Lo vivido este fin de semana en Atenas ha sido algo histórico. La boda de Teodora de Grecia con Matthew Kumar ha conseguido congregar a tres casas reales, formando una cumbre royal que ha hecho las delicias de los amantes de la realeza. Looks impecables, glamour, estilo, clase... Un derroche de ostentosidad en su máximo esplendor. Con respecto a la parte que nos toca, la representación de la Corona española ha conseguido pasar con nota la prueba. La prensa especializada, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, ha alabado sus acertados estilismos, con especial mención a Irene Urdangarin, quien ha copado abrumadores titulares por los dos looks que llevó.
La infanta Elena, por su parte, también puede presumir de ostentar el título de una de las mejores vestidas de la boda griega. La hija mayor de la reina Sofía lució un vestido largo azul marino, cuyo estampado de lunares se llevaba todas las miradas. Su figura se veía favorecida por el estilo camisero de este; una elección más que acertada para aquellas mujeres de más de 50 años que buscan resaltar su cuerpo.
Sus zapatos de plataforma media también eran una correcta opción para este tipo de vestidos, ya que permiten que el bajo se quede a la altura perfecta, a la vez que son de lo más cómodos para aguantar una celebración así. Sin embargo, lo que tampoco ha pasado desapercibido para los ojos de muchos es la elección de joyas que llevó.
La infanta Elena abre su joyero para rescatar una pieza 'olvidada'
Todos los ojos se iban hacia la alhaja que portaba la infanta Elena en su cuello. Se trata del sofisticado collier de chien con diez hilos de perlas, espaciadores de diamantes y una placa central, también en diamante. Desde la cuenta 'Spanish Royal Jewels', experta en desgranar cada una de las joyas que llevan nuestros miembros de la realeza, destacan que no es la primera vez que vemos esta pieza, la cual llama mucho la atención por su enorme rosetón enmarcado por cintas.
La hermana mayor del rey Felipe la lució a los pocos años de contraer matrimonio con Jaime de Marichalar, por lo que, muy probablemente, se trate de unos de los regalos nupciales que recibió. Sin duda alguna, Elena de Borbón no podía haber elegido una mejor ocasión para rescatar esta pieza. Con respecto al resto de joyas que la infanta Elena portó, debemos destacar sus pendientes de diamantes, con tres grandes rosetas que se entremezclan con dos más pequeñas. De nuevo, se trata de dos piezas que forman parte de la colección de su joyero. Sus muñecas estaban adornadas por dos brazaletes.
En cuanto a la derecha, la infanta Elena portaba uno en oro amarillo, diamantes y zafiro. Mientras, en la izquierda, nos encontramos con un brazalete de diamantes, talla baguette. Ambas piezas vuelven a formar parte de su joyero. Para la preboda, que se llevó a cabo el viernes —en el Museo Bizantino—, la hermana mayor de la infanta Cristina optó un collar de aderezo floral y unos pendientes en forma de lágrima.
La reina Sofía triunfa en la boda
Doña Sofía tampoco dejó indiferente a nadie con su apuesta para la ocasión: un traje 'made in Spain' en color fucsia de lo más llamativo. Este era obra del diseñador Alejandro de Miguel y estaba compuesto por una chaqueta con fruncido lateral y una falda plisada. Durante los últimos años, esta firma se ha convertido en una de las favoritas de la madre del rey Felipe.
Para elevar el look, la emérita también recurrió al joyero real con un lazo plateado con diamantes. Una pieza de gran valor, en todos los aspectos, pues fue la joya que llevó en la proclamación del rey Juan Carlos, en 1975. Este lazo también se lo vimos a la reina Letizia durante la coronación de Carlos III en Londres.
Este fin de semana ha sido de lo más especial para la emérita, ya que los recuerdos han estado muy presentes. En su llegada era recibida entre ovaciones y vítores de aquellos que incluso exclamaban su nombre. ‘‘¡Sofía!, ¡Sofía!”, se escuchaba.
Hay que recordar que la misma catedral donde Teodora entonó el “sí, quiero” fue donde la reina Sofía se despidió de su hermano Constantino. Sin lugar a dudas, uno de los momentos más duros a los que se ha tenido que enfrentar en los últimos tiempos. Desde entonces, la madre de las infantas Elena y Cristina ha estado muy cerca de su hermana, Irene de Grecia, a quien también hemos podido ver este fin de semana. Su presencia en la preboda evidenciaba un delicado estado de salud. A sus 82 años, Irene está muy bien arropada por la familia de su hermana, sobre todo debido a sus problemas de movilidad.