La crónica real nunca olvidará el 16 de enero del 2024. Tampoco Kate Middleton. Cuando todo parecía haberse estabilizado en la Corona británica, poco más de un año después del fallecimiento de Isabel II y con Carlos III aparentemente asentado en el primer escalafón del poder, todo se torció. ¿Por qué? Porque todas las miradas comenzaron a apuntar hacia la duquesa de Cambridge desde el momento en el que se supo que debía ser operada en el hospital. Más todavía al ver que, más allá de notificar su ingreso en The London Clinic, la Casa Real no estaba dispuesta a explicar qué estaba sucediéndole.

Hubo que esperar para conocer la verdad. Quizás demasiado, pues hasta que el 22 de marzo posterior fue la propia Kate quien contó al mundo cuál era su dolencia, había pasado de todo y más. Véase el anuncio del cáncer que padecía el Rey o el surgir de innumerables teorías de la conspiración sobre los motivos para que la mujer de Guillermo se ocultase. Incluso se habló de crisis en el matrimonio, pero nada más lejos de la realidad. Como su suegro, ella también padecía cáncer. Y debía parar para poder tratarse.

Kate Middleton
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Así fue, siendo contadas sus apariciones públicas en los meses previos a la llegada de septiembre, cuando a través de los perfiles oficiales de las redes sociales de los príncipes de Gales compartió con el mundo que había finalizado su tratamiento de quimioterapia. Un punto de inflexión que marcaría el inicio de su regreso a la primera línea. De forma progresiva y con mucha cautela, claro está. Todo para llegar al final del año y poder hacer balance. De todo lo vivido y de cuánto la ha cambiado este trance.

Un camino propicio para reordenar sus prioridades 

Para adentrarnos un poco más en esta nueva realidad que afronta Kate en el 2025 y cuando se cumple un año de su intervención abdominal, desde CLARA hemos querido contar con la perspectiva de una experta. Y nadie mejor que un psicólogo como Lara Ferreiro, autora del superventas 'Adicta a un gilipollas', para hacer esta particular radiografía. Un repaso a todo lo acontecido en el que la terapeuta acuña como "el peor año de su vida", aunque afortunadamente ahora "está más tranquila" y por fin puede "disfrutar de este momento de paz y tranquilidad"

Y es que cabe no olvidar que "la paciente oncológica lo es para toda la vida" y el cáncer puede volver. De ahí que nuestra especialista señale esa voluntad de "recuperar el tiempo perdido, todo lo que no ha podido disfrutar plenamente de sus hijos, de su marido y de sí misma". Una nueva percepción de su cotidianidad que, en realidad, entronca con que ahora "se está centrando en lo que de verdad importa, que es su salud". A fin de cuentas, si ha habido un cambio sustancial que ha experimentado ese remite a la forma de ordenar sus prioridades. 

Tabloides Kate Middleton
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"Creemos que somos inmortales y el conectar con que nos podemos morir te da tal shock en la cabeza que todo absolutamente cambia", expone Ferreiro. Surge así "este impulso de vivir de forma más plena", sobre todo teniendo en consideración que aunque el cáncer haya remitido, "puede volverse a reproducir". Además, desde el punto de vista de nuestra psicóloga, la mujer del príncipe heredero también demuestra ahora una imagen "más conciliadora". Aún más si cabe, y desmarcándose de nuevo de su controvertida cuñada. "Meghan Markle es completamente narcisista y le encanta ser el centro de atención. Kate no. Es superdiscreta".

Cambios en la percepción de sí misma, pero también de la institución

En realidad no es esa discreción una gran novedad. El tiempo le ha permitido a Kate saber lidiar con estas "dinámicas tensas" y en la actualidad "ya sabe muy bien poner límites". Sea como fuere, la presión de la opinión pública también está ahí para ella, y tras este convulso año puede haberse acentuado. "Ha tenido cambios en su autoestima. Está muy vulnerable, porque el cáncer te impacta en la relación con tu cuerpo", puntualiza Lara, para después concretarlo en la "pérdida de peso, cicatrices, el pelo", de modo que es momento de "reconciliarse con su imagen".

El caso es que la vulnerabilidad no es necesariamente negativa. De hecho, potencia "su parte más humana" e incluso haber pasado por esta situación ha servido para que "establecer un legado mucho más significativo". "Creo que va a ser una Diana de Gales dos (...). Va a hacer cosas de muchísimo calado", sentencia la terapeuta. Basta con echar un vistazo a esos encuentros con pacientes oncológicos como lo ha sido ella, e incluso su última visita al hospital donde se trató.

Una serie de variaciones en la forma de afrontar su vida como individua y su rol dentro de la institución que, sin lugar a dudas, denotan "un cambio en la percepción de su futuro papel como reina". Porque como la madre de su marido, por siempre recordada como 'la princesa del pueblo', ahora "lo visualiza como una oportunidad para influir positivamente en los demás". Eso sí, reconsiderando "el nivel de sacrificio" y sin olvidar los aprendizajes. Esos que le recordarán que, en realidad, su familia y su bienestar están por delante de sus funciones públicas.