Cuando la vida se hace cuesta arriba, pocas cosas hay más importantes que contar con el apoyo de los tuyos. La familia, los allegados. Los hijos, en este caso. Porque a pesar de su entereza y su enorme capacidad para superar todos los obstáculos que se pongan por delante, Letizia no es de hierro. Como cualquier persona de a pie, la Reina sufre y tiene momentos de debilidad. Y es precisamente en esos instantes en los que, como le sucedería a cualquiera, más precisa de tener a sus pilares alrededor. Ese núcleo duro de la Casa Real, que trasciende a don Felipe y que desemboca en sus dos mayores orgullos: sus hijas. Con la eterna complicidad de la infanta Sofía, pero también con el respaldo incombustible de Leonor.

Y es que es una realidad que las cosas han cambiado. La Princesa de Asturias ya no es una niña pequeña y la distancia es cada vez mayor entre ellas. Distancia física, cabe destacar, puesto que ya ni siquiera viven juntas en el Pabellón del Príncipe. En realidad hace tres años que comenzaron sus vidas independientes durante la gran parte de año, puesto que Leonor pasó dos cursos estudiando el Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College, y el último ha estado instalada en la Academia Militar General de Zaragoza. Quizás es por eso que, cuando llega el verano y tienen la oportunidad de reencontrarse, la heredera no duda en demostrarle a su madre que está ahí para ella en todo momento.

El apoyo constante de Leonor a la reina Letizia

Para muestra, las últimas apariciones de la Reina y la princesa con motivo de los Premios Princesa de Asturias. Si bien fue primero la joven quien, junto a su hermana pequeña, se desplazó hasta Cataluña, el pasado martes 9 de julio tuvo lugar también la primera de las ansiadas estampas familiares. Después de que Leonor y Sofía visitasen el taller del artista Jaume Plensa en Sant Feliu de Llobregat, tocó poner rumbo a la Costa Brava, donde este año se han celebrado los Premios Princesa de Girona. Concretamente, en el municipio de Lloret de Mar. Todo en el marco de una jornada llena de emoción cuya antesala supuso reunirse con los galardonados de ediciones anteriores. Jornada en la que el afecto entre madre e hija volvió a evidenciarse.

Porque después del abrazo en el que se fundieron durante la entrega de despachos de alférez del pasado 3 de julio, la futura Reina no tuvo reparo alguno en dejar claro que su apoyo a Letizia es constante. Basta con revisar los gestos, dejando de lado la faceta más protocolaria de los miembros de la familia real y apostando por la cercanía y la naturalidad. Con esa premisa de la naturalidad surgió, durante ese reencuentro con los premiados de años pasados, que Leonor posase su mano sobre el hombro de mamá, mientras que ella colocaba la suya sobre la espalda de la hija.

Leonor y Letizia
GTRES

En ningún caso se trató de un movimiento aislado durante la previa a la ceremonia. Sin ir más lejos, y en el momento de su llegada al espacio junto a Felipe VI y la infanta Sofía, la princesa tomó la determinación de volver a acompañar a su madre con una mano en la espalda. Un claro gesto de cariño, además de compromiso con el bienestar de la consorte, que recibe con una sonrisa este tipo de interacciones.

Letizia y Leonor
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Porque al fin y al cabo, y aunque su relación diste de la complicidad –por cuestiones de rol dentro de la Corona– que tiene con el soberano, la sintonía entre ellas es indiscutible. La Reina, que no pudo disimular la felicidad en su rostro al ver a su hija en acción durante su discurso en la ceremonia, y su primogénita, que parece tener muy clara la importancia de permanecer al lado de su madre. Sacando incluso esa faceta protectora, cuando los vientos de la polémica soplan fuerte y justo en un momento en el que las críticas y los comentarios maliciosos hacia la institución han vuelto a estar de actualidad.

No es la primera vez que la princesa actúa así

Es en este tipo de situaciones cuando Leonor expresa su preocupación por la Reina, siempre tratando que se sienta acompañada y que no tenga que lidiar con las adversidades en soledad. Una forma de proceder que nos remite directamente a unos meses atrás, también en una de las fechas clave del calendario de la princesa en esta nueva etapa como adulta. Concretamente, la que supuso el pistoletazo de salida de la misma, en su día grande por la jura de la Constitución tras cumplir la mayoría de edad. En aquel 31 de octubre era ella la gran protagonista, por sus 18 recién cumplidos y por el inicio efectivo de sus responsabilidades con la Corona. Sin embargo, y a sabiendas de cómo se encontraba su madre, no guardó las distancias y repitió ese mismo patrón del apoyo desde los gestos. 

El abrazo de Leonor a Letizia
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De nuevo agarrando a su madre por el hombro, como si le estuviera diciendo que esté tranquila y que todo pasará. Que cuando todo pase, ella seguirá ahí. Como lo ha estado siempre, dispuesta a ser el hombro donde llorar, la persona en la que sostenerse para levantarse después de caer. Porque está claro que hay cuestiones que trascienden la oficialidad. Y el tiempo ha demostrado que Leonor sabe perfectamente cuando conviene anteponer la familia a la pompa.