Dicen que en el equilibrio radica la verdadera felicidad. Una máxima que Isabel Preysler lleva años cumpliendo a rajatabla. Claro que se toma su kiwi y sus decenas de vitaminas en ayunas, pero, también, se da sus homenajes. Y, para ello, no hay nada como una taza de chocolate humeante.

“A la hora de la merienda es cuando como sándwiches, bizcochos, cookies, tartas y chocolate negro y amargo. Soy adicta a él ¡Qué rico a la taza espeso con unos churros!", dijo en 2013 a Carmen Duerto para El Mundo, donde hablaba de esta debilidad a la que no puede resistirse. 

Hace bien. El chocolate, especialmente el que contiene un porcentaje más alto de cacao, es un alimento repleto de antioxidantes, gracias a la gran cantidad de flavonoides y polifenoles que posee, lo que provoca un retraso en el temido envejecimiento celular. Mantenerse joven gracias a una de las mayores delicias, ¿dónde hay que firmar?

Isabel Preysler, una fan declarada de los beneficios del chocolate

Y eso no es todo, además aporta minerales tales como el magnesio, el calcio, el hierro y el potasio; y eso, para una mujer que consume una gran cantidad de suplementos vitamínicos como Isabel Preysler, es gran punto a favor del alimento que vino de América hace más de 500 años. 

No son los únicos beneficios que posee. A la madre de Tamara Falcó también le puede gustar por la acción de 'calma' que provoca. Y es que el chocolate inhibe la producción de cortisol, la hormona causante del estrés y que segregamos en las situaciones que se escapan a nuestro control y más agobio nos producen. Por todo esto y porque Isabel Preysler también es una gran fan de los churros, esta es, de todas todas, su merienda preferida

Bueno, a decir verdad, ella prefiere las porras a los churros, lo mismo que le pasa a Terelu, otra célebre consumidora de esta masa de harina frita. Quizás esta merienda no tenga tantas propiedades como una oncita de chocolate negro pero a ella le hace disfrutar y comer con deleite y sin culpa también es de lo más saludable. 

Puede que Para Isabel Preysler sea una costumbre heredada y arraigada desde que llegó de Manila. Cuando la entonces mujer de Julio Iglesias descubrió el aceitoso manjar, se relamió del gusto. Además, ir con sus hijos a merendar unas tazas de chocolate caliente podía ser de los pocos planes que su marido le permitía realizar. Y es que el cantante, celoso compulsivo, no le gustaba que Isabel hiciera planes sin él; en cambio, estas escapadas chocolateadas, seguro que eran más que bienvenidas y aprobadas. A dios, gracias.  

Porras, mejor que churros: la compañía ideal para su chocolate

Isabel Preysler siempre ha destacado de ella misma su afición por el dulce. Le encanta todo lo que son las tartas o las galletas, como ha confesado en alguna que otra ocasión. De hecho, uno de sus postres favoritos es la tarta de chocolate amargo, una receta que Tamara quiso versionar ofreciendo una versión más ‘healthy’ cambiando la harina de trigo por la de almendra, el azúcar por stevia y el chocolate por su versión 85%.

Para lo que la socialité no admite sucedáneos ‘fit’ es para los churros y para su respectiva bebida. De hecho, Isabel Preysler acostumbra a consumirlos en churrerías y chocolaterías especializadas y de gran tradición, donde, no pocas veces, ha sido pillada infraganti por los fotógrafos mientras hundía la porra en la consabida taza caliente. Una de las más llamativas tuvo lugar hace un par de años, cuando todavía era novia de Mario Vargas Llosa. La pareja fue vista en una chocolatería del centro de Málaga, después de haber pasado una temporada de ayunos y de cuidados en la Clínica Buchinger, donde los menús restrictivos eran el pan de cada día.

isabel preysler
Gtres

Siempre se dijo que ella no tenía necesidad de acudir a esta prestigiosa clínica, gracias a su célebre metabolismo, pero que lo hacía por acompañar a su pareja. Podemos entender que si ella le acompañaba a pasar hambre, él la acompañara a desquitarse después. 

Isabel rompe el ayuno con una porra”, publicó la revista Lecturas en su día, cuando compartió una de las últimas fotos de la pareja, que acabaría anunciando su ruptura tan solo tres meses después. “Isabel devoró su porra en tiempo récord. La madre de Ana Boyer es una fanática del chocolate, hasta el punto de que lleva siempre tabletas escondidas en el bolso”, destacaba la revista; que también recogía un chascarrillo de Tamara Falcó. “Fuimos a Maldivas cinco días y ella se llevó seis tabletas de chocolate”. 

Por lo tanto, siendo conocedores de esta debilidad, podemos entender que lo que de verdad apasiona a Isabel es el chocolate a la taza y, cómo no lo puede tomar a cucharadas, nada mejor que acompañarlo con su inseparable compañero frito. A ella le da igual que haga frío o calor. Cualquier momento del año es bueno para hacer una escapada a su chocolatería de confianza, ya sea en Madrid o en Marbella, donde se la ha visto disfrutar de esta merienda más recientemente. 

El resto de la alimentación de Isabel Preysler

“Jamás me verás pedir un filete”, contó en 2013 en una entrevista a La Otra Crónica. Isabel Preysler no se confesaba vegetariana, pero casi. “No soy tan exagerada como mi hijo Julio José, porque yo como carne en albóndigas, hamburguesas y en hot dogs”. ¡Ah, los perritos calientes! ¡Otra de sus debilidades! Dijo que, si por ella fuera, solo comería aquello que le gusta, “dulce, arroz, pasta y ensaladas”; así que, por eso, se considera fiel consumidora de los complejos vitamínicos. “Como me falla la alimentación, consumo vitaminas. Creo totalmente en ellas y así completo mis carencias”, desveló la mujer que tiene dos pastilleros para sus complementos, uno para por la mañana y otro para por la noche.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa
Gtres

No pretende dar consejos ni ser adalid de la alimentación saludable y, sin embargo, lo acaba siendo. Sabe que la vida se basa en disfrutar y que no puede llevar una existencia basada en restricciones. Para ello, ha logrado encontrar el equilibrio perfecto y no renunciar a los grandes placeres que tan feliz la hacen. 

Sus mañanas, como ya ha explicado, empiezan con sus vitaminas, B, C y magnesio; después, su fruta, siempre un kiwi y, después, como sigue con hambre, ya se pasa a una mini baguette integral de semillas, que toma con un poco de mantequilla. A media mañana, algo de fruta.

A la hora de comer, Isabel acuerda con su cocinera, Ramona, lo que esta va a cocinar. Si es un plato de cuchara como lentejas, mejor que mejor, "me puedo comer tres platos". La tarde es para los caprichos más dulces y, por la noche, algo ligero. Y si por la tarde han tocado churros con chocolate, por doble motivo.