Que Kate Middleton haya regresado a la vida pública es, sin lugar a dudas, una de las mejores noticias en tierras británicas. No es ningún secreto que no ha sido fácil llegar hasta aquí y poder volver, pues el retiro de los actos institucionales por parte de la princesa de Gales se debía a su tratamiento contra el cáncer que padecía. Un tratamiento que, afortunadamente, ya ha concluido y así lo hizo saber ella misma este mismo septiembre. Con la verdad por delante, aunque en lo que a la enfermedad de la nuera de Carlos III se refiere no haya sido así desde el principio.

Basta con revisar cómo se ocultó su diagnóstico desde Kensington en los primeros meses del año. Un ejercicio de hermetismo que contrastaba completamente con la naturalidad con la que se trató desde el inicio el cáncer que también padece el Rey. Mientras que sobre el soberano se actualizaba con relativa frecuencia e incluso él mismo acabó por retomar la agenda, sobre Kate poco o nada más se sabía aparte de que había tenido que someterse a una cirugía abdominal en The London Clinic. Silencio preocupante que en realidad solo sirvió para alimentar las teorías más alocadas.

Desde la posibilidad de que el bache de salud de la duquesa de Cambridge fuese más grave de lo que parecía -que terminó por ser la realidad-, hasta opciones que bebían de la conspiración como que en realidad todo se debía a una crisis en su relación con el príncipe heredero. Una opción que pudiera parecer realista, pero que se esfumó del imaginario colectivo tan pronto como Kate contó al mundo cuál era el motivo de su ausencia. Fue entonces cuando Guillermo demostró que estaba ahí para ella en todo momento. Su fiel escudero, en público y en privado, desde que contrajeron matrimonio en el año 2011... ¿O no?

El desconocido 'hasta aquí' de Kate Middleton a Guillermo

No, no siempre fueron todo risas, carantoñas y gestos de afecto entre el futuro Rey de los británicos y su mujer. Aunque para muchos sea una parte olvidada y desconocida de su historia de amor, antes de pasar por el altar y darse el 'sí, quiero' que oficializó su relación a ojos de la institución Kate no las tenía todas consigo. De ahí que, en un momento dado, optase por poner sus cartas sobre la mesa y darle un ultimátum al hijo de la desaparecida 'Lady Di'. Así lo ha recuperado ahora el periódico británico 'The Mirror'.

Una revisión del pasado en la que el tabloide refiere a todos aquellos errores del actual heredero al trono que en muchas ocasiones hicieron que la princesa se sintiese "totalmente humillada" e incluso "el felpudo de Guillermo". ¿El motivo? Las cuestionables actitudes del príncipe, que no se lo puso nada fácil en el comienzo a Kate por mucha confianza que ella depositase en él. Más todavía cuando Guillermo llegó a ser "sorprendido dos veces seguidas, borracho y dentro de clubes nocturnos coqueteando con otras mujeres".

Guillermo y Kate Middleton
Gtres

Sin duda, la evidencia de que el disgusto de la nuera de Carlos III estaba más que justificado. Y eso que al principio pareció acostumbrarse con relativa facilidad a lidiar "con chicas que se le tiraban encima a su novio". "Por un tiempo, lo encontró gracioso e incluso halagador", refiere el citado medio, pero fue después cuando la cosa fue un paso más allá y "le dio un ultimátum". Un 'hasta aquí hemos llegado' que basó en algo tan importante de cara a la ciudadanía como que "cada vez que se comportaba así en público estaba degradando su imagen y la de ella". 

Su apoyo inquebrantable... A pesar de Rose hanbury

Por suerte, Guillermo entendió perfectamente el aviso de su mujer y dejó de participar en actividades que pudieran comprometer su imagen o su relación de pareja. Antes tuvieron que lidiar con el otro gran escándalo extramarital, eso sí. Una polémica que llevaba por nombre Rose Hanbury, la íntima de Kate Middleton con la que se llegó a hablar de una relación secreta con el príncipe durante cuatro años. Según la prensa británica, habría ido ella el motivo de tan contundente ultimátum.

Sea como fuere, si algo ha demostrado el paso del tiempo es que ambos han sido capaces de sortear estos obstáculos mediáticos y, no solo salir prácticamente airosos, sino también constatar que se siguen apoyando más que nunca. Para muestra, el indiscutible soporte que ha supuesto el primogénito del monarca inglés para Kate durante el tiempo que ha permanecido fuera de la primera línea. Él y el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis, su motor para seguir adelante durante el trance. La familia que han creado, que a fin de cuentas es lo más importante para los dos.