Aunque la pompa de palacio pretenda ocultar los desastres, la realidad es que no han sido unos meses fáciles para la monarquía danesa. Tiempos de salir a escena en un paradigma contrario a la serenidad con la que la dinastía venía acostumbrando a sus súbditos. Basta con remitir a la impecable reputación que Margarita II había construido en un reinado que duró por más de cinco décadas. El mismo al que, de forma abrupta y sin demasiado aviso previo, puso punto final con la llegada del 2024. Así se gestó la abdicación en favor de su hijo Federico, empañada por siempre por sus presuntos problemas maritales. Cosas del amor.
El 'Genoveva gate', como se podría haber acuñado en un tono más informal, la hecatombe mediática que propició su subida al trono. En la serenidad de un noviembre de 2023 que podría haber sido uno más entre los muros de Amalienborg, la revista 'Lecturas' destapaba las escapadas secretas a Madrid del entonces heredero junto a Genoveva Casanova. Entradas y salidas del apartamento de la mexicana que, si algo demostraban, es que tenían una relación verdaderamente estrecha. Un punto de inflexión, de cara a la galería, en su relación con Mary Donaldson, su esposa. Esa misma que perdonó las mentiras y ahora es Reina. La mujer de su vida, aunque no la primera.
El duro testimonio de Maria Montell, la novia de Federico
Aunque ya son casi veinte los años que lleva casado con la australiana, lo cierto es que al monarca no le faltó tiempo para conocer a otras parejas antes de contraer matrimonio. Cabe destacar que Mary y Federico comparten su vida desde el 2000, año en el que un flechazo durante los Juegos Olímpicos de Sídney cambiaría su vida para siempre. No obstante, allá por el 1997 y tras terminar su polémico idilio con la modelo de lencería Katja Storkholm, fue la cantante María Montell quien ocupó su corazón.
Ha sido ahora, casi treinta años después de vivir tan tortuoso romance, cuando la artista ha querido hacer pública su versión acerca de cómo vivió aquella época. Lo ha hecho en el pódcast '112 For Knuste Hjerter', hablando sin tapujos sobre una etapa que Montell rememora complicada. Declaraciones incendiarias que no han caído en saco roto en las que enfatiza que, a pesar de haberse dejado ver en algunos eventos oficiales junto a él, ella nunca disfrutó de la atención mediática. De algún modo, ese fue el gran horror que la llevó a partir peras con el ahora Rey de forma definitiva, porque con ella no iban gestiones como "tener que anunciar delante de todo un país que estás enamorada de alguien".
La boda de Mary de Dinamarca y Federico el 14 de mayo de 2004.
"Todo el mundo quiere opinar (...). Incluso cuando se anuncia una boda, la prensa ya está escribiendo sobre un posible divorcio", añadía, para después apuntar que fue eso lo que la llevó a romper con el hijo de Margarita II aunque él procuró "retenerme a su lado el mayor tiempo que pudo". Pero no pudo ser e incluso tuvo que recurrir a la terapia para lidiar con la situación. "Yo no estaba hecha para toda aquella atención", ha sentenciado. Sea como fuere, a sus 55, felizmente casada y con una vida plena e infinitamente más sosegada, le queda el recuerdo de que "todos tenemos una historia". Eso y que, por aquel entonces, se separó enamorada de un hombre que no duda en reconocer que se separó de Federico todavía estando enamorada de "una de las mejores personas que he conocido".
La 'separación' más reciente de Federico y Mary de Dinamarca
Cosas del relato de vida de cada uno, al fin y al cabo. Lo dice la propia María, que todos tenemos un pasado. Y un presente, claro está. El de Federico X, como se hace llamar desde que su coronación el pasado 14 de enero, podría parecer mucho más alentador. Alegría intrínseca al hecho de convertirse en el máximo exponente de la Corona después de un durísimo juicio público que tantos quebraderos suponía a palacio. Además, cualquier atisbo de crisis parecía quedarse en agua de borrajas en el momento que, para deleite de los daneses y el resto del mundo, le propinaba un romántico beso a Mary en el balcón del palacio de Christiansborg. Fin del drama. ¿O no?
Al parecer, nada de calma para la pareja. El nerviosismo ha vuelto a ser palpable entre los súbditos y la prensa desde que, durante los últimos días, haya sido la Reina la única en aparecer en actos oficiales. Cuestión de tener una agenda independiente como le sucede a Letizia, aunque la última vez que se los vio juntos fue a finales del mes de marzo. El día 21, para precisar, en la apertura de la exposición 'Frederik 10. – Konge af i morgen' en el Museo Amalienborg. Desde entonces, y después de unas vacaciones familiares, la australiana parece ir por libre. Quizás porque las cosas se han vuelto a torcer. O quizás porque las cosas de palacio van despacio. Atención a sus próximos movimientos.