la ha acompañado toda la vida, mantuvo la danza como una actividad que le apasionaba y practicaba en sus ratos libres. Este interés por la danza es uno de los grandes secretos de la Infanta, y demuestra que siempre ha tenido un carácter donde se mezcla la sensibilidad artística con la disciplina.
“En 1979, ya con 16 años, el diario ABC publicó una preciosa foto en la que se la ve sobre el escenario, haciendo puntas con tres compañeras vestidas con el reglamentario tutú largo en una gala en el Teatro de la Zarzuela. Participó en una, como alumna de la escuela de ballet de Mercedes Hielscher y bajo la dirección de Conchita Huarte-Mendicoa. También actuó en el Palacio de Exposiciones y Congresos”, explica Helena de los Ríos en Mujer Hoy.
Formación en Educación y primeros trabajos
Cuando llegó a su edad adulta, en vez de comenzar una carrera en el ámbito militar, como la actual heredera, y debido a que ya había nacido su hermano pequeño, Felipe VI, y ella había quedado exonerada de su papel de reina, Elena decidió formarse en Magisterio. Estudió en la Escuela Universitaria ESCUNI de Madrid, donde se formó como profesora de Educación General Básica (EGB), especializándose en Educación Especial y acabando en el año 1986.
Trabajó algunos meses en el colegio donde ella misma había estudiado en Madrid. Según explica Elena Castelló en la misma revista. “Al año siguiente, comenzaría a trabajar en la escuela infantil Mikos, enclavada en el exclusivo barrio madrileño de El Viso. Según contó la prensa de la época, la hija primogénita de los Reyes de España acudía diariamente, conduciendo su propio coche, a su puesto de trabajo y era tratada como cualquier otro miembro del profesorado”.
Muy implicada con la educación especial
Después, quiso ampliar fronteras y vivir la experiencia de formarse en el extranjero, así que estudió francés en la Universidad de París y luego viajó a Londres para hacer formación superior también en materias de documentación.
Esta pasión por la educación, y sobre todo orientada a personas con capacidades especiales y diversas, se ha visto claramente a lo largo de los años si analizamos que la Infanta Elena ha decidido apoyar muchos eventos, acciones y proyectos donde el tema principal gira alrededor de la inclusión, la educación especial y el trabajo social. Debido a su pasión por este tema, y a sus años de experiencia, encontró un puesto en 2008 en la Fundación Mapfre, donde en la actualidad es la directora de Proyectos Sociales y Culturales, compaginándolo con su labor de representación.
La vertiente empresarial de la infanta Elena
Pero hay una línea en el currículum de la hermana mayor de Felipe VI que muy pocas personas conocen y es que la infanta Elena también ha tenido una vertiente empresarial de forma paralela a sus compromisos reales. Y es que a finales de los 2000, la hija de Doña Sofía se embarcó en una aventura empresarial un tanto breve.
Solamente unos meses estuvo disponible la firma ‘Global Cinoscéfalos S.L’, que era una compañía dedicada al asesoramiento en materia económica, contable, financiera e inmobiliaria creada en el año 2007. Pero cuando se conoció a principios del año 2009 la participación de la infanta, se disolvió, como lo comunicó la propia Casa Real: “ha iniciado el proceso de liquidación, trámite que acaba con la disolución de la empresa”.
Esta empresa estuvo rodeada de polémica, puesto que muchos medios vieron en ella un movimiento algo turbio y que podría estar vinculado con la separación de la Infanta Elena de su exmarido Jaime de Marichalar. “Otro dato que desvirtúa el origen de esta empresa fantasma, en tanto en cuanto indican que se formó para solventar imprevistos domésticos derivados de la separación conyugal, se refiere al domicilio social de la misma”, explicaba Paloma Barrientos en Vanitatis. Que añadía “En el registro mercantil, la dirección y el piso de Global Cinoscéfala figura el que fuera domicilio conyugal y donde actualmente vive Jaime de Marichalar, del que siempre se ha dicho que era propiedad del duque”.