.Letizia se cuida. Sabe que hay un estándar que mantener, y no por casualidad se ha convertido en una de las reinas más elegantes de Europa en los casi diez años que lleva en la Corona. Es por eso que la consorte nunca pasa nada por alto. Por todos los observadores de la Corona es sabido que procura anticiparse, gracias al equipo de profesionales del estilo que siempre la acompaña, a cualquier casuística que pudiera quebrar su perfecta imagen. Eso, y otras cuestiones un tanto alejadas del artificio, como llevar un ritmo de vida activo, hacer ejercicio, mimar su piel y tener mucho ojo con la alimentación.

No solamente en lo que al físico se refiere, sino también en materia de salud. La Reina debe estar sana en la medida de lo posible y más allá de aquellas dolencias que se escapan de su poder. Es consciente de ello, y por eso ha procurado siempre ser consecuente, mostrando una determinación firme acerca de qué se come y qué no dentro de palacio. Normas que, evidentemente, también han afectado a su marido y Leonor y Sofía, sus hijas. El caso es que, para sorpresa de muchos, ahora ha visto la luz una 'restricción' que trasciende a su parecer. Una forma de proceder obligada por la institución que, de nuevo, también afecta a su dieta.

La sorprendente restricción de Letizia con la comida

Se trata de una medida que desde siempre aplica a los Reyes, en realidad. Concretamente, a todas aquellas ocasiones en las que la pareja tiene que desplazarse de su residencia. No son pocas las veces que tanto Letizia como Felipe VI se ven forzados a salir de su Pabellón de Zarzuela con motivo de sus compromisos oficiales. Conferencias, actos, eventos y viajes de Estado que, de forma recurrente, implican la necesidad de comer fuera de casa. Es entonces cuando entra en juego esta norma 'royal'.

Fue en el programa 'Fiesta' de Telecinco donde se ha puesto de manifiesto este llamativo punto del reglamento real que, en realidad, tiene bastante sentido. Justo cuando el Rey y su esposa acaban de volver de Holanda, en unos días en los que los estilismos de Letizia y Máxima se han convertido en el foco de atención de la crónica social, un colaborador del espacio presentado por Emma García sacaba a relucir el asunto. Una disposición fijada para "siempre que tienen que comer comida fuera de palacio" en referencia a la necesidad de que haya "un equipo real previo que lo prueba o prepara para evitar envenenamientos".

Letizia en una comida
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Por excéntrico que pueda parecer a ojos de un ciudadano de a pie, esto no es ninguna tontería. Tampoco es cuestión de capricho o preferencia, como si podrían ser el hecho de que la Reina opte por el Vichy Catalan con una rodaja de limón cuando precisa de una bebida. Los traslados del hijo de Juan Carlos I y su mujer, como ya sucediera durante el reinado del emérito, están controladísimos. No hay espacio a la improvisación y nada puede perderse de vista porque un desastre podría darse en cualquier momento. De ahí que, junto a ellos, siempre acuda un grupo de personas encargadas de velar por su seguridad e integridad.

Las otras normas que afectan a Felipe VI y Letizia en sus viajes

Dejando de lado los alimentos, en las últimas semanas han trascendido otros sorprendentes aspectos sobre estas 'necesidades especiales' de los Reyes cuando su agenda requiere que de su salida. De hecho, y como recogimos en CLARA, uno de los más curiosos es el que remite al estricto protocolo que asegura contar con todos los recursos necesarios en caso de emergencia médica. Véase el transporte de reservas de sangre mediante bolsas. En el caso de Letizia, de grupo 0+. Lo anterior, además de cuestiones imprescindibles como que haya junto a ellos una ambulancia perfectamente equipada en todo momento, además de una habitación disponible en el hospital más cercano. Prueba de ello ha quedado en declaraciones que recientemente ha ofrecido el periodista José Manuel Ponte, padre de la modelo Laura Ponte.

Boda Laura Ponte
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En el libro, el cronista recuerda el momento en el que su hija contrajo matrimonio con Beltrán Gómez-Acebo, hijo de la infanta Pilar. Corría el año 2004 y, por entonces, a Juan Carlos I todavía le quedaban unos cuantos años al frente del reinado de España. El caso es que el exmonarca también estaba presente allí en calidad de tío del novio. Ha sido en una entrevista para 'El Mundo', Ponte ha expuesto que, durante la ceremonia, sufrió un ictus. "El Rey Juan Carlos me ofreció su UVI móvil", cuenta, y aunque él rechazó la ayuda porque "prefería la Seguridad Social", la narración de los hechos es esclarecedora. Allá donde vaya un soberano, irán también los facultativos