Leonor, la guardiamarina. A partir del 29 de agosto, este título será una realidad. La Princesa de Asturias da comienzo a su formación en la Armada Española y lo hace como alumna de la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra. Entrará como alumna de tercero y no como una de primero, además de tener una posición parecida a la de alférez; obtenida gracias su periplo en Zaragoza, donde arrancó su formación militar.
En estos tres años de instrucción, Leonor está aprendiendo de sacrificio, compañerismo, disciplina, orden y concentración; virtudes que, sin duda alguna, seguirá desarrollando nada más llegar a Galicia. Tiene por delante jornadas extenuantes donde le pedirán que dé lo mejor de si misma, y que, además, cumpla con las estrictas normas que rodean al centro.
Leonor, sangre marina
La Princesa de Asturias que entra en tercer curso, y no en primero como uno cabría imaginar, tendrá que ponerse las pilas para estar al nivel que se exige en la escuela naval. Con ella, como ocurrió en Zaragoza, no se va a tener más consideración por ser hija del Rey, y, por tanto, será tratada como una alumna más. Por tanto, a Leonor le espera un plan “específico, intenso y exigente”, tal y como recoge la revista Lecturas, donde la joven tendrá que demostrar que posee un corazón marino, al igual que su bisabuelo. Y es que, de casta le viene al galgo, puesto que la heredera al trono ahora desempeñará el cargo con el que don Juan de Borbón, padre de Juan Carlos y marino de profesión, habría estado más orgulloso de verla. Es la primera vez que una heredera a la Corona española recibe esta clase de formación y la supera de manera sobresaliente.
“Su formación tendrá parte científica, técnica, naval, militar y física”, destacan desde Marín. “Pero el centro de la formación, la parte esencial, será la formación en valores, auténtico eje sobre el que gira todo lo demás en la Escuela”. El compañerismo como parte esencial del proceso y es que cuando en enero la joven se convierta en tripulante del Juan Sebastián Elcano, el barco academia en la que los estudiantes ponen en práctica todo lo aprendido, es fundamental saber trabajar en equipo. A bordo, la princesa conocerá diversos puertos de América.
La regla de oro que Leonor no puede saltarse
Al igual que pasó en Zaragoza, en Pontevedra también tendrá que acatar todas y cada una de las normas impuestas por la academia, entre ellas, los estrictos horarios que regirán su vida los próximos meses. ¿La más llamativa de todas? No poder marcharse de la ciudad.
Pontevedra será su casa para los próximos meses y no podrá abandonarla bajo ninguna circunstancia, aunque, tratándose de su caso y debido a las obligaciones aparejadas a su despeño dentro de la Casa Real, la Princesa de Asturias podrá hacer algunas excepciones. Una de ellas tendrá lugar el 12 de octubre, cuando presidirá el desfile militar, y a finales del mismo mes; cuando se celebran los Premios Princesa de Asturias. Salvo estas pocas excepciones, Leonor deberá permanecer en la ciudad gallega.
Afortunadamente para ella, Leonor llega como estudiante de tercero, lo que le confiere más libertades que si entrara en primero. Esto se traduce en más salidas entre semana, cierta flexibilidad horaria, pero, sobre todo, mayor privacidad. Y es que los jóvenes que entran en este curso, conviven en el edificio Marqués de la Victoria, donde comparten habitación entre cuatro compañeras o compañeros, que disponen, además, de cuarto de baño propio. De esta manera, la hija de Letizia pega un salto cualitativo de la que habría sido su rutina si hubiera entrado en primero.
Pero que no se acomode demasiado porque en enero le tocará hacer mudanza. A principios de 2025, Leonor y toda su clase abandonará el centro para poner rumbo a Cádiz, donde le espera la embarcación que será su hogar los próximos meses. Medio año permanecerá la princesa en alta mar, trabajando codo con codo con el resto de la tripulación y poniendo en práctica todo lo aprendido durante las clases teóricas. Ahí se acabará la privacidad puesto que a la joven le tocará compartir rutina con 250 personas, que compondrá la tripulación del Juan Sebastián Elcano.
Leonor, 'galega' de adopción
Ahora le toca vivir su aventura 'galega', pero lo cierto es que la hermana de la infanta Sofía, al igual que esta, lleva años congraciada con la cultura del noroeste del país. Como parte de su formación para llegar a ser la futura reina, era primordial que Leonor conociera y se manejara a la perfección en las lenguas cooficiales del Estado. Ya sabemos que el catalán lo habla como si hubiera nacido en Girona, pero ahora podrá demostrar su dominio en la lengua de Rosalía de Castro.
Será, por tanto, una ocasión perfecta para que la oigamos hablar en gallego, demostrar su fluidez y lograr todos los afectos de una comunidad que la acogerá a lo largo de cuatro meses.
Al manejar el gallego, ya contará con una llamativa ventaja con respecto al resto de sus compañeros.
La inversión para recibir a Leonor
La escuela marina se ha puesto manos a la obra para que todo, a la llegada de la princesa, sea perfecto. En el centro se han hecho algunas reformas, un pequeño lavado de cara, puesto que ahora todas las miradas irán dirigidas ahí.
No se trata tanto de homenajear a la nueva y distinguida estudiante, sino de mostrar a todos la mejor imagen del centro. Que Leonor acuda a Marín, supone un enorme altavoz que no conviene desaprovechar, por lo que se han renovado algunos aspectos del centro, como por ejemplo, el mobiliario; especialmente el del comedor, donde, además, se han contratado más trabajadores y trabajadoras. “Se hace necesario contar con el personal apropiado y suficiente para el reparto en el comedor de alumnos, de los desayunos, comidas y cenas que se elaboran en la cocina a una media diaria durante el curso escolar de 500 alumnos, siguiéndose en unos casos el procedimiento de servicio en mesa y en otros el de línea caliente”, se especificó desde Monarquía Confidencial.