El 13 de octubre de 2024 será para siempre una fecha imborrable en el calendario de los más seguidores de la televisión de la década de los 80. Todo porque este domingo ha visto la luz de la noticia más triste: el fallecimiento de Mayra Gómez Kemp. Han sido los allegados de la mítica presentadora de 'Un, dos tres... responda otra vez' los que han revelado a la prensa el deceso, tan solo unos días después de sufrir una aparatosa caída en su domicilio. 

También algo después de que, el pasado abril, la televisiva dijese ‘hasta aquí puedo leer’ y anunciase que se retiraba de la vida pública. A sus 76 años, el pasado abril revelaba que no tenía intención seguir concediendo entrevistas y deseaba que el gran público la recuerde en sus momentos de mayor gloria televisiva.

Aunque Mayra Gómez Kemp llevaba años espaciando sus apariciones, lo cierto es que nunca se había ido del todo. Pero algunos quizás le perdieron la pista a esta mujer cuya vida estará para siempre marcada por un amor devoto y por el dolor

La hispano-cubana que empezó como actriz

La mujer sinónimo de televisión en nuestro país se sentó el pasado abril con Mara Torres en ‘El Faro’ de la Cadena Ser para conceder una esclarecedora entrevista en donde repasaba su vida. Mayra Gómez Kemp vino al mundo en la fecha más romántica de todas, el día de San Valentín del año 1948. Lo hizo en Cuba, donde vivió hasta los veinte años; cuando toda su familia se mudó a Puerto Rico.

Sus padres, ambos artistas, buscaban un futuro mejor para todos ellos. Empezó entonces un peregrinaje que les llevó, después de Puerto Rico, a Venezuela, Miami y, finalmente, para Mayra, España, donde, al fin, se estableció. 

Mayra Gómez Kemp
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La joven tenía claro que, siguiendo la tradición familiar, su futuro profesional pasaba por subirse a un escenario. Así que empezó probando suerte como actriz, primero en películas de bajo presupuesto y, después, con la versión teatral de todo un fenómeno de culto, ‘The Rocky Horror Picture Show’. Mayra Gómez Kemp se convirtió en la versión hispana de Magenta, una doncella que canta, baila y que, por supuesto, servía a su amo, el doctor Frank-N-Furter.

El gran amor de la vida de Mayra Gómez Kemp

Este fue el primer papel que la cubana representó en España, y lo hizo en una función que marcó para siempre su vida, puesto que en ella conoció al gran amor de su vida, Alberto Berco.

Él, como ella, era un artista emigrado de su Argentina natal. El intérprete ya era padre de dos niñas cuando conoció a Mayra; dos pequeñas que la artista ama como si fueran suyas. Porque, aunque se casaran en 1973, el matrimonio nunca tuvo hijos. “Él ha sido lo más importante que he tenido en mi vida”, dijo hacer un par de años a los micrófonos de Europa Press.

Mayra Gómez Kemp
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En el año 1976 recalaba, por primera vez, en el programa al que después dedicaría todos sus esfuerzos. Mayra Gómez Kemp aparecía por primera vez en ‘Un, dos, tres’, que entonces conducía Kiko Ledgar. A la intérprete le encargaban pequeños papeles episódicos que, poco a poco, le hacían ganar más presencia ante una audiencia que había caído rendida al encanto de la cubana. Los nuevos proyectos no tardaron en llamar a su puerta. 

Una canción con un estribillo tan pegajoso como un chicle nos tuvo remando todo el año 1977. Entonces, el Trío Acuario, con Mayra, María Durán y Beatriz Escudero, las tras nacidas al amparo del programa de Chicho Ibáñez Serrador, arrasaban con ese “rema, rema, marinero cruza la mar en tu barca que no hay nubes en el cielo”. Pero el éxito de la Gómez Kemp no se detenía solo en la música. No tardaron en buscarle un hueco en la cadena pública. La rubia gustaba. Había resultado ser una excelente comunicadora, “con una dicción perfecta”, como ella siempre ha presumido, era simpática y cercana. Lo tenía todo. 

'Un, dos, tres' y el gran éxito laboral de Mayra Gómez Kemp

‘625 líneas’, ‘Ding-dong’ o ‘Dabadaba’ fueron sus primeros espacios (propios) en televisión. Mayra Gómez Kemp se desenvolvía de maravilla, por eso no es de extrañar que cuando la tragedia llamó al buque insignia de TVE su nombre fuera el primero en salir a la palestra. En 1982, Kiko Ledgar sufría un accidente al resbalar y caer desde un segundo piso. No falleció, pero su salud quedó muy tocada, por lo que desde el programa necesitaban encontrar un o una sustituta a la altura. En este caso, Chicho lo tuvo claro. Tenía que ser una. Tenía que ser ella. 

Su marido, Alberto, fue el primero que confió en Mayra cuando esta recibió la llamada de Chicho Ibáñez Serrador para encargarle que condujera ‘Un, dos, tres’. Era una tarea titánica y suponía un esfuerzo enorme. Mayra no se amedrentó. “Me decían que me la iba a pegar, pero él me decía, ‘tú puedes’”. 

Mayra Gómez Kemp
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No se equivocaba. Mayra Gómez Kemp hizo historia. Se convirtió en la gran estrella de Televisión Española y marcaría toda una década del entretenimiento. Se convirtió en la presentadora que más años condujo el espacio más icónico de la televisión.

En 1989 daba el salto a la televisión privada y lo hacía entrando por la puerta grande: dando las uvas para Antena 3. En 1990 fue la presentadora de ‘La ruleta de la fortuna’ y de ahí dio el salto en 1992 a las cadenas autonómicas con ‘Luna de miel’. En estas viviría una nueva edad de oro gracias a este programa de recién casados que pugnaban por ver quién se llevaba más premios para su nueva vida.

 

el calvario de Mayra gómez kemp 

Pero, poco a poco, su protagonismo fue desvaneciéndose. Empezó una era mucho más tranquila, en la que, por supuesto, Alberto no se separó de su lado. De hecho, fue un momento en el que pudo pasar mucho más tiempo con él y las hijas de este. Vivían encantados el uno con el otro. Deleitados con sus meras presencias. Eran apoyos fundamentales porque, si el argentino siempre estaba para ella para ayudarle con sus guiones, revisar cláusulas y demás, Mayra también fue un potente bastón para él cuando este atravesó el episodio más desagradable de su vida. “Él quiso suicidarse. Tuvo una depresión muy fuerte y muy profunda”, contó la presentadora en sus memorias, pero juntos, de la mano, como siempre hacían, lograron salir del pozo en el que se hallaba Alberto. Después, la vida aún les tenía reservados otros dos importantes disgustos.

Mayra Gómez Kemp
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En 2009, en una revisión con el dentista, este vio algo sospechoso en la lengua de su paciente. “Yo pensaba que tenía una llaga y me dijo que no, que tenía que hacerme una biopsia. Pensaba que se estaba pasando tres pueblos, pero él quería descartar que hubiera algo peor”. Este cáncer le provocó consecuencias que, aunque ha tratado de frenar, todavía hace frente a ellas.

En 2012, de nuevo, la enfermedad se cruzó en su camino. Esta vez fue un cáncer en la garganta. “Todo fue por fumar. A pesar de las secuelas, no quise esconderme, sentía que podía ayudar a otros diciendo que esto existe y que se puede luchar. Me dije que tenía que hacer todo lo que fuera para vencer a la enfermedad. Crezco ante la adversidad”.

Pero en 2021 la tragedia todavía la golpearía una vez más. Esta vez no en forma de enfermedad, sino de muerte. La inesperada muerte de su marido, debido a un infarto, la dejaría completamente hundida. Él había sido todo para ella. Y ella para él. Pero el actor ya no estaba a su lado. ¿Qué sería de ella ahora? Pues seguiría adelante; como siempre ha mantenido, ella era la fuerte.

En estos últimos años, se ha apoyado mucho en las dos hijas de Alberto. “Hablamos todos los días. Yo no soy la madrastra de Blancanieves, no tengo nada que ver con eso. Yo las quiero mucho y ellas lo saben, ellas me quieren y yo lo sé. Además, siempre he tenido muy claro que, aunque ellas no son mis hijas, sus hijos son mis nietos”, contó en una entrevista para Europa Press.

A sus 76 años tomó una importante decisión: retirarse. "Voy a hacer lo de Napoleón, retirarme a los cuarteles de invierno. Creo que ya está bien, que ya hice lo que tenía que hacer. Ahora hay que darle paso a la gente joven. Quiero que la gente recuerde a la Mayra que vio, a la que tenía una dicción casi perfecta, a la que se veía todavía joven y guapa”, le dijo a Mara Torres, en aseguró que sería su última entrevista.

Mayra Gómez Kemp replegó su artillería tras más de cuarenta años al servicio del entretenimiento. Quería descansar porque las estrellas como ella también se cansan de brillar. El suyo, ese brillo que, en vida, se ha apagado para siempre seis meses después de estas declaraciones.