El plan privado de Leonor que la aleja de Felipe y Letizia en el final de las vacaciones familiares más polémicas

Durante días ha sido la gran pregunta. ¿Dónde está la Familia Real? Un misterio sin resolución oficial que dio pie a informaciones con cuentagotas. Desde un repaso por el registro de despegues y aterrizajes del Falcon, el avión privado de los Reyes, hasta datos que apuntaban que estaban pasando sus vacaciones junto a otros monarcas. Y es que sí, tanto Felipe como Letizia, así como sus dos hijas y en esta ocasión también la reina Sofía, han podido disfrutar en el final de este agosto del tan ansiado retiro privado. Ese que va más allá del 'descanso público' en Mallorca y no implica posado alguno, sea más o menos distendida la estampa. 

Un paseo al anochecer por el Portitxol antes de una cena familiar y una tarde de tiendas fueron suficiente para poder poner rumbo a su próximo destino. Esta vez, en ese viaje que el núcleo duro de la Casa Real española hace 'a espaldas' del foco público impulsado por la Reina, eligieron Grecia. La tierra natal de la emérita y un enclave ideal para relajarse antes del inicio del nuevo curso.

Curso que llega cargado de retos, además. Tanto para la infanta Sofía, que regresa a Gales para completar su último año del Bachillerato Internacional, pero también para Leonor. La heredera está a punto de empezar su segunda etapa de formación castrense, y no es de extrañar que haya querido hacer una última escapada antes de ingresar en la Escuela Naval de Marín. Esta vez, sin padres.

Leonor deja a sus padres en Madrid y se escapa al sur con sus amigos

La polémica estaba servida desde el momento en el que hacía demasiados días que no había ninguna información certera acerca del paradero de los Reyes y sus hijas. Más todavía después de un verano de agenda llena a rebosar, entre mil y un actos institucionales e incluso un periplo por París con motivo de los Juegos Olímpicos. Solamente Felipe pausó el retiro estival unos días para viajar hasta la República Dominicana y asistir a la toma de posesión del nuevo Presidente electo. Letizia y sus hijas, en cambio, han podido apurar hasta el último instante. Un final que ya ha llegado, pues para tranquilidad de los más curiosos, en la noche del pasado 22 de agosto ya hubo una imagen del soberano y su esposa de vuelta en Madrid.

El Rey y la consorte disfrutaron de una cena improvisada en un restaurante de la capital, pero lo hicieron a solas. Los objetivos de los fotógrafos allí presentes no pudieron captar ni a Leonor ni a Sofía. En el caso de la primogénita, por algo tan sencillo como que ha optado por marcharse unos días a Málaga. Un ansiado respiro de la vida en familia del que ha estado disfrutando con sus amigos y en el que, de acuerdo con los testimonios presenciales que han llegado a EFE, ha tenido tiempo para todo. Incluso para darse un buen festín, aunque sin la pompa propia de palacio ni los asfixiantes protocolos con los que acostumbra a lidiar. Para esta escapada, nada mejor que degustar un poco de pescado a la brasa en espetos en un chiringuito de la Costa de Sol Oriental.

Concretamente, fue en el chiringuito Saladero, en el núcleo de población de Caleta de Vélez -dentro del municipio de Vélez-Málaga- donde los testigos aseguran haberla visto a la agencia citada. Eran un grupo de seis, y una vez dentro del establecimiento, tanto Leonor, que "degustó de todo", como el resto de su círculo, optaron por sentarse en una de las mesas ubicadas que el negocio coloca en la misma arena de la playa. Un momento de diversión con las personas de su entorno en el que, como era de esperar, no pudo pasar desapercibida. Eso sí, de acuerdo con la información publicada, el resto de clientes allí presentes respetaron su momento de disfrute y desconexión. Al fin y al cabo, la discreción era una de las máximas de esa comida, pues según se ha hecho saber no se hizo la reserva a su nombre ni se exigió ningún tipo de tratamiento especial.

Los últimos días de la princesa antes de ingresar en la Escuela Naval

Probablemente, será este su último plan estival, pues quedan solamente unos días para que Leonor comience su próxima aventura. En un año en el que su presencia institucional se ha elevado a la máxima potencia, incluso haciendo su primer viaje oficial en solitario a Portugal el pasado julio, la Princesa de Asturias saborea el fin del verano previo a su aterrizaje en la Marina. Será el próximo 29 de agosto cuando, tras casi dos meses desde que recibió el Real Despacho de alférez en la Academia Militar de Zaragoza, la hija de los Reyes cambié la capital aragonesa por Pontevedra.

Será esta la fase intermedia de los tres años que comprende la formación castrense por la que tiene que pasar por su condición de heredera. Primero en el Ejército de Tierra, ahora en la Escuela Naval de Marín -y en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano- y el próximo curso, el último, en la Academia del Aire de San Javier, en Murcia. Con los nervios propios de afrontar una nueva etapa, pero con la experiencia del último curso y la ilusión de seguir preparándose para ser la futura jefa de las Fuerzas Armadas. Para seguir avanzando a pasos agigantados en su camino hacia la Corona, con el aplomo que la ha caracterizado desde que cumplió la mayoría de edad.